EL AURA (2005). El último film de Fabián Bielinsky.

Segunda y última película del director argentino Fabián Bielinsky, el cual falleció apenas un año después de su estreno , tras el exitazo de publico y critica que supuso su opera prima "Nueve reinas (2000)" transcurrieron cinco años en los que estuvo , meditando y preparando el guión de su próxima propuesta que se llamaría "El Aura" En esta ocasión crea una trama de suspense e intriga que funciona a la perfección. La película comienza con un hombre inconsciente en el suelo, junto a un cajero automático. Luego vemos que es un taxidermista, que embalsama animales. Un amigo lo invita a ir de cacería un par de días a una zona boscosa, en principio él se niega a la propuesta, para luego, cuando al llegar a casa y ver que su mujer no está, aceptarla.

Los dos se alojan en una cabaña en un bosque. Después el amigo marcha a la capital y Esteban decide quedarse unos días más. Accidentalmente yendo tras un venado, dispara sobre un hombre, al que mata. En su documentación descubre que se trata de un tal Dietrich, que es el dueño de la cabaña donde se aloja y el marido de la joven que lo regenta en su ausencia. Esteban es un hombre apocado, gris, de poca iniciativa, dado a fantasear, que sufre ataques de epilepsia (esos momentos en los que pierde el conocimiento, los médicos lo llaman El Aura, comenta Esteban en un momento dado, de ahí el título de la película) dotado de una memoria visual prodigiosa, la cual le permite situarse nada menos que en medio de un plan, en el que unos maleantes quieren robar la recaudación del Casino que llevan los blindados. Esteban se hace pasar por amigo de Dietrich y de ese modo tiene la oportunidad de realizar sus fantasías y de llevar a la práctica un robo, que él tantas veces ha imaginado. Como si de un puzzle se tratara Esteban recurre mentalmente a todas las fotos y documentación que va ojeando, para en breves momentos ser capaz de responder de forma acertada ante las personas que creen de verdad, que él es amigo de Dietrich. (y la forma en la que Bielinsky lo consigue es uno de los grandes aciertos de la película).

El director se aleja un poco del cine de género propiamente dicho aunque sin abandonarlo del todo (todavía hay robos, persecuciones y tiros), para internarse de lleno en el estudio psicológico de un personaje alienado y ver como operan en él determinados sucesos que lo obligan a salir a la superficie. El punto de vista es único y es el del protagonista; de hecho en los ataques epilépticos la imagen desaparece con fundido a negro y reaparece cuando recobra la conciencia. Todo lo que acontece en esos instantes es tiempo muerto, como le sucede a nuestro hombre. Esta perspectiva puede dar lugar a diferentes opciones en cuanto a lo que sucede en la acción (la escena del robo a la fábrica por ejemplo, donde aparece la figura del observador observado) y sobre todo a su desenlace, pero esto es parte del juego en el cine al que Bielinsky, inteligentemente, le saca partido y cada cual sacará sus propias conclusiones.

"El Aura" cuenta con un Ricardo Darín en plenas facultades , alejado de cualquier otro personaje que le haya tocado en suerte y obligado a transmitir todo desde una reprimida contención, aquí despliega una gama de matices inesperada que lo convierten en el actor insustituible.

El director también autor del guión, es capaz de crear una atmósfera asfixiante, en ese ambiente boscoso, que va en aumento, sirviéndose de una música prodigiosa obra de Lucio Godoy y de una preciosista fotografía obra de Checco Varese preñada de colores tenues que enfatizan aún mas ese sentimiento de agobio, a veces de irrealidad que destila la película, de una estética impecable y una fluidez en el movimiento de la cámara, gracias a una Steadicam que se usa con muchísima frecuencia en esta película.

"El Aura" pese a ser un film eclipsado por la opera prima de su director termina siendo, además de un filme muy interesante, lleno de oscuros interiores en sus personajes, el testamento y canto del cisne de un realizador argentino que desgraciadamente podría haber dejado quizás algunas joyas más.