Joseph Mallord William Turner (Timothy Spall) precursor del impresionismo y considerado "el pintor de la luz" es un pintor de renombre que disfruta del reconocimiento de sus compañeros y de las instituciones académicas de la Inglaterra de principios del siglo XIX. Vive en la capital británica con su padre (Paul Jesson) y una asistenta (Dorothy Atkinson) que a la vez es amante ocasional; ocupa las horas pintando y haciendo viajes por Europa en busca de inspiración. Entre estas idílicas escapadas pictóricas acabará encontrando a su segunda esposa (Marion Bailey) y el maestro Turner deberá mostrar su cara más romántica y amable. Su carácter provocativo y su peculiar modo de ver el mundo y la pintura, conformarán un personaje lleno de matices y con una personalidad carismática que cautivará a seguidores y detractores de su obra. La intuición y las reflexiones que hace Turner sobre los inicios de la fotografía son dignos de admirar; otra confirmación de que era un visionario.
El Turner que nos presenta Mike Leigh, en una época de profundos cambios (se inventa la fotografía con la repercusión que tendrá sobre la pintura, y el director lo visualiza en una divertida secuencia en la que el pintor acepta ser fotografiado) es un personaje desalmado que nunca quiso a su familia (muere una de sus hijas y ni siquiera se digna ir al entierro) desprecia a su fallecida madre que acabó en un psiquiátrico y le importa un rábano la frágil salud de su padre, que le ayudó y fue su compañero fiel durante muchos años. La única amante de Turner será la pintura, la búsqueda de la luz, el dios sol, según palabras suyas, en lo que empeña su vida. Mike Leigh recrea a conciencia la época contando con una dirección artística espléndida, clona en sus fotogramas la visión que Turner tiene del mar, e ironiza sobre los colegas coetáneos en la reunión que estos tienen con sus obras en la Real Academia del Arte (se burla de Gainsborough introduciendo un bermellón chocante en uno de sus lienzos que luego transforma en boya con un salivazo y el pulgar). Turner, que empezó siendo figurativo y brillante exponente de la pintura romántica, derivó hacia un impresionismo radical, siendo uno de sus precursores, y finalmente sus cuadros se convirtieron simplemente en luces, en nubes, humaredas o nieblas traspasadas por el sol.
La película no sería lo que es si no contara con un actor excepcional, Timothy Spall (obtuvo por su interpretación el premio al mejor actor en el último festival de Cannes) al que hemos visto muchas veces de secundario de lujo en todo tipo de films, también en los de Mike Leigh, del que es interprete habitual y que aquí es el protagonista absoluto, un viejo gruñón sin apenas sentimientos, que dice de sí mismo que tiene cara de gárgola, trata a su devota y enamorada doncella (Dorothy Atkinson) como objeto de usar y tirar, y acaba sus días en un pueblo de la costa, en Chelsea, junto a la dueña de una posada (Marion Bailey), seguramente porque desde su ventana puede ver el primer rayo de sol que ilumina Gran Bretaña. En Mr. Turner hay belleza, pero también fealdad y enfermedad. Se muestran escenas de la cotidianidad de la época tan curiosas como la tienda de pinturas y pigmentos, el mercado lleno de cabezas de cerdo o la llegada de las primeras tiendas de fotografía. Todo ello mostrado con un lujo de detalles asombroso.
"Mr. Turner" no es un biopic cualquiera. Mike Leigh se toma muy en serio el oficio de "artista" y la película está por encima de pretensiones monetarias o adulaciones gratuitas. El director no está dispuesto a convertir al pintor británico J.M.W Turner en un santo, ni su obra en una película comercial más. Sus 149 minutos de duración así lo dictaminan, y para bien o para mal del espectador, esos minutos son requeridos para que la película cuente lo que quiere contar. He dejado para el final la labor poderosísima del director de fotografía Dick Pope, que consigue recrear con absoluta maestría la luz de los cuadros de Turner en planos de una belleza como hacia tiempo no se veía en una pantalla, un trabajo asombroso y que eleva a este operador en mi particular altar de los mejores directores de fotografía actuales.
"Mr Turner" no es una película perfecta, quizás no merezca estar entre las mejores de Leigh (aunque en mi modesta opinión si lo está) pero para mi ha sido una de las mas gratas sorpresas de finales del 2014, una película bellísima y nada complaciente, que con sus imperfecciones que las tiene, se ha convertido en una de mis favoritas de este año.
"Mr Turner" no es una película perfecta, quizás no merezca estar entre las mejores de Leigh (aunque en mi modesta opinión si lo está) pero para mi ha sido una de las mas gratas sorpresas de finales del 2014, una película bellísima y nada complaciente, que con sus imperfecciones que las tiene, se ha convertido en una de mis favoritas de este año.
Director: Mike Leigh.
Intérpretes: Timothy
Spall, Dorothy
Atkinson, Marion
Bailey, Paul
Jesson, Martin
Savage, Lesley
Manville.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Ramón Abelló Miñano
No cabe duda que hay interpretaciones enormes, pero en este caso, me quedo con la fotografía, casi capta el universo estético de Turner y eso no es sencillo.
ResponderEliminarUn saludo
SPALL BRILLANTE.
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