Única
película dirigida por el actor Martin
Gabel,
habitual secundario en films tan populares como Marnie,
la ladrona (Marnie, Alfred Hitchcock, 1964) o Primera
plana (The Front Page, Billy Wilder, 1974),
y un caso muy parecido al de Charles
Laughton con La
noche del cazador (The night of the hunter, 1955) por
varios motivos: en ambos casos se trata de una ópera prima resuelta
con maestría pero sin contar las respectivas carreras de sus
realizadores con continuidad en el tiempo debido al mal
funcionamiento en taquilla. Al igual que en el mítico film de
Laughton, aunque nos encontremos ante un drama, la atmósfera
fantástica se apodera del relato mediante un uso de luces y sombras
casi expresionista, en este caso gracias a la sugerente fotografía
en blanco y negro de Hal Mohr.
Basada
en la novela corta de Henry
James "Los
papeles de Aspern" (The Aspern Papers, 1889), la película
de Martin
Gabel supone
un precedente de The
Innocents (Jack Clayton, 1961),
no solo por la base literaria de una obra de Henry James en ambos
films, sino por el protagonismo de una lóbrega mansión que ejerce
un extaño magnetismo en sus moradores, tal y como le sucedía al
personaje de Deborah
Kerr en
la magnífica película de Clayton.
Un
joven editor, Lewis Venable (Robert Cummings), viaja de Nueva
York a Venecia al enterarse gracias a Charles Russell (John Archer),
un poeta en decadencia, de que Juliana Bordereau (Agnes
Moorehead), la amada del famoso poeta Jeffrey Ashton, sigue aún
con vida aunque cuenta con ciento cinco años y se encuentra en un
delicado estado de salud. Lewis es un amante de la literatura antigua
y el motivo de su viaje no es otro que encontrar las cartas que el
poeta escribió a Juliana en su juventud, ya que gracias a ello puede
obtener un sonado éxito editorial. Para no levantar sospechas,
solicita hospedarse en la mansión de Juliana bajo un nombre falso y
el pretexto de encontrar un sitio tranquilo donde poder terminar su
próxima novela. A pesar de no contar con el visto bueno de Tina
Bordereau (Susan Hayward), la apática sobrina de Juliana, y
de tener que pagar un alto precio por los meses de hospedaje (además
de un intento de soborno por parte de Charles), Lewis acepta el
trato, guiado por el interés en las cartas y haciendo caso omiso a
los consejos del párroco del lugar, el Padre Rinaldo (Eduardo
Ciannelli), quien le advierte de que su presencia en la casa
puede alterar "el universo propio" que han creado tía y
sobrina.
Tan
evocadora premisa parte de una historia real, ya que la novela "Los
papeles de Aspern" de Henry James recoge una anécdota que llegó
a oídos del autor: en 1887 James había conocido en Florencia a la
condesa Gamba, último romance de Lord Byron, que conservaba unas
cartas de amor del poeta. James mostró interés por conocer el
contenido de estas cartas, pero la condesa se negó a permitirle
leerlas. Aproximadamente por la misma época tuvo noticias de la
historia de un bostoniano llamado Silsbee, apasionado admirador del
poeta romántico Percy B. Shelley, que se hospedó en
casa de la anciana Claire Clairmont, también amante de Byron, con la
esperanza de apoderarse de cartas de Shelley y de Byron.
Todo
ese oscuro mundo del Romanticismo inglés está perfectamente
retratado en Viviendo el pasado, donde destaca el carácter gótico
de su escenografía; la inmensa mansión de las Bordereau, de amplias
estancias, interminables escaleras y pasillos repletos de telarañas
que los hábiles movimientos de cámara nos muestran en todo momento,
mediante un exacto seguimiento de los personajes al ambular de una
habitación a otra; la confusión entre pasado y presente, que
escenifican la anciana Juliana y la joven Tina, que tal y como
asevera Lewis Venable en un momento de la película: "Debe de
haber varias generaciones entre ustedes, es un caso muy extraño para
ser tía y sobrina".
