De todos es conocido la faceta del realizador italiano dentro del fantastique y del giallo , y muchas son las películas que nos identifican con su obra ("La máscara del Demonio (1960)", "Bahía de sangre (1971)", "Terror en el espacio (1965)" y tantas otras), pero ya no tantos conocen esta particularísima y estrafalaria realización del maestro de San Remo , que tras más de 50 títulos en su haber fue el escogido por Dino de Laurentis para realizar esta adaptación del comic a la gran pantalla .
Escrita, dirigida y fotografiada por Mario Bava (que cuenta además con la colaboración de su hijo Lamberto en la dirección) la película está basada en las famosas viñetas de cómic italianas de los 60 de las hermanas Giusanni (y que hoy aun en día siguen publicándose con éxito), Bava nos cuenta la historia de un ladrón altamente seductor, astuto e ingenioso que se las apaña de mil maneras para robarle al corrupto estado y a los adinerados gangsters, otra especie de Robin Hood moderno que roba a los ricos pero no precisamente para dárselo a los pobres sino que roba por placer para gastárselo con su rubia amiguita.
Pero lo que realmente importa del film no es su sencilla historia, sino su llamativo estilo, donde un Bava en plena forma consigue con éxito mezclar el encanto de los seriales de la época, y las viñetas del cómic con un estimulante y particular estilo Kitsch tan extravagante y tan en auge en la década de los 60 para brindarnos un film delirante como pocos, y hasta alucinógeno por momentos, de puro entretenimiento, divertida ,y que para entendernos mezcla el Batman de los 60 con el estilo visual de la célebre (e infinitamente inferior) "Barbarella (1968)" de Roger Vadim y con los films de Bond.
Psicodelia a mansalva, chicas bonitas con cortos vestidos, villanos de cómic, música psicodélica, sufridos colores, lujo, robos, explosiones, y diversión a raudales en esta película que parece incluso en determinadas escenas estar filmada bajo alguna que otra sustancia prohibida.
Llena de guiños cinéfilos, la cinta se permite homenajear principalmente a los primeros films de Bond, ya no sólo por su estilo visual sino por la presencia de la rubia de turno, el típico coche del ladrón sofisticado que sustituye el legendario Aston Martin por un Jaguar negro, vehículos submarinos, un villano al más puro estilo 007 (de hecho el villano es Adolfo Celi, el mismo de "Operación trueno (1965)") y hasta una guarida subterránea como si de la cueva de Batman o de la base secreta del típico villano de Bond se tratara.
La personalísima y fascinante puesta en escena con el particular e inconfundible sello del maestro italiano son una de sus principales bazas y otra prueba más ya no sólo de lo excelente realizador que era, sino también como un excelente creador de efectos especiales sin necesidad de tecnología con una brillante capacidad de inventiva dignas de admiración y sobre todo del magnífico director de fotografía que fue. Un genio Don Mario.
Otro de las virtudes de Don Mario en esta película es su particular forma de planificar, unos planos que le sirven al cineasta para representar sus propias viñetas de cómic con unos encuadres trazados por rectángulos que le dan más sensación de historieta aun si cabe y encuadrando a los personajes de una forma muy peculiar mediante recuadros y formas geométricas que aparte de ese toque de cómic visual tan acertado ( simulando viñetas), aprovecha para darle énfasis a las emociones, a lo que sufre el personaje, una absoluta genialidad.
Diabolik, la creación de un personaje muy vivo, inteligente, seductor, altamente eficaz y con una risa terrorífica inconfundible, interpretada magistralmente por John Phillip Law que le da al personaje el carisma deseado para un héroe de comic . Un personaje principal con aspecto de superhéroe que en verdad no lo es, es más bien la perfecta representación de un anti-héroe, un criminal anarquista con aires revolucionarios que roba por placer pero contra la corrupción política, o más bien un terrorista, eso sí, un terrorista que solo hace explotar edificios como la Seguridad Social o Hacienda, sencillamente genial (ya podrías existir hoy ya), un sentimiento que hoy en día obviamente no encajaría pero que en los 60 estaba en perfecta sintonía con la contracultura de la época.
Le acompaña la despampanante rubia Marisa Mell como su chica y ambos forman una pareja protagonista que desprende una fascinante sexualidad. Michel Piccoli como jefe de policía intentando dar caza a nuestro seductor ladrón completan el reparto.
Ameniza la función una psicodélica y alucinante BSO del maestro Ennio Morricone en su estado puro que enfatiza lo absurdo de las situaciones de la peli y le otorga esa música tan de cómic.
Una película muy estimulante y sensual ,muy divertida , fascinante y delirante como pocas, con su extravagante y estrafalario estilo y con una belleza de lo más peculiar ,única en su especie, y que con el paso de los años se ha hecho un hueco en la cultura pop de forma más que merecida, un film que por desgracia pocos conocen pero que sin duda constituye una de las mejores representaciones de ese espíritu libre y revolucionario sesentero y probablemente sea una de las mejores adaptaciones del cómic llevadas a la gran pantalla que la han elevado a la categoría de lo que es: Un film de culto.
Director: Mario Bava.
Intérpretes: John
Phillip Law, Marisa
Mell, Michel
Piccoli, Adolfo
Celi, Claudio
Gora, Mario
Donen, Renzo
Palmer.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Francisco Mestanza Foyé
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