SOLA EN LA OSCURIDAD (1967). Audrey Hepburn en peligro.

Lisa (Samantha Jones), delincuente profesional, tiene que llevar una muñeca rellena con nada más y nada menos que heroína pura, en un viaje de Montreal a Nueva York. En el aeropuerto observa como un hombre se fija en ella y, preocupada, entrega la muñeca a Sam Hendrix (Efrem Zimbalist Jr), fotógrafo de profesión, con quien había conversado en el avión para que se la custodie. Más tarde, Lisa telefonea a Sam para pedírsela, pero ni él ni su esposa, Suzy (Audrey Hepburn), mujer invidente a causa de un accidente de coche, logran encontrarla. Unos días después, Mike Talman (Richard Crenna), estafador de poca monta y antiguo socio de Lisa, y su compañero Carlino (Jack Weston) llegan a Nueva York para buscar a la joven. Harry Rote (Alan Arkin), otro criminal sin escrúpulos, pero mucho más peligroso y capaz de lo que sea por conseguir sus objetivos, anda tras la muñeca y les encarga recuperarla tras asesinar a Lisa. Sam tiene que ausentarse por un encargo fotográfico y deja sola a Suzy. Entonces comienza el acoso de los tres criminales sobre la mujer ciega, cuya única aliada es una niña vecina suya, Gloria (Julie Herrod) quien es la única que podrá auxiliarla. Carlino y Mike no son, pese al acoso al que la someten, quienes deben preocupar a Suzy, sino el violento psicópata señor Rote...

Muy en la línea del estilo del cine de Alfred Hitchcock, Mel Ferrer produjo este inquietante psico-thriller, basado en la obra de teatro de Frederick Knott. En un principio iba a encargarse de la producción Jack L. Warner, quien ya había producido la película musical "My Fair Lady" tres años antes, también con Audrey Hepburn de protagonista pero éste quería contratar al director Carol Reed, con lo que Ferrer no estuvo de acuerdo así que se hizo cargo de la producción y finalmente para la dirección contó con el británico Terence Young, muy reputado entonces por haber dirigido tres títulos de la saga de James Bond: "Agente 007 contra el doctor No (1962)", "Desde Rusia con amor (1963)" y "Operación Trueno (1965)", las tres protagonizadas por Sean Connery, el primero de los James Bond que ha dado el séptimo arte.

Se puede decir que la película supuso el fin del matrimonio Ferrer-Hepburn, ya que al poco tiempo de finalizar el rodaje ambos decidieron tomar caminos separados, suponiendo la retirada por casi diez años de la actriz, que volvería en 1976 al cine con la obra maestra de Richard Lester "Robin y Marian", junto a un brillantísimo Sean Connery en el papel de un maduro Robin Hood que vuelve a reencontrarse con su único amor. Hepburn acababa de terminar de rodar la mítica "Dos en la carretera" de Stanley Donen y se encontraba en la cumbre de su exitosa carrera cinematográfica, tras haber dejado enorme huella en la décadas de los cincuenta y gran parte de los 60 con su debut en la gran pantalla como la princesa Ana en "Vacaciones en Roma (1953)", posteriormente en clásicos como "Sabrina (1954)", "Ariane (1956)", "Una cara con ángel (1956)", "Desayuno condiamantes (1961)", "Charada (1963)", "My Fair Lady (1964)" y un largo etcétera. Había cautivado a los más grandes: William Wyler, que repitió con ella en otras dos ocasiones ("La Calumnia" y "Como robar un millón y..."), a Stanley Donen ("Charada", "Dos en la carretera"), a Billy Wilder, King Vidor, Fred Zinneman, George Cukor, John Huston, Richard Lester, Peter Bodganovich....

Incluso a un gran director con el que no llegó a rodar: el maestro del suspense, Alfred Hitchcock, quien tras múltiples intentos no consiguió convencerla para ser una de sus musas en una de sus películas, debido a la obsesión del director con las mujeres rubias. Claro, le ofreció a Audrey un papel pero con la condición de que se tiñera el pelo de rubio, algo a lo que la actriz se negó en numerosas ocasiones. Pero por fin le llegó su oportunidad con "Sola en la oscuridad" para probar en el género del suspense, y más concretamente, del psico-thriller. Y la verdad, bordó con sobresaliente su nuevo registro, muy alejado de sus habituales en la comedia, el musical o el drama romántico. Para el papel, Audrey se preparó concienzudamente, aprendiendo como era la vida de las personas invidentes, gracias a la que fue su mejor profesora, Karen Goldstein, ciega desde los seis años. La enseñó a caminar, coger el teléfono y hablar con otra persona como si fuera realmente ciega. El stress producido por el enorme esfuerzo que supuso la preparación del personaje, así como su crisis matrimonial con Ferrer provocaron que la actriz perdiera hasta seis kilos, con lo que su ya de por sí delicado estado de saludo por su delgadez, producida por la desnutrición que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial, llegó a preocupar seriamente a su entorno. El esfuerzo se vio justamente recompensado con su cuarta nominación al Oscar a la mejor actriz.

