Al
igual que Federico Fellini y Mario Monicelli, que ejercieron ambos
como guionistas en sus primeras películas, Pietro Germi se forjó en
la escuela neorrealista italiana para ir desarrollando con el tiempo
un estilo propio que poco a poco ha ido cayendo en el olvido y que a
día de hoy no goza de un merecido prestigio. Son muchos los títulos
de interés realizados por Germi desde el comienzo de su filmografía
pero se le recuerda a menudo por Un maldito embrollo (Un
maledetto imbroglio, 1959), film policíaco con Claudia Cardinale
de protagonista, y sobre todo por Divorcio a la
italiana (Divorzio all'italiana, 1961) con Marcello
Mastroianni; un tipo de comedia más ligera a la que se vió relegado
y que llegó a conseguir el Oscar al mejor guión original.
Germi
ejerció de actor, guionista y director al mismo tiempo en alguno de
sus mejores films, mostrando especial interés por los ambientes
rurales, tal y como queda patente en su tercera película En
el nombre de la ley (In nome della legge, 1949),
sobre el entramado de la mafia en un pequeño pueblo siciliano, o en
la posterior Il brigante di Tacca del Lupo (1952);
un excelente relato histórico que tras la proclamación de la unidad
de Italia nos cuenta las disputas entre bersaglieri y briganti en
la devastada región de Lucania, actualmente Basilicata. En esta
primera etapa de Germi prevalece en su cine el contenido social y
político, incluso en la obra que nos ocupa, Gelosia (1953);
un magnífico melodrama pasional que adapta la novela Il
marchese di Roccaverdina de Luigi Capuana, publicada en 1901
y ambientada así mismo en un pueblo siciliano. La novela de Capuana
ya había sido llevada al cine anteriormente por Ferdinando Maria
Poggioli en Gelosia (1942).
La
lucha de clases durante el siglo XIX está muy presente en el film: a
una pequeña aldea siciliana llegan a trabajar en la recogida de la
aceituna una familia de jornaleros que serán contratados por Antonio
(Erno Crisa), marqués de Roccaverdina. El noble no tardará mucho en
enamorarse de Agrippina (Marisa Belli), la bella hija mayor del
matrimonio de jornaleros, llegando hasta el punto de hospedarla en su
palacio bajo el pretexto de que sirva de ayuda a su vieja
criada Mamma Grazia (Grazia Spadaro). Los vecinos
empiezan a darse cuenta de la situación y muy pronto el marqués
recibirá duras críticas debido a esa relación de tan distinto
estatus social, al mismo tiempo que la tía de Antonio, una rica
baronesa amenaza con desheredarlo si no se casa con su hija. Antonio
empieza a dudar de su relación con Agrippina y la rechaza sin motivo
alguno mientras en su interior sigue latente el amor por la joven,
llegando hasta el punto de convencer a Rocco (Vincenzo Musolino), su
fiel encargado de la finca, para que se case con ella y así no
levantar sospechas mientras la muchacha viva en la hacienda. Sin
embargo Antonio, traicionado por los celos, llega a asesinar a Rocco
poco después de la forzada ceremonia, saliendo absuelto en el
posterior juicio debido a que las culpas recaen en un inocente, Neli
Casaccio (Gustavo De Nardo). Poco a poco el estado mental de Antonio
se irá deteriorando y no será capaz de elegir entre su amor por
Agrippina o preservar su rango social.
Melodrama
no exento de excesos, como mandan los cánones del género, con una
factura técnica impresionante muy acorde con la calidad que el cine
italiano mostraba por la época; destaca sobremanera la fotografía
en blanco y negro de Leonida Barboni, habitual operador de Germi que
nos ofrece unos claroscuros y una profundidad de campo dignos del
expresionismo alemán. Los interiores en el palacio de Roccaverdina
(mención especial merece la capilla presidida por una enorme cruz
cuya sombra ocupa toda la estancia) alcanzan momentos sublimes, casi
góticos, en cuanto al uso de la luz y una perfecta planificación
repleta de bellos movimientos de cámara, pero las escenas en
exteriores de la campiña y la aldea siciliana con ese omnipresente
sol abrasador también son excelentes, en combinación con un diseño
de producción y vestuarios muy cuidado, como es habitual en el cine
de Germi. La música del maestro Carlo Rustichelli acompaña en
perfecta armonía a las sugerentes imágenes de la película en todo
momento. Sin duda merece la pena descubrir este melodrama tan bien
realizado e injustamente olvidado, del mismo modo que adentrarse en
la interesante filmografría de su autor será recompensado con el
descubrimiento de un buen puñado de títulos a reivindicar.
Director: Pietro
Germi.
Intérpretes: Marisa Belli, Erno Crisa, Alessandro Fersen, Liliana Gerace, Vincenzo Musolino, Grazia Spadaro, Maresa Gallo.
Intérpretes: Marisa Belli, Erno Crisa, Alessandro Fersen, Liliana Gerace, Vincenzo Musolino, Grazia Spadaro, Maresa Gallo.
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