"Tengo poco
respeto por la opinión de la multitud. Mi instinto me hacía dudar de la visión
mayoritaria. Mi padre había dirigido mis pensamientos y lecturas. Él me había
ensenado a cuestionar en lugar de aceptar. Nunca pensó que el miedo a Dios era
el comienzo de la
Sabiduría. Yo siempre he sentido que esa duda era el comienzo
de la Sabiduría ,
y que el miedo a Dios era el final de la Sabiduría" .
Clarence Darrow
(1857-1938).
En el verano de
1925 el abogado Clarence Seward Darrow viajó a la ciudad de Dayton, en el Estado
sureño de Tennessee, para hacerse cargo de la defensa de John Thomas Scopes, un
profesor de escuela acusado de enseñar a sus alumnos las teorías evolucionistas
de Darwin. Enseñar a los jóvenes que el hombre proviene de animales inferiores,
en lugar de las "excelencias creacionistas" del
libro del Génesis
de La Biblia ,
contravenía de manera flagrante la normativa del Estado. El proceso fue
conocido como "Scopes Trial" (Juicio de Scopes), "El Juicio del Mono" o "El
Juicio Biblia-Evolución", y congregó a movimientos de todo el país. Por un lado
estaban los defensores del Fundamentalismo
Religioso Protestante (Fundamentalismo que debe ser entendido como sinónimo de intransigencia o fanatismo),
en concreto la World ’s
Christian Fundamentals Association (WCFA), Asociación Fundamentalista Cristiana
mundial. Se ocuparon de sembrar por el país el uso del
anti-evolucionismo como
un símbolo unificador de una amplia variedad de fundamentalistas cristianos. Veían
en el darwinismo la representación de las amenazas que traía la sociedad
moderna y en particular los Estados más ricos del
norte del país como Illinois ,
Massachussets o Nueva York. Por otro lado, este peculiar proceso convocó al Movimiento
por Los Derechos Civiles, y en particular a La American Civil
Liberties Union (ACLU), muy sensibilizados con el destino del juicio, donde las
consecuencias jurídicas para el acusado no eran tan importantes como la
tolerancia respecto a la libertad de pensamiento, y de cátedra, es decir, los
valores que realmente estaban en juego, es decir,. Ese es sin duda el gran tema
del
maravilloso filme de Stanley Kramer "La herencia del Viento".
Este juicio probablemente fue el primero con enorme repercusión mediática a lo largo de todo el país, antes de que la televisión llegara a los tribunales. Fragmentos del mismo fueron retransmitidos en directo por prestigiosas emisoras de radio y la prensa se hizo eco de todo tipo de noticias, directas o concomitantes, publicando cientos de caricaturas, algunas realmente ingeniosas. Clarence Darrow fue uno de los abogados más famosos de Estados Unidos. Un icono del siglo XX, instalado en el imaginario colectivo de su país. Algunos de los procesos más célebres en los que intervino, han sido dramatizados tanto en el teatro como en la pequeña o gran pantalla. Fue definido por John A. Farrel, autor del libro Clarence Darrow: Attorney for the damned (Clarence Darrow: Abogado de los condenados), como "brillante en su elocuencia". En aquellos días, los abogados y fiscales podían realizar informes ante el tribunal durante 12 horas o incluso más. Darrow en el caso de Leopold y Loeb habló durante tres días. Su informe de cierre en el caso Bill Haywood, un líder sindical acusado de asesinato, en Idaho, de 1907, se encuentra entre las grandes antologías de la oratoria de su país. Destacó como hombre de letras (publicó ensayos, escribió su autobiografía, una novela, dio conferencias…) y como activista social, principalmente como infatigable luchador contra la pena de muerte, a la que llamó Crimen del Estado (Murder by the State). En tal sentido fue miembro y presidente dela American League To
Abolish Capital Punishment (La liga Americana para Abolir la Pena de Muerte). También fue miembro
y presidente de la NAACP
(National Asociation for the Advance of Colored People), la Asociación Para el
progreso de la Gente
de Color, la unión pro derechos civiles que, entre otros asuntos, llevó ante el
Tribunal Supremo el caso de la segregación racial en las escuelas de los
Estados del sur del país, y que generó la emblemática Sentencia del alto
tribunal en el caso Brown v.