Se
trata de una producción de Walter Wanger (1) para Universal, muy en
la línea de otros films fantásticos de los años cuarenta como El
fantasma y la señora Muir (The Ghost and Mrs. Muir, Joseph L.
Mankiewicz, 1947) o Jennie
(Portrait of Jennie, William Dieterle,1948),
y por supuesto muy cercana en espíritu al ciclo de Serie B de
Jacques Tourneur y Val Lewton para la RKO, pero por desgracia mucho
más desconocida y olvidada (2), aún teniendo una calidad similar a
todos los magníficos films antes citados. Destaca el trabajo de
maquillaje para "envejecer" a Agnes Moorehead en su rol de
Juliana Bordereau, creando un enigmático personaje que la cámara
apenas nos muestra con claridad, casi siempre mediante travellings
laterales , muy pocos primeros planos, pero sin embargo con un
destacado trabajo de modulación de su voz por parte de la actriz. La
música, muy envolvente, firmada por Daniele
Amfitheatrof conecta
con el protagonista y su fascinación por el pasado, al declarar el
joven editor cuando escucha a Tina tocando el piano a lo lejos:
"Parecía música sacada de otro siglo".
Narrada
en flashback por Lewis
Venable mediante
una elegante evocación literaria, por medio de una romántica
escenografía y los movimientos de cámara; el film se abre con un
suntuoso travelling por la biblioteca del editor hasta detenerse en
un hueco entre la bibliografía de Jeffrey
Ashton,
de algún modo incompleta hasta que se logren editar sus cartas de
amor. La fascinación por la literatura del poeta y todo lo que tenga
que ver con su vida, está en el centro de las acciones de Venable;
desde sus conversaciones y transacciones monetarias con la anciana
Juliana, hasta su enamoramiento con Tina, quien no deja de ser un
trasunto de Juliana durante su juventud. Dos historias de amor en
distintos espacios temporales: con final feliz la que se desarrolla
en el presente, y con final trágico y misterioso la que nos descubre
ese oscuro pasado que parece no haber abandonado nunca la mansión,
incluído el jardín, donde no crece la hierba por algún extraño
fenómeno. Aunque no estemos del todo ante una película sobre casas
encantadas, el palacio de las Bordereau se convierte en absoluto
protagonista, con un delicado gusto por la decoración escenográfica
que no anda muy lejos del Max Ophüls de Carta
de una desconocida (Letter from an Unknown Woman, 1948),
otro clásico del cine de los años cuarenta.
Título
original: The
Lost Moment.
Director: Martin Gabel.
Intérpretes: Robert Cummings, Susan Hayward, Agnes Moorehead, Joan Lorring,Eduardo Ciannelli, John Archer, Frank Puglia, Minerva Urecal, William Edmunds.
Trailer:
Reseña
escrita por Francisco Javier Arco Pérez
(1)
Los escasos pero magníficos decorados, así como la modesta
recreación de Venecia y sus canales, nos sugieren que, aunque
distribuido por Universal, este film de Walter Wanger Pictures se
trate de una producción de división B, tan en boga por aquellos
años. Walter Wanger fue productor en títulos importantes como La
Diligencia de John Ford (Stagecoach, 1939), Perversidad de Fritz Lang
(Scarlet Street, 1945), La invasión de los ladrones de cuerpos de
Don Siegel (Invasion of the Body Snatchers, 1956) o Cleopatra (Joseph
L. Mankiewicz, 1963), entre muchos otros.
(2)
Concretamente en España se ha podido ver en la 2 de TVE y como casi
siempre, la revista Dirigido se ha encargado de recordarla en varias
ocasiones, concretamente en el número 279 con un artículo firmado
por Jose María Latorre y en el número 404 con el especial "Rare
Cult Movies", con un artículo firmado por Juan Carlos Vizcaíno
Martínez.
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