Tengo pánico a conducir, siempre
lo he tenido. Cada vez que oigo en un noticiario que alguien ha muerto al
volante de un coche, ya sea en colisión o atropellado, siento un desasosiego
difícil de transmitir. Los accidentes de automóvil tristemente son un desastre
demasiado convencional, que en fechas veraniegas aumentan de manera horrible.
Stephen King tiene la particularidad de convertir en sus novelas lo
convencional y cotidiano en terrorífico, así que "Christine" utiliza el ideario
de King, llevando lo frecuente y normal en lo que se refiere a la pasión por
los vehículos a algo destructivo y espantoso para el ser humano. Brian de Palma "Carrie (1976)" y Stanley Kubrick "El Resplandor (1980)", entre un nutrido grupo de genios,
han adaptado al cine los libros del maestro del terror en la literatura actual,
convirtiendo a King en el autor vivo más llevado al cine, John Carpenter
(director al que admiro) es uno de esos genios. Carpenter durante décadas ha
mantenido al género de terror y ciencia ficción en un lugar destacado para los
aficionados, sobre todo en los 80's y 90's. Christine mantienen mis argumentos.
Era cuestión de tiempo que Carpenter adaptara una de las obras de King, de este
modo el director de "La cosa (1982)" y "La noche de halloween (1978)" traslada a la pantalla algo tan
normal como un coche clásico de los años 50's, para darle vida con un aura
maldita. El coche modelo Plymouth Fury del año 58 fue un estilizado automóvil,
que ahora se encuentra destartalado en un descampado lleno de abolladuras,
acumulando óxido y mugre, puesto ahora a la venta por un anciano, que no parece
muy en su juicio con una triste y desgraciada historia que llevó a su hermano a
la muerte en el desamparado carro maldito al que llamó Christine.
Será un chico de 17 años Arnie Cunningham (Keith Gordon) quien quede prendado cual embrujo por el Plymouth rojo de línea blanca, y lo comprará con el objetivo de restaurarlo. Aunque Christine está viejo y es chatarra Cunningham hará caso omiso tanto de su familia como de su amigo (John Stockwell) para que ni compre ni arregle el coche. La obsesión por Christine encierra un símil con el Fausto de Goethe ya que una vez arreglado el coche cual diablo poseerá el alma del chico, al que ofrecerá la posibilidad de vengarse de aquellos que le maltratan en el instituto y conseguir a la chica más bella de todo el colegio, una jovencísima y atractiva Alexandra Paul (antes de su participación en los vigilantes de la playa). Pero ya se sabe, todo pacto con lo demoníaco conlleva unas consecuencias....La maldición que emana del Plymouth del 58 acabará con todo aquel que intente apartar a Christine de su actual dueño, dejando un reguero de muertos en extrañas circunstancias que serán investigadas por el detective encarnado por Harry Dean Stanton, hechos que apuntan directamente a Cunningham, como joven estudiante mecánico maltratado por su compañeros de colegio y sobreexplotado trabajando en el taller que regenta el personaje del cascarrabias tiránico, interpretado por Robert Prosky.
Los únicos que pueden salvar a Arnie Cunningham de la posesiva obsesión demoníaca y casi me atrevería a decir que atracción sexual por su coche Christine, serán su novia y su único amigo, que vivirán toda la barbarie que ocurre a su alrededor. John Carpenter es capaz de hacer que un automóvil con redondeadas curvas y metalizado chasis, sea un personaje de perfil femenino malévolo y vengativo con volante y ruedas, que mata mediante una atracción fatal por su dueño, el cual le ofrece devoción de enamorada atracción por el coche, que incluso es capaz de levantar los celos de su novia de carne y hueso. Christine es una interesante propuesta de terror ofrecida con impactante desarrollo por John Carpenter, ejecutada con eficacia para tensionar al espectador mientras se asiste a la obsesión, que va mucho más allá de la obcecación de un adolescente por su carro. La intensidad del pacto diabólico de Cunningham con su adorado coche de los años 50's se saldará con fatales consecuencias...Antes de terminar, me gustaría decir que me resultó realmente curioso el parecido más que razonable que hay entre el personaje que desarrolla Robert Prosky en esta película y la criatura voladora de Watto en el episodio I de Starwars. Atención a la inquietante música del film compuesta por el propio Carpenter, además de los estupendos efectos especiales que se pueden apreciar cada vez que Christine se autoregenera.
Será un chico de 17 años Arnie Cunningham (Keith Gordon) quien quede prendado cual embrujo por el Plymouth rojo de línea blanca, y lo comprará con el objetivo de restaurarlo. Aunque Christine está viejo y es chatarra Cunningham hará caso omiso tanto de su familia como de su amigo (John Stockwell) para que ni compre ni arregle el coche. La obsesión por Christine encierra un símil con el Fausto de Goethe ya que una vez arreglado el coche cual diablo poseerá el alma del chico, al que ofrecerá la posibilidad de vengarse de aquellos que le maltratan en el instituto y conseguir a la chica más bella de todo el colegio, una jovencísima y atractiva Alexandra Paul (antes de su participación en los vigilantes de la playa). Pero ya se sabe, todo pacto con lo demoníaco conlleva unas consecuencias....La maldición que emana del Plymouth del 58 acabará con todo aquel que intente apartar a Christine de su actual dueño, dejando un reguero de muertos en extrañas circunstancias que serán investigadas por el detective encarnado por Harry Dean Stanton, hechos que apuntan directamente a Cunningham, como joven estudiante mecánico maltratado por su compañeros de colegio y sobreexplotado trabajando en el taller que regenta el personaje del cascarrabias tiránico, interpretado por Robert Prosky.
Los únicos que pueden salvar a Arnie Cunningham de la posesiva obsesión demoníaca y casi me atrevería a decir que atracción sexual por su coche Christine, serán su novia y su único amigo, que vivirán toda la barbarie que ocurre a su alrededor. John Carpenter es capaz de hacer que un automóvil con redondeadas curvas y metalizado chasis, sea un personaje de perfil femenino malévolo y vengativo con volante y ruedas, que mata mediante una atracción fatal por su dueño, el cual le ofrece devoción de enamorada atracción por el coche, que incluso es capaz de levantar los celos de su novia de carne y hueso. Christine es una interesante propuesta de terror ofrecida con impactante desarrollo por John Carpenter, ejecutada con eficacia para tensionar al espectador mientras se asiste a la obsesión, que va mucho más allá de la obcecación de un adolescente por su carro. La intensidad del pacto diabólico de Cunningham con su adorado coche de los años 50's se saldará con fatales consecuencias...Antes de terminar, me gustaría decir que me resultó realmente curioso el parecido más que razonable que hay entre el personaje que desarrolla Robert Prosky en esta película y la criatura voladora de Watto en el episodio I de Starwars. Atención a la inquietante música del film compuesta por el propio Carpenter, además de los estupendos efectos especiales que se pueden apreciar cada vez que Christine se autoregenera.
Título original: John Carpenter's Christine.
Director: John Carpenter.
Intérpretes: Keith
Gordon, John
Stockwell, Alexandra
Paul, Harry
Dean Stanton, Robert
Prosky, Christine
Belford, Roberts
Blossom.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Cristóbal Jiménez
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4 opiniones :
Una película que siempre me ha gustado :)
Opino igual que tú 'Descubrepelis', como puede leerse en mi escrito. Gracias por leerme.
Muy buena pelicula
Donde puedo verlo co pleto porfv
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