Board of Education, 347 U.S. 483 (1954), Caso Brown contra Consejo de
Educación. El cine ha
tratado al personaje de Clarence Darrow con profunda admiración y respeto.
El mencionado caso Leopold y Loeb inspiró la novela Compulsion y la película que adaptó dicha novela, la excelente "Impulso Criminal (1959)", de Richard Fleischer, con un inmenso Orson Welles en la piel de Darrow, aunque en el filme se llama Johnathan Wilk. El filme de Alfred Hitchcock "La Soga (1948)",
basado en una obra teatral de Patrick Hamilton, también está inspirado en este
famoso asunto, donde dos jóvenes cultos, universitarios deciden, para demostrar
su superioridad intelectual, secuestrar y matar a otro joven de 14 años. El
film de Hitchcock, todo un ejercicio de suspense en unidad de tiempo y espacio,
transcurre antes de que el asunto trascienda a los tribunales de justicia. Entre el 26 de
marzo y el 23 de abril de 1974, Henry Fonda recorrió Estados Unidos recitando
en los escenarios el guión-monólogo escrito por David W. Rintels, inspirado en
el libro biográfico Clarence Darrow for the Defense, de Irving Stone. El
director del montaje teatral fue el productor, actor y director de origen
rumano, John Houseman. En septiembre de ese mismo año, el canal de televisión NBC
emitió el telefilme de 81 minutos de duración titulado Clarence Darrow,
dirigido por John Rich y que condensa en esa duración, los 120 minutos del
memorable monólogo teatral. La obra teatral y el telefilme, reproducen
extractos de alegatos finales (closing arguments), contra-interrogatorios a
testigos de la acusación (cross-examinations), y ácidas reflexiones sobre su
vida, con mucha ironía y sabiduría. Una memorable composición envuelta en esa
sobriedad de corte clásica que hicieron de Henry Fonda uno de los mejores
actores de la historia. El telefilme "Darrow (1991)", protagonizado por Kevin Spacey, dirigido por John David
Coles, constituye otra completa aproximación al personaje. Spacey realiza una
memorable construcción del letrado, en un recorrido de tres décadas de su vida,
sus casos más importantes y su activismo social, condensados en alrededor de 90
minutos de duración. Kevin Spacey ha regresado en 2014 a los escenarios,
interpretando en el Old Vic, legendario Teatro londinense, la obra Clarence
Darrow, según el guión de David W. Rintels, y el libro de Irving Stone, justo
cuarenta años después de que lo hiciese Henry Fonda. Pero la más
recordada aproximación al carismático personaje es sin duda la realizada por
uno de los más grandes actores de todos los tiempos, Spencer Tracy, que se
entregó en cuerpo y alma, bajo la inspirada dirección de Stanley Kramer, para
otorgar en "La Herencia
del Viento" un maravilloso recital interpretativo en los últimos años de su
dilatada carrera profesional.
Este juicio probablemente fue el primero con enorme repercusión mediática a lo largo de todo el país, antes de que la televisión llegara a los tribunales. Fragmentos del mismo fueron retransmitidos en directo por prestigiosas emisoras de radio y la prensa se hizo eco de todo tipo de noticias, directas o concomitantes, publicando cientos de caricaturas, algunas realmente ingeniosas. Clarence Darrow fue uno de los abogados más famosos de Estados Unidos. Un icono del siglo XX, instalado en el imaginario colectivo de su país. Algunos de los procesos más célebres en los que intervino, han sido dramatizados tanto en el teatro como en la pequeña o gran pantalla. Fue definido por John A. Farrel, autor del libro Clarence Darrow: Attorney for the damned (Clarence Darrow: Abogado de los condenados), como "brillante en su elocuencia". En aquellos días, los abogados y fiscales podían realizar informes ante el tribunal durante 12 horas o incluso más. Darrow en el caso de Leopold y Loeb habló durante tres días. Su informe de cierre en el caso Bill Haywood, un líder sindical acusado de asesinato, en Idaho, de 1907, se encuentra entre las grandes antologías de la oratoria de su país. Destacó como hombre de letras (publicó ensayos, escribió su autobiografía, una novela, dio conferencias…) y como activista social, principalmente como infatigable luchador contra la pena de muerte, a la que llamó Crimen del Estado (Murder by the State). En tal sentido fue miembro y presidente de
El mencionado caso Leopold y Loeb inspiró la novela Compulsion y la película que adaptó dicha novela, la excelente "Impulso Criminal (1959)", de Richard Fleischer, con un inmenso Orson Welles en la piel de Darrow, aunque en el filme se llama Johnathan Wilk. El filme de Alfred Hitchcock "
