El mundo de la droga siempre es
cruel y Villeneuve no se anda por las ramas. "Sicario" es un filme
complejo en su justificación y sencillo en su significado. Complejo porque las
normas que nosotros mismos establecemos, para vivir en sociedad, no siempre son
las adecuadas a la hora de enfrentarse a un mundo tan oscuro como el de la
droga. Si por algo se caracteriza el pulso narrativo del autor de "Prisioneros (2013)" es porque no da opción a que el espectador se despegue de la butaca;
nada se hace y se dice porque sí, y la credibilidad de su puesta en escena
cierra el círculo que justifica una más que correcta película sobre el mundo
del narcotráfico. La Ley está representada por Emily Blunt (Kate), una
solitaria e idealista agente del FBI obsesionada con cumplir las leyes. Kate es
el raciocinio en la frontera, ese lugar entre México y los Estados Unidos donde
las leyes no sirven para nada y son los cuerpos de elite, representados por la
Delta Force y los turbios personajes que se mueven en las alcantarillas de los
Estados, los que no solo toman la iniciativa, sino que imponen nuevas normas
más vinculadas a las leyes naturales que a las de los hombres. Kate es el único
personaje que evoluciona en todo el filme; su deseo de atrapar a los culpables
de tantas atrocidades le hace adentrarse en un mundo oscuro sin retorno; la
presión le hace recuperar antiguos vicios (fumar) y ser descuidada en su vida
cotidiana.
Villeneuve se mueve en esta atmósfera como pez en el agua, a pesar de contar con una tecnología en imagen capaz de mostrarnos cualquier rincón de los suburbios fronterizos. Con gran astucia compagina la luz con la oscuridad; prueba de ello son las secuencias espectaculares en los túneles que sirven de paso a los emigrantes que cruzan la frontera. Solo vemos la acción desde los ojos de Kate, obligando al espectador a actuar como si estuviera en una radionovela y escuchando el sempiterno espectáculo de la violencia. "Esta es una tierra de lobos, y tú no eres un lobo", espeta a la mujer Alejandro (Benicio Del Toro). La frase resume, de un modo brillante y sencillo, el significado de toda la obra. Cruzar la frontera es adentrarse en el mundo de las leyes naturales donde solo sobrevive el más fuerte. La fragilidad del personaje de Kate proviene del desconocimiento de ese mundo, oculto y rodeado por otro más cercano y familiar, al que sus enemigos no dudan en enviarla con otra lapidaria sentencia: "Será mejor que te marches a un pequeño pueblecito donde las leyes aún funcionen".
Villeneuve se mueve en esta atmósfera como pez en el agua, a pesar de contar con una tecnología en imagen capaz de mostrarnos cualquier rincón de los suburbios fronterizos. Con gran astucia compagina la luz con la oscuridad; prueba de ello son las secuencias espectaculares en los túneles que sirven de paso a los emigrantes que cruzan la frontera. Solo vemos la acción desde los ojos de Kate, obligando al espectador a actuar como si estuviera en una radionovela y escuchando el sempiterno espectáculo de la violencia. "Esta es una tierra de lobos, y tú no eres un lobo", espeta a la mujer Alejandro (Benicio Del Toro). La frase resume, de un modo brillante y sencillo, el significado de toda la obra. Cruzar la frontera es adentrarse en el mundo de las leyes naturales donde solo sobrevive el más fuerte. La fragilidad del personaje de Kate proviene del desconocimiento de ese mundo, oculto y rodeado por otro más cercano y familiar, al que sus enemigos no dudan en enviarla con otra lapidaria sentencia: "Será mejor que te marches a un pequeño pueblecito donde las leyes aún funcionen".
Director: Denis
Villeneuve.
Intépretes: Emily
Blunt, Benicio
Del Toro, Josh
Brolin, Victor
Garber, Jon
Bernthal, Jeffrey
Donovan, Daniel
Kaluuya, Maximiliano
Hernández.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Fernando de Iturrate
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