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las tres noches de eva
Para su tercer largometraje para la Paramount, Preston Sturges ("El milagro de Morgan Creek (1944)") usaría un guión de Monckton Hoffe ("Julia se porta mal (1948)") para la realización de esta delirante comedia romántica de los inicios de los años cuarenta. La película en cuestión se centraría en el romance que mantienen la timadora Jean Harrington, que junto a su padre (el coronel Harrington) y su criado (Gerard) se dedican a desplumar a todo millonario ingenuo que se cruza por su camino, y una de sus victimas (Charles Pike), un joven rico y experto en el estudio de las serpientes del Amazonas. Sin dudas nos encontramos con una de las grandes comedias norteamericanas de la época (las también llamadas "screwball"), de ritmo alocado y vivaz, caracterizada por combinar de manera acertada escenas románticas (algunas de ellas de cierta carga erótica pero suavizadas para evitar el ataque de la censura de aquellos años) con otras de toque más cómico y desternillante (los momentos de las caídas de los  personajes son una habitual de la trama)  y que contaría con la presencia de un grupo de actores de enorme carisma en la gran pantalla. Cabe destacar que la obra de Sturges a parte de ser una divertida comedia romántica que juega con la premisa de que nadie es quien parece, esconde una sutil sátira sobre el mundo de las altas esferas sociales donde el realizador se burla de manera sofisticada de los ricos, tratándoles a éstos como personas aburridas y fácilmente manipulables.

las tres noches de eva

Barbara Stanwyck ("Perdición (1944)") , una de las grandes "femme fatales" que nos ha dado la historia del cine en compañía de un joven Henry Fonda ("Guerra y paz (1956)"), que hizo de la década de los cuarenta su etapa de consagración definitiva en el mundo del celuloide, formarían a la pareja protagonista, dos míticos actores que traspasarían su historia de amor de la obra fuera de las cámaras. Éstos estarían bien acompañados por los secundarios Charles Coburn ("Los caballeros las prefieren rubias (1953)") como el coronel Harrington y padre de Jean (su mejor personaje en la gran pantalla), William Demarest (actor fétiche de Preston Stuges, recordado por sus papeles de tipo duro y que también veríamos en títulos como "Los viajes de Sullivan (1941)" y "Un marido rico (1942)") en la piel de Muggsy, el criado-protector de Charles Piker y la presencia de una enorme serpiente llamada Emma que participaría en algunos de las momentos más divertidos del film, un detalle (el de comedia romántica con compañía de animales) que hizo que la obra de Sturges fuera comparada con otra de las grandes comedias clásicas por aquel entonces, "La fiera de mi niña (1938)" de Howard Hawks. La película fue nominada a los Óscar en la categoría de mejor guión original, estatuilla que perdería a manos de Harry Seagel con "El difunto protesta (1941)"). Entre sus escenas hago mención la partida de cartas donde Jean intenta evitar a toda costa de que su padre desplume al crédulo Charles, las secuencias de las zancadillas (la que se produce al inicio y al final de la película) o esa declaración de amor en alta mar de Henry Fonda a Barbara Stanwyck. Como curiosidad, la primera opción que barajó la productora para que interpretaran al dúo protagonista fueron las de Paulette Goddard y Ray Milland.

Frase para recordar: "Eres capaz de hundir a alguien y acto seguido devolverle a las nubes".

las tres noches de evalas tres noches de eva

Título original: The lady Eve.

Director: Preston Sturges.

Intérpretes: Barbara Stanwyck, Henry Fonda, Charles Coburn, William Demarest.

