Precisamente la película
considerada como "puente" valga la redundancia,entre el Landismo y sus
trabajos mas serios es ésta de Juan Antonio Bardem, uno de los mejores
directores que nos ha dado el cine español, coetáneo de Luís García Berlanga
pero con peor suerte en su carrera, debido sobre todo a su militancia comunista,
incompatible con el régimen franquista que le tocó vivir. Bardem tuvo un inicio
de carrera brillante con algunos de los mejores títulos de nuestro cine como
"Cómicos (1954)", "Muerte de un ciclista (1955)" o "Calle
Mayor (1956)", todos ellos con bastante más reconocimiento fuera de España y
manteniendo una gran coherencia a pesar de los esfuerzos y logros de la censura
por mutilar su obra. Pronto la industria española le dejó pocas posibilidades de
expresarse libremente y fue relegado a la dirección de películas alimenticias y
de baja calidad. Sin embargo tras la muerte de Franco, Bardem tuvo la
oportunidad de expresarse algo mas libremente como demuestra en "Siete días
de Enero (1979)" y la que nos ocupa "El puente".
Aunque los rasgos más
característicos del Landismo y sus típicos argumentos están muy presentes en
"El puente", solo hace falta un visionado exento de complejos para
darse cuenta de que estamos ante una película de un mensaje bastante mas profundo,
con el envoltorio de una divertida Road Movie.
Juan (Alfredo Landa) trabaja de
mecánico en un taller de Madrid y aunque su jefe no le trata con mucho
respeto, él solo tiene interés en divertirse, ligar y ganar dinero, haciendo
caso omiso a los enlaces sindicales de su taller cuando le piden colaboración,
ya que a él no le gusta meterse en problemas y prefiere ir a lo suyo. En
vísperas de un puente estival, Juan se ve sin ningún plan, debido a que sus
amigos y su novia le han dejado tirado en el último momento. Esta nueva
situación le produce gran frustración y en principio no sabe como
reaccionar ni que hacer con los tan esperados días libres. Finalmente y decidido
a disfrutar el puente emprende un viaje hasta Torremolinos a lomos de su vieja
moto.
Aunque su quijotesco viaje le
genera grandes dudas, por otro lado no cesará en su empeño por llegar a
su destino y en el camino conocerá a una galería de personajes que cada a uno a
su manera le harán ver la vida de forma diferente hasta el punto de
cambiar su actitud egoísta y poco comprometida con ninguna causa. Son muchos y
variados los personajes que interrumpen el viaje de Juan ; la esposa de un
preso de ETA, una compañía teatral que representa obras muy subversivas para la
época y que provocan su encierro en prisión por una noche, una furgoneta
repleta de hippies que le introducirán en la marihuana y el amor libre, unos
emigrantes de su mismo pueblo que vuelven de trabajar en Alemania y que solo se
preocupan por aparentar un rango social superior al de los españoles o
finalmente y cerca de Andalucía los trabajadores del campo y su difícil
situación para escapar del paro en las zonas rurales. Todos ellos van
compartiendo sus experiencias con Juan y éste se va enriqueciendo social
y personalmente cada vez más.
En suma una divertida película de
la transición española, que a pesar de sus múltiples fallos contiene un mensaje
muy superior al de la mayoría de títulos de esa época y que debe verse sin
ningún tipo de complejo. Cuenta con la fotografía de José Luis Alcaine y una
excelente banda sonora de José Nieto, además de la breve aparición de una
jovencísima Victoria Abril.
Director: Juan Antonio Bardem
Intérpretes: Alfredo
Landa, Mara
Vila, Miguel
Ángel Aristu, Julián
Navarro, Eduardo
Bea, José
Yepes, Pilar
Bardem, Manuel
Alexandre.
Escena:
Reseña escrita por Francisco Javier Arco Pérez
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