Entre los dos principales criminales que acosan a la protagonista podríamos decir que tendríamos al "poli bueno" y al "poli malo", siendo Mike (Richard Crenna) quien intenta prevenirla de Rote. Aunque no expresamente, se ve un cierta debilidad de Mike hacia Suzy, incluso se nos deja entre ver como siente algo por ella, tiene un fondo noble, y no quiere que ella sufra daño, por lo que acabará siendo castigado cruelmente por Rote. Crenna se hizo muy amigo de Audrey durante el rodaje, reconociendo su admiración por ella por la infinita paciencia y profesionalidad al, por ejemplo, tener que repetir innumerablemente la escena de la llama con la que la amenaza Rote, casi al final de la película, en el momento del gran clímax, ya que no lograba Alan Arkin sacar adelante la escena. El actor, cuyo primer gran papel fue a las ódenes de Robert Wise en "El Yangtsé en llamas (1966)", coprotagonizó con Julie Andrews "Star" en 1968, también a las órdenes del director. Tras altibajos y compaginando su trabajo en la televisión, le llegó la gran oportunidad en 1982 con su personaje más carismático de toda su carrera, el coronel Truman en la saga de Rambo, junto a Sylvester Stallone, comenzando con "Acorralado". Se llegó a permitir el lujo de parodiar a su personaje en la disparatada parodia "Hot Shots 2 (1993)" junto a Charlie Sheen. Este éxito en el género paródico le llevó a volver al género con “Vaya un fugitivo” en 1998, junto al hilarante Leslie Nielsen. Y nunca dejó de tener papeles en diversas series de televisión, hasta su fallecimiento, en 2003.

Alan Arkin resulta bastante odioso, por tanto muy convincente, en el papel del peligroso Harry Rote, ya que no tiene reparos en llegar hasta al asesinato con tal de salirse con la suya. El actor, de enorme prestigio y que aún sigue dándonos buenos momentos en la gran pantalla, es hijo de inmigrantes ucrnianos. Comenzó su carrera con la excelente comedia de Norman Jewison "¡Que vienen los rusos! (1966)", por la que consiguió la nominación al Oscar al mejor actor. Participó en un filme menor de la saga de la Pantera Rosa a las órdenes de Blake Edwards; "El Inspector Clouseau y el rey del peligro", tras su papel en “Sola en la Oscuridad” un año antes. Ha participado en películas tan reseñables como "Habana (1990)", "Rocketeer (1991)", "Un muchacho llamado Norte (1994)", "Gattaca (1997)" o la excelente película de género independiente "Pequeña MissSunshine (2006)". Jack Weston, quien interpreta a Carlino, el tercer criminal , ya tuvo un encuentro con Audrey Hepburn en la mítica "Desayuno con diamantes (1961)" cuando interpretó al dependiente que atiende a Holly y Paul en la joyería Tiffany's.

Efrem Zimbalist Jr hace el papel del marido de la protagonista, quien curiosamente y de forma inconsciente la mete en el embrollo en el que se ve envuelta. El actor, de 94 años actualmente, es hijo del famoso violinista Efrem Zimbalist sr, empezando su carrera en los años 40, en papeles menores y de poca importancia, pero cobró gran popularidad con su interpretación en series de televisión y ya maduramente en fimes como "Confidencias de mujer (1962)", el que nos ocupa y "Aeropuerto 75 (1974)". Es padre de la actriz Stephanie Zimbalist, muy conocida por su personaje principal de Laura Holt, junto a Pierce Brosnan en la mítica serie de televisión "Remington Steele". Frederick Knott, autor de la obra "Sola en la oscuridad" había escrito también otra conocida pieza del suspense, "Dial M for Murdered", que sirvió de base para Hitchcock en "Crimen Perfecto", adaptación cinematográfica de la obra.

Destacar el soberbio trabajo de Henry Mancini, habitual músico de los filmes de Audrey, quien vuelve a acertar tras habernos regalado la maravillosa banda sonora en la anterior película de la actriz, "Dos en la carretera", recientemente reseñada y de manera excelente por la colaboradora Marilyn Rodríguez en el blog. Su obra musical acompaña perfectamente al climax de la trama de manera magistral. El retrato psicológico de todos los personajes es redondo: la ingenuidad de Sam, el desvalecimiento de Suzy, la maldad casi enfermiza de Harry Rote, la nobleza- dentro de un criminal de poca monta, pero con cierto fondo noble- de Mike... La obra de teatro tuvo dos montajes exitosos en nuestro país. Se estrenó en España en mayo de 1967, en el Teatro Marquina de Madrid en una producción dirigida por Jaime Azpilicueta e interpretada por María Asquerino, Paco Valladares y Ricardo Merino. Tuvo otro montaje en 2000, en el Teatro Real Cinema de Madrid, dirigida por Ricard Reguant y con Cristina Higueras en el papel protagonista, En definitiva, estamos ante uno de los clásicos clave de la historia del género del suspense y una muy digna retirada temporal del cine de Audrey Hepburn quien volvió a sorprender a crítica y público por igual con este nuevo registro. Merece la pena volverla a revisar de vez en cuando.