Escena: 






Información complementaria:
Charles Coburn

Reseña escrita por Jesús Fariña

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LAS TRES NOCHES DE EVA (1941)

las tres noches de eva
Para su tercer largometraje para la Paramount, Preston Sturges ("El milagro de Morgan Creek (1944)") usaría un guión de Monckton Hoffe ("Julia se porta mal (1948)") para la realización de esta delirante comedia romántica de los inicios de los años cuarenta. La película en cuestión se centraría en el romance que mantienen la timadora Jean Harrington, que junto a su padre (el coronel Harrington) y su criado (Gerard) se dedican a desplumar a todo millonario ingenuo que se cruza por su camino, y una de sus victimas (Charles Pike), un joven rico y experto en el estudio de las serpientes del Amazonas. Sin dudas nos encontramos con una de las grandes comedias norteamericanas de la época (las también llamadas "screwball"), de ritmo alocado y vivaz, caracterizada por combinar de manera acertada escenas románticas (algunas de ellas de cierta carga erótica pero suavizadas para evitar el ataque de la censura de aquellos años) con otras de toque más cómico y desternillante (los momentos de las caídas de los  personajes son una habitual de la trama)  y que contaría con la presencia de un grupo de actores de enorme carisma en la gran pantalla. Cabe destacar que la obra de Sturges a parte de ser una divertida comedia romántica que juega con la premisa de que nadie es quien parece, esconde una sutil sátira sobre el mundo de las altas esferas sociales donde el realizador se burla de manera sofisticada de los ricos, tratándoles a éstos como personas aburridas y fácilmente manipulables.

las tres noches de eva

Barbara Stanwyck ("Perdición (1944)") , una de las grandes "femme fatales" que nos ha dado la historia del cine en compañía de un joven Henry Fonda ("Guerra y paz (1956)"), que hizo de la década de los cuarenta su etapa de consagración definitiva en el mundo del celuloide, formarían a la pareja protagonista, dos míticos actores que traspasarían su historia de amor de la obra fuera de las cámaras. Éstos estarían bien acompañados por los secundarios Charles Coburn ("Los caballeros las prefieren rubias (1953)") como el coronel Harrington y padre de Jean (su mejor personaje en la gran pantalla), William Demarest (actor fétiche de Preston Stuges, recordado por sus papeles de tipo duro y que también veríamos en títulos como "Los viajes de Sullivan (1941)" y "Un marido rico (1942)") en la piel de Muggsy, el criado-protector de Charles Piker y la presencia de una enorme serpiente llamada Emma que participaría en algunos de las momentos más divertidos del film, un detalle (el de comedia romántica con compañía de animales) que hizo que la obra de Sturges fuera comparada con otra de las grandes comedias clásicas por aquel entonces, "La fiera de mi niña (1938)" de Howard Hawks. La película fue nominada a los Óscar en la categoría de mejor guión original, estatuilla que perdería a manos de Harry Seagel con "El difunto protesta (1941)"). Entre sus escenas hago mención la partida de cartas donde Jean intenta evitar a toda costa de que su padre desplume al crédulo Charles, las secuencias de las zancadillas (la que se produce al inicio y al final de la película) o esa declaración de amor en alta mar de Henry Fonda a Barbara Stanwyck. Como curiosidad, la primera opción que barajó la productora para que interpretaran al dúo protagonista fueron las de Paulette Goddard y Ray Milland.

Frase para recordar: "Eres capaz de hundir a alguien y acto seguido devolverle a las nubes".

las tres noches de evalas tres noches de eva

Título original: The lady Eve.

Director: Preston Sturges.

Intérpretes: Barbara Stanwyck, Henry Fonda, Charles Coburn, William Demarest.

Escena: 






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Charles Coburn

Reseña escrita por Jesús Fariña

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raíces profundas
La llegada de un pistolero (Shane) a un pueblo de granjeros sería la única esperanza de salvación de una familia que sufre la amenaza de un terrateniente y sus hombres, los cuáles tratarían por todos los medios de apoderarse de sus tierras al igual que a la del resto de habitantes de la zona. De esta manera comenzaría este estimulante western dirigido por el polivalente George Stevens ("Un lugar en el sol (1951)") donde basándose en la novela homónima de Jack Schaefer (de otro de sus relatos sobre el lejano Oeste también surgiría la entretenida "Monte Walsh (1970)"), el realizador nos mostraría, aparte de todos los ingredientes típicos en este género cinematográficos (venganzas, duelos entre pistoleros, grandes paisajes...), el interesante detalle de presentar la figura del héroe a través de la mirada inocente de un niño. Hombres de principios y leales a sus raíces, un triángulo amoroso (aunque no se refleja abiertamente podemos descubrir la atracción que siente la mujer del granjero hacia Shane) y la lucha sin piedad entre ganaderos sin escrúpulos y granjeros honrados serían otros de los temas expuestos durante la trama de película. Sin llegar a la calidad de las obras de John Ford y Howard Hawks, el film de Stevens posee de las virtudes suficientes y esa magia especial del cine clásico (a pesar de la cierta simplicidad e ingenuidad que presenta el conjunto total de la obra) que hace de este título una película atractiva para cualquier buen aficionado al western norteamericano.

