Onibaba es un filme que muchos calificarían de
inclasificable. Es una película que puede responder a varios géneros y, a la
vez, no definirse dentro de ninguno de ellos. Lo que si podemos afirmar, sin
dudar, es que se ha convertido en una película de culto. La historia que nos
cuenta Onibaba no es otra que una historia de supervivencia en medio de las
guerras feudales que azotan Japón. Dos mujeres, una madre (Nobuko Otowa) y una
esposa (Jitusko Yoshimura) tratan de salir adelante mientras aguardan el regreso
de su hijo (y esposo) del campo de batalla. Para ello y, en medio de la escasez
de alimentos, sobreviven despojando a los cadáveres de los soldados muertos o
asesinando a estos guerreros solitarios o perdidos para poder vender sus armas
y armaduras a cambio de alimentos. Un día regresa Hachi (Kei Sato), un amigo y
compañero de batalla del hijo (y marido) de las mujeres. Él les cuenta que su
amigo ha muerto y no regresará. Al poco tiempo, Hachi empezará a poner los ojos
sobre la esposa de su amigo muerto y se creará una situación tensa con la
madre, ya que esta siente que su nuera la abandone y la deje sola. Así que
intentará evitar esa relación disfrazándose con la máscara robada a un
guerrero asesinado días atrás. Se le aparecerá a su nuera por las noches en
medio de los campos de juncos para asustarla y evitar sus encuentros con Hachi.
El filme está dirigido por Kaneto Shindo (1912-2012), pionero de la producción
independiente en Japón. Shindo fue un alumno aventajado del gran Kenji
Mizoguchi y, al igual que él, muchas de sus obras están interpretadas por
personajes de mujeres de fuerte carácter. Nació en Hiroshima, la ciudad que le
causó algunas inquietudes por los hechos acaecidos allí durante la II Guerra
Mundial, lo que le animó a crear varias películas sobre la ciudad y la bomba
atómica. Comenzó a dirigir en 1951 y entre sus obras podemos encontrar varias
autobiográficas en las que relata diferentes etapas de su vida: Sobre su
infancia, sobre cómo se convirtió en guionista, sobre su empresa o sobre su etapa
en el servicio militar. Es director al que considero un poco todoterreno, ya
que no sólo dirigía, sino que escribía todos sus guiones, además de producir e,
incluso, hacer de director artístico en algunas de sus creaciones. A esto
habría que sumarle que siempre fue un director que gustaba de tener que
manejarse con bajos presupuestos, en ocasiones, presupuestos de risa.
Tuvo una
vida bastante longeva (murió a los 100 años) y dirigió su última película
("Postcard (2011)") a los 98 años de edad. Además de Onibaba, podemos destacar "La
isla desnuda (1960)", "Live today, die tomorrow! (1970)" o "Three without leaves
(1986)", además del documental sobre su maestro, "Kenji Mizoguchi: La vida de un
director (1975)". Muchos espectadores e sientan ante la pantalla esperando de
Onibaba una película de terror. Esto hay que entenderlo si miramos dentro del
folklore japonés y descubrimos que un Oni es un demonio con apariencia de
anciana. Pero lo que realmente encontramos es un metraje en el que los únicos
demonios que existen son los que cada personaje lleva en su interior y que hace
que esta película se revista de crudeza. Onibaba habla de pasiones y de deseos
reprimidos, del sentido de la posesión, de la soledad y, sobre todo, de la
liberación de los instintos más básicos del ser humano.
Nada más arrancar,
Shindo nos coloca pequeños símbolos, a modo de miguitas de pan, que nos van
conduciendo hacia una atmósfera de inquietud, creando la sensación de que en
cualquier momento algo va a ocurrir. Toda esta ambientación la crea a través de
una fotografía plagada de claroscuros, a la vez que resulta algo áspera. En
algunos momentos puede evocarnos aquel expresionismo alemán de los años 20. La
banda sonora también contribuye a crear esta atmósfera en gran medida,
repitiéndose una y otra vez hasta alcanzar su máximo esplendor en los momentos
más dramáticos. Y, también, su no banda sonora, Shindo emplea magistralmente
los silencios para dotar de mayor dramatismo en determinadas escenas. En
definitiva, estamos ante una gran película cargada de simbología y sutileza. En
algunos casos, no se puede apreciar todo el conjunto con un sólo visionado.
Frase para recordar: "¡No soy
un demonio, soy un ser humano!"
Título original: Onibaba.
Director: Kaneto Shindo.
Intérpretes: Nobuko Otowa, Jitsuko
Yoshimura, Kei Sato, Jukichi Uno, Taiji Tonoyama.
Información complementaria:
Kaneto Shindo
Trailer:
Información complementaria:
Kaneto Shindo
Reseña escrita por Juanma Falcón
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