2. HEREDARÁS EL VIENTO.
"- Mi Bailarina
dorada. Estaba en la gran vidriera del almacén general de Wakeman, Ohio. Solía
pararme en la acera y pensar ‘si tuviese la bailarina dorada, lo tendría todo’.
Tenía unos 7 años entonces y era todo un experto en caballos de madera. La Bailarina Dorada
tenía crines rojas, ojos azules y era totalmente dorada con manchas púrpura.
Cuando el sol hacía brillar sus estribos, era un espectáculo digno de ver. Pero
costaba lo que mi padre ganaba en varias semanas, así que entre ella y yo
siempre se interpuso una gran vidriera. Y entonces…veamos… no puede haber sido
en Navidad. Debe de haber sido en mi cumpleaños. Me levanté en la mañana y ¡allí
estaba La Bailarina Dorada !
A los pies de mi cama. Mamá había ahorrado en las compras y papá había hecho
horas extras por un mes. Salté sobre la montura y comencé a cabalgar… y se
rompió.
-¡No!
- Se partió en
dos. La madera estaba podrida. La habían pegado con saliva y parafina. Era
brillante e insustancial… y así es como me sentí en la reunión de fieles de
esta noche. Fue sólo brillo y magia. ¿Dices que das esperanzas a la gente? Yo
creo que se la estás robando.
-Oh, vamos,
Henry…
-En tanto el
requisito para ese ‘radiante paraíso’ sea la ignorancia, el fanatismo y el odio
yo diré ¡al infierno con eso! ".
Conversación
entre Henry Drummond
y Matthew
Harrison Brady
En 1955 se publicó la obra teatral Inherit
the wind (Heredarás el viento) escrita por Jerome Lawrence y Robert E. Lee,
basada en el controvertido proceso contra el profesor Scopes. El contexto de la
obra de teatro es mucho más severo que el de la historia que se narra. Los años
50 son los tiempos de la terriblemente famosa Caza de Brujas emprendida por el
Senador Republicano Joseph Rymond MacCarthy, que "declaró la guerra" al
comunismo en su país y a todo aquél que, según su terrible Comité de
Actividades Antiamericanas (House Un-American Activities Committee o House
Committee on Un-American Activities, siglas en inglés: HUAC o HCUA), lo
practicaba o era sospechoso de haber esgrimido ideas comunistas. La obra
teatral de Lawrence y Lee se erige en una alegoría de la persecución del
comunismo en EEUU, por supuesto en tono de denuncia. El profético título de la
misma, proviene de una cita del Libro de los Proverbios (11,29) de La Biblia : "El que perturba su
casa heredará el viento, y el necio será esclavo del sabio de corazón". En la obra de
teatro se alteran los nombres de los personajes principales. El personaje de Clarence
Darrow se llama Henry Drummond. El ferviente defensor de la biblia William
Jennings Bryan, en la obra se convierte en Matthew Harrison Brady y el maestro
John Scopes, en Bertrand Cates. La ciudad real de Dayton pasa a ser la
imaginaria Hillsboro. Bryan había sido Secretario de Estado para el presidente
Woodrow Wilson y se había presentado sin éxito en dos ocasiones para ocupar la Casa Blanca. Consagró
su vida a tratar de evitar la enseñanza de las teorías de la evolución en las
escuelas y falleció poco después del juicio. De la mencionada
obra teatral de Lawrence y Lee, además de la película dirigida por Stanley
Kramer, se han realizado otras tres versiones directamente para la televisión.