raíces profundas

El héroe del film estaría representado por Alan Ladd ("La dalia azul (1946)"), actor que formaría junto a Veronica Lake una de las parejas míticas del celuloide y que aquí con su personaje de Shane, el pistolero defensor de los débiles y el hombre atrapado por su pasado, conseguiría su papel más reconocido y valorado durante toda su carrera profesional. Van Heflin (el Athos de "Los tres mosqueteros (1948)" de George Sidney) como el orgulloso granjero Joe Starrett, Emilie Meyer ("Senderos de gloria (1957)") como el terrateniente Rufus Ryker, Jack Palance (siempre con sus habituales personajes de villano) representando al peligroso y rápido pistolero Jack Wilson y la actriz Jean Arthur ("Caballero sin espada (1939)"), en su última aparición en la gran pantalla, como esposa de Joe Starret completarían el reparto principal de actores. Tampoco querría pasarme por alto la presencia de Brandon de Wilde ("La última bala (1957)") con su genial interpretación de Joey Starret (el carismático hijo de la familia protagonista), un actor que nos dejaría a la pronta edad de 30 años a causa de un desgraciado accidente de tráfico.

raíces profundas

Entre sus escenas me quedaría con las dos grandes peleas vistas en el film (tanto la que se produce en el bar de Grafton donde Alan Ladd tendrá que versélas con los hombres de Rufus Ryker o la que mantienen Shane y Joe Starrett, donde el pistolero intenta evitar a toda costa de que el granjero sea presa de una emboscada) y con ese emotivo momento final donde el pequeño Joey grita el nombre de Shane mientras éste se aleja hacia el horizonte. Como en todo buen western que se precie debe de haber una buena fotografía que resalte los paisajes del salvaje Oeste al igual que una buena banda sonora que ponga ambiente musical a dichas imágenes, en este caso el film  cumple con creces esos dos elementos gracias al magnífico trabajo del director de fotografía Loyal Griggs ("Los diez mandamientos (1956)") y la conmovedora composición musical de Victor Young ("El hombre tranquilo (1952)"), una bella partitura que sorprendentemente no sería nominada a los Óscar en la ceremonia de aquel año. En la década de los años ochenta Clint Eastwood realizaría su particular remake, sin llegar a ser una copia exacta, sobre la obra con la notable "El jinete pálido (1985)". Como curiosidad, los papeles de Shane y Joe Starret iban a ser interpretados inicialmente por Montgomery Clift y William Holden pero éstos, para suerte de Alan Ladd y Van Heflin, no llegarían a buen puerto.

Frase para recordar: "El hombre que se acostumbra a ser buen observador llegará siempre donde se proponga".

Raíces profundasRaíces profundas

Título original: Shane.

Director: George Stevens.

Intérpretes: Alan Ladd, Van Heflin, Jean Arthur, Jack Palance, Brandon de Wilde.


