Se trata de la única versión de este relato que no se decantó por el enfoque musical. "Ha nacido una estrella" de William A. Wellman se centra en ser un melodrama agridulce que retrata la vida íntima y nada conocida de los actores del Hollywood dorado. En esta ocasión, el alcohol está dentro del propio cine, y nunca mejor empleada esta afirmación, ya que nos describe y representa el alcoholismo de uno de los actores principales jugando siempre con una mezcla entre la fantasía del cine y la realidad de la vida íntima de sus protagonistas.
Basado en la película "What Price Hollywood? (Hollywood al desnudo, 1932)" de George Cukor ha tenido varias versiones o remakes posteriores. Este primer relato pretendía ser una dura crítica al mundo de la industria de Hollywood y a su creación de estrellas cinematográficas, con éxitos fulgurantes que aportaban grandes cantidades de dinero a los Estudios de Cine y a los productores, los cuales terminaban convirtiendo a dichos actores en meros productos comerciales ayudados por la prensa y los gustos del público. Este primer guión fue escrito por Gene Fowler y Rowland Brown y está basado en un cuento de Adela Rogers St. Johns.
Aunque claramente inspirada en la película de Cuckor, Wellman se centra en retratar con un humor crítico y algunos guiños al mundo real el tipo de vida que se respiraba en la vorágine del glamuroso Hollywood de la época. Wellman combina en su narración un humor crítico, no exento de ironía, con un drama entre romántico y decadente para señalar al público que la fama y el éxito en el cine, tan deseada por muchos, no es el cuento de hadas que la publicidad intenta vendernos.
El núcleo narrativo se centra en la figura de Esther Blodgett (Janet Gaynor), una joven encantadora que vive en una pequeña zona rural con su querida abuela. Desde niña siempre ha soñado con las estrellas de Hollywood y en poder convertirse en una de ellas. Un día decide lanzarse a la aventura, marchar a la gran ciudad e intentar conseguir un trabajo como actriz.
Esta primera parte del relato podría considerarse más bien como una amable comedia dirigida a ironizar y a recrear una sátira sobre el mundo del espectáculo, de las actrices recién llegadas que intentan abrirse camino y adaptarse al sistema de trabajo que los grandes estudios les ofrecen. Esther, es dibujada como una persona que jamás pierde su encanto ni su inocencia frente a las dificultades e inesperados reveses que recibe.
Abundan pequeños gags típicos de las comedias de la época como cuando ella trabaja de camarera en una fiesta llena de productores e intenta llamarles la atención ofreciéndoles canapés con una voz que pretenden ser sugerente, y no faltan los típicos personajes secundarios que sirven para aportar algunos gags como el dueño del hotel en que ella se aloja o su agente de prensa.
En su primer trabajo como camarera en una concurrida fiesta de Hollywood conoce a un famoso actor y galán de la época, Norman Maine (Fredric March). Norman, ha alcanzado la fama y el éxito artístico, pero en su vida personal tan sólo se dedica a beber, perseguir mujeres y a portarse groseramente con la prensa. Aclamado por el gran público, adorado y deseado por todos, no es más que un tipo caprichoso permanentemente dedicado a las fiestas y a meterse en problemas durante sus borracheras.
Desde el principio, Norman descubre en la bondad que desprende la cara de Esther algo que lo enamora al instante. Él mismo se encarga de buscarle trabajo en los Estudios y de convencer a su productor de su nuevo descubrimiento de un gran talento cinematográfico que podría acompañarlo como su nueva pareja en la gran pantalla. Enamorados en la vida real, se casan y viven felizmente. El estreno de su primera y única película juntos resulta ser un gran éxito comercial. Tanto el público como la crítica alaban ese "aire fresco" de una nueva actriz que eclipsa completamente a un actor del que todos parecen cansados. Los productores cansados de sus excesos con la bebida, la prensa cansada de sus malos modales y la audiencia cansada de que siempre represente en pantalla los mismos papeles.
En segundo tramo, el relato gana en complejidad y dramatismo jugando con una gran paradoja del destino. Ahora que por fín Norman es un hombre enamorado, feliz y de buenas costumbres, deseoso de tener una vida sosegada, su reciente esposa se ha convertido en una gran estrella. Él deja de ser rentable para los productores que pasan a centrarse únicamente en su esposa. Pierde su trabajo y pasa de ser aclamado y famoso a convertirse en un marido desempleado y anónimo, algo que no es capaz de asumir pese a sus esfuerzos y que lo empuja a la bebida una y otra vez. Cuando entra en juego el alcoholismo y la decadencia de Norman, el film tira hacia un tratamiento más serio y dramático.