La primera es del año 1965, dirigida por George Shaefer, con Melvin Douglas como Drummond y Ed Bigley como Brady. La segunda versión, del año 1988, fue dirigida por David Green, con Jason Robards en el papel de Henry Drummond y Kirk Douglas como Harrison Brady. Finalmente, en 1999 se estrenó la tercera versión, dirigida por Daniel Petrie y protagonizada por Jack Lemmon y George C. Scott en los papeles de Drummond y Brady respectivamente. En el Teatro, actores como Paul Muni, Leslie Nielsen o Edward Asner se han puesto en la piel de Clarence Darrow sobre los escenarios. La obra teatralLa Herencia del Viento se representa
una y otra vez por EEUU y el filme de Kramer se utiliza a efectos didácticos en
escuelas y universidades, y se ha analizado y diseccionado hasta la saciedad.
En España el año 2013 se publicó el libro colectivo La Herencia del Viento. La Lucha de los Derechos,
coordinado por Andrés García Inda y María José Bernuz y editado por Tirant lo
Blanch en la colección Cine y Derecho. El atractivo manual aborda el filme
desde múltiples e interesantes puntos de vista, que incluyen el cinematográfico,
socio-político y aspectos jurídicos de interés, como la trascendencia
constitucional del caso. En el año 2010 se estrenó
directamente en formato doméstico "Alleged (2010)", Presunto, un filme dirigido
por Tom Hines, que trata el controvertido Juicio del Mono, desmarcándose de la
referida obra teatral y abordando la historia desde la ficticia perspectiva de
un joven periodista que se debate entre la integridad periodística y el
sensacionalismo a la hora de cubrir el famoso juicio al profesor John Scopes.
En este film el actor Brian Dennehy interpreta a Clarence Darrow y Fred Dalton
Thompson a William Jennings Brian, quienes recuperan sus nombres originales, al
no estar el filme inspirado en la mencionada obra de teatro. Pese a tratar una
historia principal de ficción y romance, las secuencias del juicio en sí, marco
de la trama, rezuman autenticidad al estar inspiradas directamente en las actas
del mismo.
La primera es del año 1965, dirigida por George Shaefer, con Melvin Douglas como Drummond y Ed Bigley como Brady. La segunda versión, del año 1988, fue dirigida por David Green, con Jason Robards en el papel de Henry Drummond y Kirk Douglas como Harrison Brady. Finalmente, en 1999 se estrenó la tercera versión, dirigida por Daniel Petrie y protagonizada por Jack Lemmon y George C. Scott en los papeles de Drummond y Brady respectivamente. En el Teatro, actores como Paul Muni, Leslie Nielsen o Edward Asner se han puesto en la piel de Clarence Darrow sobre los escenarios. La obra teatral
3. STANLEY
KRAMER. CINEASTA DE MENSAJE.
"...Al igual que muchos
niños de la década de 1930, yo quería arreglar todos los males de la humanidad.
Pero dejemos a un lado la retórica de la política, lo que me atrae en términos
cinematográficos es la idea de contar una historia contra un contexto de
conflicto social o político. No estoy interesado en cambiar la opinión de
nadie, sólo en contar una historia…"
Stanley Kramer
1960 es un año
clave para los historiadores del cine. En el panorama cinematográfico
irrumpieron con fuerza las superproducciones "Espartaco (1960)",
de Stanley Kubrick y "Éxodo (1960)", de Otto Preminger. Tales
filmes, magníficos ambos, no sólo destacaron por su majestuosidad y espectáculo,
sino, principalmente, porque ambos comparten en sus créditos el nombre del
guionista Dalton Trumbo, uno de los "10 de Hollywood". Trumbo fue uno de los
artistas condenados por desacato al negarse a declarar ante el mencionado Comité
de Actividades Antiamericanas. Ese gesto, ha sido definido como "el principio
del fin" de la Caja
de Brujas. Ese año, junto a ambas superproducciones, se coloca con dignidad en
la cartelera la quinta película del productor y realizador Stanley Kramer. Una
película sencilla, de denuncia social que, casualmente o no, adapta una
historia que subliminalmente condena la nefasta persecución del comunismo. Stanley Earl Kramer nació en 1913 en Nueva
York. De origen Judío, se graduó en Administración de Empresas en la Universidad de Nueva
York. Se mudó a Hollywood donde quería ejercer como guionista. Comenzó desde
abajo, como chico para todo, hasta convertirse en Asistente de Producción.