Trailer: 


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Jean Arthur

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RAÍCES PROFUNDAS (1953). Un pistolero llamado Alan Ladd.

raíces profundas
La llegada de un pistolero (Shane) a un pueblo de granjeros sería la única esperanza de salvación de una familia que sufre la amenaza de un terrateniente y sus hombres, los cuáles tratarían por todos los medios de apoderarse de sus tierras al igual que a la del resto de habitantes de la zona. De esta manera comenzaría este estimulante western dirigido por el polivalente George Stevens ("Un lugar en el sol (1951)") donde basándose en la novela homónima de Jack Schaefer (de otro de sus relatos sobre el lejano Oeste también surgiría la entretenida "Monte Walsh (1970)"), el realizador nos mostraría, aparte de todos los ingredientes típicos en este género cinematográficos (venganzas, duelos entre pistoleros, grandes paisajes...), el interesante detalle de presentar la figura del héroe a través de la mirada inocente de un niño. Hombres de principios y leales a sus raíces, un triángulo amoroso (aunque no se refleja abiertamente podemos descubrir la atracción que siente la mujer del granjero hacia Shane) y la lucha sin piedad entre ganaderos sin escrúpulos y granjeros honrados serían otros de los temas expuestos durante la trama de película. Sin llegar a la calidad de las obras de John Ford y Howard Hawks, el film de Stevens posee de las virtudes suficientes y esa magia especial del cine clásico (a pesar de la cierta simplicidad e ingenuidad que presenta el conjunto total de la obra) que hace de este título una película atractiva para cualquier buen aficionado al western norteamericano.

raíces profundas

El héroe del film estaría representado por Alan Ladd ("La dalia azul (1946)"), actor que formaría junto a Veronica Lake una de las parejas míticas del celuloide y que aquí con su personaje de Shane, el pistolero defensor de los débiles y el hombre atrapado por su pasado, conseguiría su papel más reconocido y valorado durante toda su carrera profesional. Van Heflin (el Athos de "Los tres mosqueteros (1948)" de George Sidney) como el orgulloso granjero Joe Starrett, Emilie Meyer ("Senderos de gloria (1957)") como el terrateniente Rufus Ryker, Jack Palance (siempre con sus habituales personajes de villano) representando al peligroso y rápido pistolero Jack Wilson y la actriz Jean Arthur ("Caballero sin espada (1939)"), en su última aparición en la gran pantalla, como esposa de Joe Starret completarían el reparto principal de actores. Tampoco querría pasarme por alto la presencia de Brandon de Wilde ("La última bala (1957)") con su genial interpretación de Joey Starret (el carismático hijo de la familia protagonista), un actor que nos dejaría a la pronta edad de 30 años a causa de un desgraciado accidente de tráfico.

raíces profundas

Entre sus escenas me quedaría con las dos grandes peleas vistas en el film (tanto la que se produce en el bar de Grafton donde Alan Ladd tendrá que versélas con los hombres de Rufus Ryker o la que mantienen Shane y Joe Starrett, donde el pistolero intenta evitar a toda costa de que el granjero sea presa de una emboscada) y con ese emotivo momento final donde el pequeño Joey grita el nombre de Shane mientras éste se aleja hacia el horizonte. Como en todo buen western que se precie debe de haber una buena fotografía que resalte los paisajes del salvaje Oeste al igual que una buena banda sonora que ponga ambiente musical a dichas imágenes, en este caso el film  cumple con creces esos dos elementos gracias al magnífico trabajo del director de fotografía Loyal Griggs ("Los diez mandamientos (1956)") y la conmovedora composición musical de Victor Young ("El hombre tranquilo (1952)"), una bella partitura que sorprendentemente no sería nominada a los Óscar en la ceremonia de aquel año. En la década de los años ochenta Clint Eastwood realizaría su particular remake, sin llegar a ser una copia exacta, sobre la obra con la notable "El jinete pálido (1985)". Como curiosidad, los papeles de Shane y Joe Starret iban a ser interpretados inicialmente por Montgomery Clift y William Holden pero éstos, para suerte de Alan Ladd y Van Heflin, no llegarían a buen puerto.

Frase para recordar: "El hombre que se acostumbra a ser buen observador llegará siempre donde se proponga".

Raíces profundasRaíces profundas

Título original: Shane.

Director: George Stevens.

Intérpretes: Alan Ladd, Van Heflin, Jean Arthur, Jack Palance, Brandon de Wilde.