La forma de beber de Norman es mucho más autodestructiva, se introduce en una amarga espiral de la que nada ni nadie, incluido el amor de su esposa puede sacarlo. El alcohol como falso refugio de su fracaso lo conducen al desastre. Especialmente dramática resulta la escena donde su famosa esposa, Esther, convertida ahora en Vicky, recibe un Óscar y él aparece completamente borracho en la ceremonia interrumpiendo le discurso de ella.
Wellman es un gran director de melodramas y esta cinta se basa más en el trabajo de los actores que en ser una originalidad visual por el empleo de la cámara o la colocación de los planos. Los actores, desde los principales hasta los secundarios, están fantásticos.
Janet Gaynor encarna perfectamente a esa muchacha ingenua y tímida que espera su oportunidad entre un millón para convertirse en estrella. Sus juegos y cambios de registro, tanto con sus gestos como con su acento, son muy divertidos y desmienten esa idea de que muchos actores del cine mudo (ella lo era) no pudieron adaptarse al cine sonoro. Irónicamente, cuando interpretó este papel Gaynor era una estrella consagrada a solo un año de retirarse del cine y con una carrera a sus espaldas que se había extendido durante más de diez años. De hecho, en 1929 se convirtió en la primera actriz en recibir un Oscar por sus interpretaciones en los clásicos del cine mudo "Amanecer (1927)" y "El séptimo cielo (1927)".
Fredric March resulta muy carismático como Norman Maine. Aunque el personaje de Gaynor es la guía del relato, realmente el personaje más interesante y el que lleva el drama a sus espaldas es el de Norman Maine, la estrella en la cima que, entre alcohol y excesos ve cómo su carrera se acaba y cómo el mundo que una vez lo adoró comienza a detestarlo. Fredric March está fantástico en el papel, muy adecuado en los momentos cómicos y en los dramáticos, muy digno en las escenas más patéticas y transmitiendo siempre ese aire de desencanto e infelicidad en su estatus de estrella fracasada. De nuevo es irónico porque March estaba probablemente en la cumbre de su carrera, también había recibido un Óscar en 1932 por "El hombre y el monstruo" y tardaría muchos años en apearse de dicha cumbre. La química entre ambos actores es estupenda, y esto sumado al excelente trabajo de ambos hace que dé gusto verlos compartiendo la pantalla y que no importe la previsibilidad de la trama.
En papeles secundarios encontramos al siempre eficaz Adolphe Menjou como el productor Niles y a Lionel Stander, un secundario muy habitual de la época, como el gruñón jefe de prensa, un magnífico contrapunto cómico.
La película recibió la estatuilla dorada en 1937 dentro de la categoría de mejor guion original, elaborado por el propio Wellman junto con Robert Carson.
Como curiosidad, añadir que el personaje de Norman Maine se basó en varios actores reales, como John Barrymore, John Gilbert y John Bowers, quien se ahogó en Malibú durante la producción de la película.
La escena del funeral se inspiró en el funeral de Irving Thalberg, donde los aficionados rodearon a su viuda Norma Shearer fuera de la iglesia. Una escena similar ocurrió en el funeral de Jean Harlow, dos meses después del lanzamiento de la película.
El Oscar que recibe Janet Gaynor en la película es suyo propio, que ganó por su papel en "El séptimo cielo (1927)". El momento en el que gana Esther el Oscar y es interrumpido por Norman, fue una déjà vu para Janet Gaynor, quien en 1929, cuando ganó su Oscar, estaba acompañada por su hermana en la gala, quien se emborrachó bastante.
Se ha especulado desde el tiempo de lanzamiento de la película, que la historia fue inspirada en el matrimonio real de Barbara Stanwyck y su primer marido, Frank Fay.
Los otros dos grandes remakes de este film están más enfocados hacia el género musical. El más conocido protagonizado por con Judy Garland en el año 1954 y dirigida por el propio Cukor, y la última versión protagonizada por Barbra Streisand en el año 1976 y dirigida por Frank Pierson. Además, todos somos conscientes de que supuso una clara influencia sobre otros famosos films muy recientes como el premiado "The Artist (2011)".
Título original: A Star is Born.
Director: William
A. Wellman.
Intérpretes: Fredric
March, Janet
Gaynor, Adolphe
Menjou, May
Robson, Andy
Devine, Lionel
Stander, Franklin
Pangborn.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
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