Niki Junpei es un un entomólogo
aficionado y profesor de escuela. Un día sale en busca de insectos a un
desierto de arena. Va en busca de un raro ejemplar. Lleva en la mano un libro
de insectos. La enorme belleza del paisaje le hace perder la noción del tiempo.
Duerme, ha oscurecido y no tiene medios para volver a la ciudad. Se ve obligado
a quedarse a pasar allí la noche. Un desconocido lo conduce a una peculiar casa
situada bajo un pozo de arena. En ella vive una joven viuda y sola. El objetivo
es pasar la noche y marchar al día siguiente. Pero por extrañas circunstancias
se ve retenido en el lugar, días, semanas y meses. Entre ellos se establece una
extraña convivencia así como una extraña relación. El hará todo lo posible para
huir del lugar culpando a la mujer de la situación de cautiverio en la que se
encuentra. Ella hará todo lo posible para retenerlo a su lado y así mitigar su
soledad. Entre ellos entablarán una insana relación sexual. La mujer de la arena
es una película, a priori, difícil de reseñar, (al menos para mí), difícil de
clasificar o catalogar. No es una película fácil, al uso. Rodada en blanco y
negro, cuenta con una preciosista fotografía a cargo de Hiroshi Segawa en la
que destaca los planos exteriores, fotografiados con una intensa luz blanca y
cegadora. A diferencia de las filmadas en el interior de la casa, las cuales
son oscuras y tenues.
Hiroshi Teshigahara filma las escenas interiores con
preciso detalle y sensualidad, el cuerpo desnudo de la mujer, el rostro de
ambos en unos primeros planos donde se puede percibir la respiración, el
ambiente claustrofóbico envuelve la película; pero sobre todo, la arena, las
corrientes de arena son filmadas de un modo magistral. Además de la pareja protagonista,
la arena es uno más de los personajes en la película, un personaje importante.
La arena del desierto se muestra amenazante, esa arena que todo lo inunda y
todo lo cubre: el paisaje, la casa. Ellos mismos están a su merced y a merced
de algún vecino que les proporciona agua y alimentos ocasionalmente desde
arriba de la montaña de arena a través de una cuerda. La arena condiciona y
decide su existencia La mujer de la arena está basada en una novela de Kobo Abe,
considerado en su país un escritor existencialista al escribir sobre la pérdida
de identidad del hombre japonés contemporáneo, se hizo cargo también del guion.
Su director, Hiroshi Teshigahara pertenece a la generación de actores llamados
de la nueva ola japonesa.
Una generación que rompió con el clasicismo de los
directores japoneses, con el costumbrismo y la tradición de antaño,
revolucionando el cine nipón, debido en parte, al crecimiento económico que
experimentaba Japón en ese momento. Junpei, cual Sísifo, cava, trepa la montaña
de arena y cae, volviendo siempre al punto de partida. Su esfuerzo es en vano.
Según la mitología griega Sísifo fue castigado por los dioses por toda la
eternidad a empujar una enorme piedra montaña arriba. Una vez en la cima, la
piedra vuelve a caer a los pies de la montaña y, debe empezar a empujarla
nuevamente hacia arriba hasta su ascenso. Albert Camus interpreta al mito de
Sísifo como el héroe ideal y absurdo y, su castigo como representante de la
condición humana: el absurdo de la vida humana. Aislamiento, poder y sumisión o
libertad de elección son los temas que aborda la película. La mujer de la arena
resulta una película fascinante, sus imágenes hipnóticas, igual que al
protagonista, atrapa como una tela de araña. Con bastantes elementos de
surrealismo, oníricos y simbólicos, se puede definir la cinta como: atrevida,
contemplativa, poética, misteriosa y, enormemente filosófica; elementos que
hacen que La mujer de la arena sea una obra imprescindible para los amantes de
este tipo de cine.
Frase para recordar: "Todo el mundo mira para sí mismo".
Título original: Suna no onna.
Director: Hiroshi Teshigahara.
Intérpretes: Eiji Okada, Kyôko Kishida, Hiroko
Ito, Kôji Mitsui, Ginzô Sekiguchi, Kiyohiko Ichihara.
Trailer:
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