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Jean Arthur

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Carrie 1976
Bajo un escenario estudiantil y adolescente nos llegaría a mediados de los años setenta esta magnífica (y primera) adaptación cinematográfica sobre una novela de Stephen King, sin lugar a dudas la mejor que se ha hecho hasta el momento, con permiso de "Cuenta conmigo (1986)", "Misery (1990)" y "Cadena perpetua (1994)", de este escritor estadounidense. El film, dirigido por el  irregular Brian de Palma ("El fantasma de Paraíso (1974)"), nos narraría la terrorífica historia de venganza de Carrie White, una tímida joven con poderes telequinésicos que sufre la constante humillación de sus compañeras de clase al mismo tiempo que mantiene una insana relación con su posesiva y desequilibrada madre. La película fue un enorme éxito entre el público de la época trayendo para su productora (la United Artist) un enorme beneficio económico para sus arcas y eso que la realización de dicho film fue llevado a cabo con dos duros (o euros para ajustarnos a los tiempos que corren). Brian de Palma pondría de manifiesto con esta obra de cómo una trato sobreprotector de una madre a una hija puede provocar en ésta una influencia negativa tanto en su comportamiento con el entorno social que vive como en su propia salud mental, un tema que ya había sido tratado anteriormente en la sobresaliente "Psicosis (1960)" de Hitchcock, donde el protagonista apoyado en la opresiva educación de su madre estaría envuelto en un estado de represión sexual, sentimiento de culpa y locura algo que también le sucede en gran medida al personaje principal de la obra que centro en esta reseña.


Carrie 1976

La película estaría protagonizada por Sissy Spacek, una actriz que tras dejarnos buen sabor de boca con su papel de Holly Sargis, la pareja de un asesino en serie en aquellas "Malas tierras (1973)" de Terrence Malick, le llegaría su gran oportunidad de ganarse la simpatía del público y el reconocimiento de la crítica (fue nominada a los Óscar de aquel año donde Faye Dunaway por "Network. Un mundo implacable (1976)" le arrebataría la estatuilla de mejor actriz) gracias a su creíble interpretación de Carrie White. En el papel de la madre obsesiva y de fuerte convicción religiosa (Margaret White) tendríamos a Piper Laurie, una actriz que volvía a ponerse detrás de las cámaras después de pasar 15 años en el anonimato tras su participación junto a Paul Newman en la mítica "El buscavidas (1961)". Completando el reparto de actores secundarios cabe resaltar el debut en la gran pantalla de William Katt (quizás más recordado por encabezar aquella serie televisiva de los ochenta titulada "El gran héroe americano") poniéndose en la piel de Tommy Ros, el chico que invita a Carrie al baile de graduación, a Nancy Allen (actriz que iba a convertirse en la futura esposa de Brian de Palma a los pocos años de estrenarse esta obra y que también veríamos en las aventuras cibernéticas de "Robocop (1987)") como la mala de la función, la coqueta Chris Hargensen, y a un John Travolta (antes de triunfar en las pista de baile con su Tony Manero en "Fiebre del sábado noche (1977)" como el novio macarra de ésta última (Billy Nolan).

Carrie 1976

Entre sus escenas cabe destacar el momento del primer periodo de la protagonista en las duchas del instituto o esa famosa secuencia de Carrie cubierta con sangre de cerdo, un instante que hará que la protagonista pase de la alegría absoluta (había ganado un "amañado" concurso de baile) a la tristeza y al odio extremo (la mayor parte de los presentes se burlan de la ridícula situación). El film tendría una sangrienta secuela a finales de los noventa con "Carrie 2: La ira (1999)" y un remake lanzado directamente al formato televisivo con "Carrie (2002)". Como curiosidad, antes de que el italiano Pino Donaggio ("Piraña (1978)") fuera el encargado de componer la partitura musical de la obra el elegido había sido el legendario Bernand Herrmann ("El cabo del miedo (1962)"), pero no se pudo llevar a cabo debido a que éste fallecería momentos previos a la fase de producción.

Frase para recordar: "¡Todos se van a reír de ti!".

Carrie 1976Carrie 1976

Director: Brian de Palma.