Durante la segunda guerra mundial, Kramer sirvió entre 1943-1945 en el Cuerpo
de Comunicaciones, donde continuó su itinerario como cineasta, esta vez en la
producción de documentales sobre el ejército de su país. Terminada la
contienda, Kramer se creció ante la dificultad de encontrar empleo en el
Hollywood de la postguerra y se asoció con los guionistas Carl Foreman y Herber
Baker, el empresario George Glass y el Abogado Sam Zagon, creando la productora "Screen Plays Inc.", que luego se transformaría en “Kramer Productions, Inc”.
Producciones suyas son las excelentes "El Ídolo de Barro (1949)",
de Mark Robson, "Sólo Ante el Peligro (1952)", de Fred
Zinnemann, ambas escritas por Foreman, o, de forma no acreditada, "El Motín delCaine (1954)", de Edward Dmytryk, ésta última, en
palabras del historiador Roman Gubern "…una apología de la obediencia ciega a
los superiores y a la autoridad constituida…".
Un filme muy bien filmado, pero que constituye una lamentable apología al militarismo más recalcitrante. En 1955, Stanley Kramer debuta como director en la mediocre "No serás un extraño (1955)", un precedente de las historias folletinescas alrededor de la medicina que dos décadas después coparían la pequeña pantalla en horas de sobremesa. Su segundo largometraje, la monumental "Orgullo y Pasión (1957)", es igualmente desafortunada. Unos imposibles Cary Grant y Frank Sinatra, en la piel de un oficial británico y un guerrillero español, respectivamente, se disputaban, en el seno de la guerra de la independencia española y durante el traslado de un enorme cañón por la piel de toro, el amor de una campesina española, interpretada por Sofía Loren (como si no existiesen divas españolas con el suficiente carisma). El despropósito de casting y una historia plagada de tópicos, completamente innecesaria e increíble, convierten en un espectáculo lamentable a esta superproducción, rodada íntegramente en nuestro país, con el completo apoyo logístico del entonces Caudillo de España. Las siguientes tres películas del director, vislumbran ese “cine con mensaje” que tanto cultivaría Kramer los siguientes años. Se trata de películas que responden a un tema o asunto concreto, contienen de manera explícita un mensaje específico y explícito, de contenido social y/o político, tan relevante, que constituye el núcleo de la historia, hasta el punto de que ésta gira en torno a ese mensaje que se intenta transmitir a la audiencia. La trilogía de las llamadas "controversial pictures" (películas controvertidas) en la carrera de Kramer como director, está constituida por los siguientes filmes. En primer lugar "Fugitivos (1958)", un excelente drama humano de denuncia contra el racismo imperante en el país, y que sigue a Tony Curtis y a Sidney Poitier, dos presidiarios encadenados que se han fugado del penal donde ambos estaban recluidos. Dos personajes que se odian profundamente, pero que están destinados a entenderse, son magníficamente interpretados por los dos actores principales, que dan la talla ante el magnífico guión de Nedrick Young (otro de los miembros de la lista negra de Hollywood) y Harold Jacob Smith, ganador del premio Óscar en su categoría. El segundo de los filmes controvertidos es "La
Hora Final (1959)", un desolador drama,
acerca de las andanzas de los miembros de la tripulación de un submarino
nuclear estadounidense, después de una guerra nuclear, en busca de supervivientes
y de un lugar en la tierra donde poder vivir a salvo de las nubes radioactivas
que paulatina e implacablemente extinguen la vida en el planeta. Una aterradora
llamada de atención sobre las consecuencias de una catástrofe de estas
magnitudes, protagonizada por Gregory Peck, Ava Gardner y Fred Astaire. El tercero de
los filmes polémicos del cineasta neoyorkino, el mejor de toda la carrera de
Kramer como director, es "La herencia del Viento".
