Situada en la imaginaria isla Queimada, llamada así porque las
plantaciones de caña de azúcar fueron incendiadas para evitar el saqueo por
parte de los opresores de turno, esta
película contaba la historia del
mercenario William Walker contratado por
la corona inglesa para iniciar una revuelta abolicionista del yugo portugués y poner en su lugar a un
gobierno títere que sirviera como socio comercial. Marlon Brando, para mí, en uno de sus mejores
papeles, encarnaba al mentado filibustero (el que se hace del botín,
etimológicamente hablando) inglés que para cumplir con su propósito se
inventaba un héroe legendario: José
Dolores. Sin embargo el hombre que de portamaletas del puerto
llega a ídolo popular por sus hazañas en el campo de batalla no está conforme
en el reemplazo de quien ejerce el
poder y sabe que si la isla es de negros
nativos por qué tienen que gobernar los blancos da un golpe de estado y se
entrona él mismo como líder máximo, pero una cosa es ser soldado y otra
gobernante, entonces cede el mando y se
retira para posteriormente volver a la rebelión
al darse cuenta que el despotismo sigue siendo el mismo. Los ingleses vuelven a contratar a Walker
para que como Doctor Frankenstein
elimine a su creación.
Película semiolvidada (que el
mismo Marlon Brando cuando se le preguntó por su resurrección en El padrino mencionó
como su actuación más importante concluyendo con la frase de que él no tenía la
culpa que nadie la hubiera visto) llena de problemas durante su filmación,
incluyendo continuas disputas entre la
estrella y el director no sólo por razones idiomáticas sino conceptuales (el
futuro obeso más famoso del mundo se quejaba que Pontecorvo, a quien admiraba
por "La batalla de Argel (1964)", intentó hacerle leer en voz alta el manifiesto del
partido comunista de Marx) afectaron el resultado final convirtiéndolo en un híbrido entre cine de
aventuras y película con mensaje anticolonialista. Rodada en Colombia y el Norte de Africa,
rica en escenarios naturales, reflejaba la transición del mercantilismo al capitalismo, de la
esclavitud pura a la explotación mal
asalariada. A la vez era una historia de
amistad y traición donde los ideales más nobles eran manipulados por
inescrupulosos intereses.
Director: Gillo
Pontecorvo.
Intérpretes: Marlon
Brando, Evaristo
Márquez, Renato
Salvatori, Norman
Hill, Tom
Lyons, Carlo
Palmucci, Giampiero
Albertini.
Trailer:
Reseña escrita por Carlos Fernando Carrión Quezada
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