Intérpretes: Sissy Spacek, Piper Laurie, William Katt, Nancy Allen, John Travolta.

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Sissy Spacek

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CARRIE (1976). Los poderes telequinésicos de Sissy Spacek.

Carrie 1976
Bajo un escenario estudiantil y adolescente nos llegaría a mediados de los años setenta esta magnífica (y primera) adaptación cinematográfica sobre una novela de Stephen King, sin lugar a dudas la mejor que se ha hecho hasta el momento, con permiso de "Cuenta conmigo (1986)", "Misery (1990)" y "Cadena perpetua (1994)", de este escritor estadounidense. El film, dirigido por el  irregular Brian de Palma ("El fantasma de Paraíso (1974)"), nos narraría la terrorífica historia de venganza de Carrie White, una tímida joven con poderes telequinésicos que sufre la constante humillación de sus compañeras de clase al mismo tiempo que mantiene una insana relación con su posesiva y desequilibrada madre. La película fue un enorme éxito entre el público de la época trayendo para su productora (la United Artist) un enorme beneficio económico para sus arcas y eso que la realización de dicho film fue llevado a cabo con dos duros (o euros para ajustarnos a los tiempos que corren). Brian de Palma pondría de manifiesto con esta obra de cómo una trato sobreprotector de una madre a una hija puede provocar en ésta una influencia negativa tanto en su comportamiento con el entorno social que vive como en su propia salud mental, un tema que ya había sido tratado anteriormente en la sobresaliente "Psicosis (1960)" de Hitchcock, donde el protagonista apoyado en la opresiva educación de su madre estaría envuelto en un estado de represión sexual, sentimiento de culpa y locura algo que también le sucede en gran medida al personaje principal de la obra que centro en esta reseña.


Carrie 1976

La película estaría protagonizada por Sissy Spacek, una actriz que tras dejarnos buen sabor de boca con su papel de Holly Sargis, la pareja de un asesino en serie en aquellas "Malas tierras (1973)" de Terrence Malick, le llegaría su gran oportunidad de ganarse la simpatía del público y el reconocimiento de la crítica (fue nominada a los Óscar de aquel año donde Faye Dunaway por "Network. Un mundo implacable (1976)" le arrebataría la estatuilla de mejor actriz) gracias a su creíble interpretación de Carrie White. En el papel de la madre obsesiva y de fuerte convicción religiosa (Margaret White) tendríamos a Piper Laurie, una actriz que volvía a ponerse detrás de las cámaras después de pasar 15 años en el anonimato tras su participación junto a Paul Newman en la mítica "El buscavidas (1961)". Completando el reparto de actores secundarios cabe resaltar el debut en la gran pantalla de William Katt (quizás más recordado por encabezar aquella serie televisiva de los ochenta titulada "El gran héroe americano") poniéndose en la piel de Tommy Ros, el chico que invita a Carrie al baile de graduación, a Nancy Allen (actriz que iba a convertirse en la futura esposa de Brian de Palma a los pocos años de estrenarse esta obra y que también veríamos en las aventuras cibernéticas de "Robocop (1987)") como la mala de la función, la coqueta Chris Hargensen, y a un John Travolta (antes de triunfar en las pista de baile con su Tony Manero en "Fiebre del sábado noche (1977)" como el novio macarra de ésta última (Billy Nolan).

Carrie 1976

Entre sus escenas cabe destacar el momento del primer periodo de la protagonista en las duchas del instituto o esa famosa secuencia de Carrie cubierta con sangre de cerdo, un instante que hará que la protagonista pase de la alegría absoluta (había ganado un "amañado" concurso de baile) a la tristeza y al odio extremo (la mayor parte de los presentes se burlan de la ridícula situación). El film tendría una sangrienta secuela a finales de los noventa con "Carrie 2: La ira (1999)" y un remake lanzado directamente al formato televisivo con "Carrie (2002)". Como curiosidad, antes de que el italiano Pino Donaggio ("Piraña (1978)") fuera el encargado de componer la partitura musical de la obra el elegido había sido el legendario Bernand Herrmann ("El cabo del miedo (1962)"), pero no se pudo llevar a cabo debido a que éste fallecería momentos previos a la fase de producción.

