-Un jinete cuyo nombre es muerte,
cabalga un caballo blanco y el infierno le seguía-. Y así es como empieza "Corazones de acero (Fury)", citando el Apocalipsis. Un oficial nazi a lomos de
un blanquecino corcel, paseando por un campo de batalla destartalado, será
abatido por un sargento Brad Pitt, que le apuñala los ojos. David Ayer, que
ya está más que acostumbrado a lidiar con un tipo de films muy masculinos y
violentos (el año que viene estrenará "Suicide Squad"), parece ser que le ha
tomado el gusto a las relaciones que se crean entre grotescos grupos de
convivencia, todos de recalcada virilidad. "Sabotage (2014)", la película interpretada
por Schwarzenegger y "Dueños de la calle (2008)" con Keanu Reeves sirven para recalcar
lo que digo. En esta ocasión con "Corazones de acero", los habituales policías
y traficantes de la filmografía de Ayer son cambiados por soldados americanos
y nazis. Hasta ahora yo conocía el subgénero de submarinos en las películas
bélicas, con temática de la segunda guerra mundial: "Das Boot (1981)" de Wolfang
Petersen, "U-571 (2000)" de Jonathan Mostow. "K-19 (2000)" de Kathryn Bigelow... pero en este
caso, el subgénero de tanques me ha resultado novedoso. En esta violentísima
película asistimos al bautizo de guerra del joven actor Logan Lerman (Percy
Jackson), que resultará ser la pieza de recambio inexperta y sensible en un
escuadrón de desalmados soldados americanos, conductores todos ellos del tanque
que le da título al film: "Fury", y comandados por El sargento chacal (Brad
Pitt).
"Corazones de acero" no destaca por la complejidad en su entramado
argumental, pero la caracterización dura, insensible y deshinibida de sus
personajes la hacen penetrante para el espectador, junto con sus impactantes a
la vez que descarnadas imágenes de batalla. De esta manera se puede asistir a
chocantes combates entre los tanques, que escupen proyectiles de vivos colores
pareciendo armas láser de Starwars, provocando multitud de explosiones
corporales con miembros humanos volando por los aires entre vísceras y barro.
El grupo de 4 soldados (exceptuando al joven recién llegado) muestra un
blindaje "humano", a base de deslenguados y brutos muestrarios de violento
comportamiento con los enemigos, mientras que entre ellos mantienen un peculiar
código de conducta, para mantener la moral y el aguante ante las numerosas
muestras de horror que les rodea, sirviendo "El chacal-Pitt" de baluarte para
soportar semejante encrucijada en los albores del fin de la guerra en Alemania.
Por otra parte "el tanque de la furia", es el blindaje metálico que les
mantiene a salvo y en el que cada uno deberá realizar su función (por muy dura
que sea), para que que el arma (del que ellos son las tripas y engranajes)
acabe con el enemigo nazi.
El film entre cortas calmas (la conversación antes
de la lucha final con todos refugiados en el tanque, una cena en buena
compañía, sonido de piano, idilio y apasionado romance adolescente), contiene
también abultadas tormentas, en una serie de dolorosos acontecimientos que
cambiarán la personalidad del personaje del pipiolo novato, interactuando éste
con sus compañeros, para aprender a utilizar la máquina de la furia, ganádose
la confianza de todos ellos a las órdenes del sargento de Brad Pitt. Un Brad
Pitt que en su papel, parece haberse visto algún film bélico de Lee Marvin
("Doce del patíbulo (1967)") o James Coburn ("La cruz de hierro (1977)"), con una fuerza
interpretativa de conducta agresiva, pero que también tiene un lado sensible,
al modo de Tom Hanks en "Salvar al soldado Ryan (1998)", buscando su momento de
soledad para desmoronarse en forma de válvula de escape y sosegarse, antes de
volver a infundir valor entre sus subordinados. Una película cruel, en la que
podemos ver el suicidio de un soldado para evitar el dolor de soportar las
quemaduras de las llamas que consumen su cuerpo, además de la dura clase de
aprendizaje para matar del sargento Chacal hacia el joven novato, provocándole
para disparar por la espalda a un nazi rendido, entre otros ejemplos de lo
cruenta que fue la segunda guerra mundial. Un film bélico que de algún modo me
recuerda a la batalla de las Termópilas vista en "300", siendo Brad Pitt y sus
muchachos los espartanos en minoría, los nazis el numeroso grupo de persas y el
tanque, el recordado estrecho que le dio nombre a esta inmortal batalla. 5
hombres blindados por el compromiso con sus compañeros y por el acero del taque
que manipulan, para enfrentarse a su particular cadalso.
Título original: Fury.
Director: David Ayer.
Intérpretes: Brad
Pitt, Logan
Lerman, Shia
LaBeouf, Jon
Bernthal, Michael
Peña, Xavier
Samuel, Scott
Eastwood, Jonathan
Bailey, Branko
Tomovic, Adam
Ganne, Jim
Parrack.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Cristóbal Jiménez
2 opiniones :
Las secuencias de batalla son tremendamente reales y la sensación de claustrofobia dentro de un tanque de la Segunda Guerra Mundial se vive al otro lado de la pantalla.
Juanjo Ortiz.
www.elcajondegrisom.com
Actualmente los aficionados al cine Bélico lo que buscamos principalmente es la mayor fidelidad histórica posible. En todos los ámbitos, recrear aquellos escenarios es muy costoso. Sobre todo que uniformes, equipos y armas se correspondan con los que fueron utilizados realmente por aquellas unidades.
Otro punto fundamental es diferenciar este cine del típico sensacionalista tipo Los Mercenarios con ensaladas de tiros.
Lamentablemente esta película que está bastante bien, se echa a perder por la poca verosimilitud de su final. Hecho al más puro estilo Rambo. Muestra sin pudor como cada norteamericano vale por 25 alemanes. Lo cual ridiculiza un filme, que estaba reflejando con gran honestidad los horrores de la guerra y como transforma al ser humano en depredador.
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