Para este filme, vuelve a contar con el tándem formado por Nedrick Young y Harold Jacob Smith al guión. Los escritores no se limitan a adaptar la mencionada pieza teatral, sino que recaban directamente información de las actas del proceso, a los efectos de otorgarle mayor realismo a los diálogos y a las situaciones experimentadas ante el tribunal. Kramer se encuentra particularmente inspirado tras la cámara. Se nota que el tema le interesa y mucho. Se puede apreciar que es un "hombre de cine", pues destila experiencia y sabiduría captando el esfuerzo interpretativo de sus actores. Destaca el empleo de la técnica de la profundidad de campo, inmortalizada por Orson Welles en su obra maestra "Ciudadano Kane (1941)". La técnica mencionada permite recoger a varios de los actores-personajes en un mismo plano, a distintos niveles de proximidad del encuadre, según las necesidades narrativas de cada momento. Spencer Tracy y Frederich March están memorables en sus papeles, pero también destacan Gene Kelly en la piel del cínico y sarcástico periodista E.K. Hornbeck (el personaje posee unos diálogos realmente sensacionales, entre mordaces e irónicos), Claude Atkins como el reverendo Jeremiah Brown y Harry Morgan como el Juez Mel Coffey, que trata de proporcionar a la defensa un juicio justo, dentro de las mediáticas contingencias que sacuden al mismo. Es una verdadera lástima que el personaje de Brady sea tratado de un modo tan caricaturesco desde el guión. Es un personaje plano, sin fisuras y caricaturesco. De esta manera se enfatiza el maniqueísmo de ambos personajes y queda sobradamente expuesta la posición de la película. Ello puede apreciarse especialmente en el enfrentamiento didáctico de Brady con Drummond, personaje éste, al contrario, magníficamente perfilado y definido desde el guión y magníficamente comprendido por el veterano Spencer Tracy. El enfrentamiento entre ambos veteranos maestros de la retórica, tendrá su secuencia cumbre cuando la defensa llama al Reverendo Mathew Harrison Brady al estrado como testigo-experto (expert witness) enLa Biblia. Se entabla
entre ambos juristas un magistral juego dialéctico donde se combate, nada menos,
que por la libertad de pensamiento y la capacidad del ser humano de poner en
entredicho las "grandes verdades" del Todopoderoso frente a la obediencia ciega
e incuestionable del libro sagrado. "La Biblia es un buen libro, pero no es el único
libro", dirá Drummond a su oponente. La inolvidable set piece (escena o
conjunto de escenas que tienen autonomía propia dentro de un filme), que
aconteció realmente en el proceso de Dayton, fue filmada en una sola toma, de
una sola vez, captada por la cámara de Kramer con un virtuoso juego de
planos-contraplanos, travellings y el empleo de los mencionados planos de
profundidad de campo. Podemos apreciar cómo van incorporándose al encuadre
otros personajes, realzando el efecto de las preguntas y respuestas. Al año siguiente
Kramer se embarcaría en otro proceso judicial emblemático del siglo veinte: "Los
Juicios de Nüremberg", también con Spencer Tracy al frente del reparto. Su sensacional
plantel de estrellas y las estupendas secuencias de tribunales, no lograron
eclipsar su magnífica recreación del Juicio del Mono, uno de los grandes filmes "de tribunales" que el cine americano ha cultivado tan maravillosamente a lo
largo de su historia. La ABA
journal, la Revista
de la Asociación
Americana de Abogados, publicó en el año 2008 el resultado de
una encuesta realizada a abogados de todo el país para elegir las mejores películas
de juicios de todos los tiempos. La herencia del Viento ocupa el quinto lugar
de la lista, de un total de 25 películas. En la lista de los 25 mejores
abogados de ficción de la historia del cine, Henry Drummond ocupa igualmente el
quinto lugar, según la encuesta realizada al efecto entre juristas por la
mencionada revista jurídica.
