PROYECTO BRAINSTORM (1983). El invento científico de Douglas Trumbull.

Un grupo de científicos que ha permanecido durante varios años investigando, crea un aparato capaz de registrar pensamientos, emociones y sensaciones humanas, lo que les permite no sólo volver a vivir momentos pasados sino también conseguir que una persona experimente las sensaciones de otra. Ante tal innovador descubrimiento el invento pasa a ser un punto de interés para muchos ámbitos, sobre todo para el gobierno, que ve en el increíble hallazgo la posibilidad de utilizarlo como arma tecnológica militar, por lo que rápidamente aparta a los científicos del asunto para ponerse manos a la obra.

Con este más que interesante punto de partida, uno de los más grandes supervisores de efectos especiales de la historia del cine como Douglas Trumbull (de sobra conocido por ser el artífice de los efectos especiales de grandes clásicos del género como 2001: Una odisea del espacio (1968), Blade Runner (1982), Star Trek (1979) o Encuentros en la tercera fase (1977)) consigue una película que encierra un planteamiento de lo más interesante y con un desarrollo de lo más inquietante y aterrador sobre todo en su parte inicial, en la que fuera su segunda y última película como director, tras la notable Naves misteriosas (1972) con un aire ecologista realmente atractivo.

Excelente reparto encabezado por un (como siempre) genial Christopher Walken al que le secundan actores de la talla de Clift Robertson, una grandiosa Louise Fletcher ( a la que todos recordaréis por su papel de brutal enfermera Ratched en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)) y a una Natalie Wood en el que fuera su último papel para el cine ya que murió ahogada durante el momento que rodaba la película.

Un hecho, el de la muerte de Natalie Wood que convirtió a la película en maldita, debido al misterio que envolvió la repentina muerte tras una noche de alcohol a bordo de un barco donde estaban Christopher Walken, Natalie Wood y su marido Robert Wagner, los cuales se enzarzaron en una discusión que casualmente llevó a la muerte de Natalie, no se sabe a ciencia cierta lo que pasó realmente, pero se llegó a afirmar que Walken y Wagner llevaban tal estado de embriaguez que les fue imposible socorrer a Natalie cuando cayó al agua. En fin , el lado oscuro de Hollywood siempre presente, lo cual les costó a Walken y Wagner levantar su carrera hasta pasados unos años.

Si algo interesante tiene la película es su forma de tratar el tema científico de una forma bastante realista con temas (muy actuales por cierto) como la realidad virtual, la telepatía o los peligros de la ciencia avanzada en las manos equivocadas. Una película que nos puede remitir perfectamente a otras más actuales de parecida temática como el irregular film de Bigelow "Días extraños (1995)" o la fallida "El cortador de césped (1992)".

Con un ritmo narrativo que va in crescendo, una trama de lo más intrigante y unos efectos especiales nada desdeñables, tal vez se note en exceso la falta de oficio como director de Trumbull que se nota sobre todo en ese desarrollo final demasiado enredado y tal vez esa estética ochentera no acabe de resistirse bien al paso del tiempo y aún sin ser tan completa como su ópera prima y sabiendo que se le podría haber sacado más partido a un tema tan sugerente no quita que su magnífica e interesante premisa nos dejen una de las películas de ciencia ficción más inteligentes y turbadoras de la década de los 80 en cuanto a temática científica se refiere.