Agu (Abraham Atta) es un niño
normal y feliz abrigado por una familia ejemplar que se dedica a ayudar a los
refugiados por la guerra cediendo tierras sobrantes de su propiedad para que
puedan subsistir. Todo se precipitará al abismo cuando le toque a su aldea ser
asaltada por el Ejército en sus operaciones de rapiña y deba huir a la selva,
donde será salvado por el "Comandante" (Idris Elba), terrible y paternalista
líder de una guerrilla formada por niños, que lo convertirá en un soldado y lo
sumergirá en un mar de sangre y resentimiento que acabará con su inocencia para
siempre.
Primera incursión en el formato
largometraje de la plataforma en streaming Netflix a cargo de Cary Joji
Fukunaga el director que nos sorprendió y maravilló con la primera temporada de
True Detective, la misma plataforma que en una lucha enconada con HBO se
disputa el trono de reina de las series y que ahora se ha lanzado también a
producir largos, no sin el monumental cabreo de las Majors que ven en esta un
enemigo potencial que se salta las normas establecidas y aceptadas por las
anquilosadas y reaccionarias compañías Hollywoodienses.
Basada en la novela del mismo
nombre del escritor nigeriano Uzodinma Iweala, la pelicúla es un eficaz
removedor de conciencias pero sin las convenciones de otros films que han
tocado el mismo tema, donde las buenas intenciones y las ganas de conmover a
cualquier precio están muy por encima de sus valores cinematográficos.
Fukunaga, sin embargo, sortea esas trampas melodramáticas y bienintencionadas
para ofrecer una escalofriante inmersión en el corazón de las tinieblas: la traumática
experiencia de un niño obligado a vivir y combatir junto a un despiadado clon
del coronel Kurtz (un impresionante Idris Elba) en un escenario de pesadilla,
que nos remite en algunos momentos a "Apocalypse Now".
Apoyándose en una muy calculada
mezcla de violencia explicita y en elipsis sobrecogedoras,con el subrayado de
la estupenda música compuesta por Dan Romer, un magnífico uso del sonido y una
serie de planos secuencia resueltos con gran maestría, el director consigue
introducir al espectador en el territorio del horror, obligarle a mirar esta
trágica epopeya a través de los ojos asustados y alucinados del protagonista,
cuya voz en off será nuestro compañero de viaje en esta inmersión alucinada al
mas enfermizo horror de una guerra sin sentido.
Idris Elba como El Comandante, es
un militar contratado por el gobierno de dicho país para crear una guerrilla en
la cual el es el Dios, un Dios que utiliza niños como adultos para un propósito
sin sentido, las drogas y los abusos de toda índole serán las herramientas que
utilizará y donde el mismo, no entiende o respeta por lo que lucha.
Sin contextualización ni
politización del conflicto, el film describe la guerra desde su verdadera
esencia: un acontecimiento absurdo, terrorífico e innecesario, llevado a cabo
por máquinas de matar (manipuladas psicológicamente) que exterminan a los
civiles como si de zombis se tratase.
Una película nacida para
incomodar al espectador, para remover conceptos y aunque sea difícil de digerir
y de visionar, totalmente necesaria y por derecho propio uno de los films mas
estremecedores, crueles y al mismo tiempo bellos del 2015.
"Vi cosas terribles e hice
cosas terribles. Si te cuento lo que hice, pensarías que soy una bestia o un
diablo. Soy todas esas cosas. Pero también tengo a mi madre, a mi padre, mi
hermano y mi hermana. Ellos me querían".
Director: Cary Joji Fukunaga.
Intérpretes: Abraham
Attah, Idris
Elba, Richard
Pepple, Opeyemi
Fagbohungbe, Ama
K. Abebrese.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Ramón Abello Miñano
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