Un filme muy bien filmado, pero que constituye una lamentable apología al militarismo más recalcitrante. En 1955, Stanley Kramer debuta como director en la mediocre "No serás un extraño (1955)", un precedente de las historias folletinescas alrededor de la medicina que dos décadas después coparían la pequeña pantalla en horas de sobremesa. Su segundo largometraje, la monumental "Orgullo y Pasión (1957)", es igualmente desafortunada. Unos imposibles Cary Grant y Frank Sinatra, en la piel de un oficial británico y un guerrillero español, respectivamente, se disputaban, en el seno de la guerra de la independencia española y durante el traslado de un enorme cañón por la piel de toro, el amor de una campesina española, interpretada por Sofía Loren (como si no existiesen divas españolas con el suficiente carisma). El despropósito de casting y una historia plagada de tópicos, completamente innecesaria e increíble, convierten en un espectáculo lamentable a esta superproducción, rodada íntegramente en nuestro país, con el completo apoyo logístico del entonces Caudillo de España. Las siguientes tres películas del director, vislumbran ese “cine con mensaje” que tanto cultivaría Kramer los siguientes años. Se trata de películas que responden a un tema o asunto concreto, contienen de manera explícita un mensaje específico y explícito, de contenido social y/o político, tan relevante, que constituye el núcleo de la historia, hasta el punto de que ésta gira en torno a ese mensaje que se intenta transmitir a la audiencia. La trilogía de las llamadas "controversial pictures" (películas controvertidas) en la carrera de Kramer como director, está constituida por los siguientes filmes. En primer lugar "Fugitivos (1958)", un excelente drama humano de denuncia contra el racismo imperante en el país, y que sigue a Tony Curtis y a Sidney Poitier, dos presidiarios encadenados que se han fugado del penal donde ambos estaban recluidos. Dos personajes que se odian profundamente, pero que están destinados a entenderse, son magníficamente interpretados por los dos actores principales, que dan la talla ante el magnífico guión de Nedrick Young (otro de los miembros de la lista negra de Hollywood) y Harold Jacob Smith, ganador del premio Óscar en su categoría. El segundo de los filmes controvertidos es "
Para este filme, vuelve a contar con el tándem formado por Nedrick Young y Harold Jacob Smith al guión. Los escritores no se limitan a adaptar la mencionada pieza teatral, sino que recaban directamente información de las actas del proceso, a los efectos de otorgarle mayor realismo a los diálogos y a las situaciones experimentadas ante el tribunal. Kramer se encuentra particularmente inspirado tras la cámara. Se nota que el tema le interesa y mucho. Se puede apreciar que es un "hombre de cine", pues destila experiencia y sabiduría captando el esfuerzo interpretativo de sus actores. Destaca el empleo de la técnica de la profundidad de campo, inmortalizada por Orson Welles en su obra maestra "Ciudadano Kane (1941)". La técnica mencionada permite recoger a varios de los actores-personajes en un mismo plano, a distintos niveles de proximidad del encuadre, según las necesidades narrativas de cada momento. Spencer Tracy y Frederich March están memorables en sus papeles, pero también destacan Gene Kelly en la piel del cínico y sarcástico periodista E.K. Hornbeck (el personaje posee unos diálogos realmente sensacionales, entre mordaces e irónicos), Claude Atkins como el reverendo Jeremiah Brown y Harry Morgan como el Juez Mel Coffey, que trata de proporcionar a la defensa un juicio justo, dentro de las mediáticas contingencias que sacuden al mismo. Es una verdadera lástima que el personaje de Brady sea tratado de un modo tan caricaturesco desde el guión. Es un personaje plano, sin fisuras y caricaturesco. De esta manera se enfatiza el maniqueísmo de ambos personajes y queda sobradamente expuesta la posición de la película. Ello puede apreciarse especialmente en el enfrentamiento didáctico de Brady con Drummond, personaje éste, al contrario, magníficamente perfilado y definido desde el guión y magníficamente comprendido por el veterano Spencer Tracy. El enfrentamiento entre ambos veteranos maestros de la retórica, tendrá su secuencia cumbre cuando la defensa llama al Reverendo Mathew Harrison Brady al estrado como testigo-experto (expert witness) en
Título original: Inherit the Wind.
Director: Stanley
Kramer.
Intèrpretes: Spencer
Tracy, Fredric
March, Gene
Kelly, Dick
York, Claude
Akins, Florence
Eldridge, Donna
Anderson.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Manuel García de Mesa
1 opiniones :
Completísima reseña y valiosa reflexión sobre ese cine que no caduca en su año de estreno. Saludos.
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