Frase para recordar: "¡Todos se van a reír de ti!".

Carrie 1976Carrie 1976

Director: Brian de Palma.

Intérpretes: Sissy Spacek, Piper Laurie, William Katt, Nancy Allen, John Travolta.

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Sissy Spacek

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tiempos modernos
Antes de burlarse de la figura de Adolf Hitler y criticar el tema del nazismo en aquella polémica parodia titulada "El gran dictador (1940)", Charles Chaplin rodaría "Tiempos modernos", una maravillosa obra donde el cineasta se despedía de una vez por todas del cine mudo en detrimento de la llegada del cine sonoro, sin lugar a dudas una dura decisión que tomaría Chaplin durante su carrera profesional. La historia del film, escrita como era habitual por él mismo, pondría a su personaje de "Charlot" como un estresado empleado de una fábrica de metalurgia que después de pasar una temporada encerrado en el manicomio a causa de una crisis nerviosa intentará llevar a cabo una nueva vida en libertad, aunque eso le implicara sufrir la dureza del mundo capitalista y la explotación laboral que ofrecen muchas empresas de la época. La obra de Chaplin supuso un retrato sarcástico sobre la pobreza que se vivía durante la etapa de "La gran depresión" (o el famoso "Crack" del 29) donde temas tan actuales (tanto en aquella fecha como los que padecemos hoy en día) como fueron (o son) el desempleo, la revolución industrial, las huelgas sindicales y el abuso de los empresarios también tuvieron cabida en el trascurso del film. La obra también contaría con elementos futurísticos, especialmente en los ofrecidos durante los primeros compases de la obra, éstos nos presentaría al protagonista en un entorno que en cierta manera nos hacía recordar a los ambientados en el "Metrópolis (1927)" de Fritz Lang. Acompañando a Charles Chaplin en sus divertidas aventuras laborales nos encontraríamos con Paulette Goddard ("Mujeres (1939)"), actriz que después de tener pequeños papeles en obras como "Las calles de la ciudad (1931)" o "Torero a la fuerza (1932)" de Leo McCarey le llegaría su gran oportunidad profesional participando en este film donde daría vida  a una vagabunda y huerfana que trata de sobrevivir de las penurias que le ofrece la mendicidad.

tiempos modernos

La magia desprendida por la pareja protagonista también se trasladaría fuera de la pantalla y es que Chaplin y Paulette Goddard iniciarían, por aquel entonces, una relación sentimental que les llevaría al matrimonio al termino del rodaje  (luego se separarían al poco tiempo de acabar "El gran dictador", pero bueno eso ya es otra historia...). Es difícil destacar una escena en particular ya que todas ellas, caracterizadas por combinar divertidos gags con elementos de denuncia social, estarían perfectamente realizadas pero si tengo que quedarme con alguna me quedaría con el mítico momento donde Chaplin se queda atrapado entre los engranajes de una máquina, la secuencia de patinaje dentro del centro comercial o ese instante final donde el propio Chaplin cogido de la mano de Paulette Goddard caminan esperanzados sobre una carretera perdida hacia el horizonte. Tampoco quiero olvidarme del genial momento donde Chaplin es utilizado como conejillo de indias para probar una maquina inventada con la idea de alimentar a los empleados mientras éstos trabajan y así evitar perder tiempo durante la jornada laboral. Como curiosidad, esta sería la primera película que veríamos a hablar (bueno, mejor dicho cantar) a "Charlot" en la gran pantalla y también la última donde Chaplin encarnaba a este mítico personaje cinematográfico.

Frase para recordar: "Tiempos modernos, una historia sobre la industria, sobre la iniciativa individual, la cruzada de la humanidad en búsqueda de la felicidad".

tiempos modernostiempos modernos

Título original: Modern times.

Director: Charles Chaplin.

Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Stanley Standford, Henry Bergman.


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Paulette Goddard

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TIEMPOS MODERNOS (1936). Chaplin y la revolución industrial.

tiempos modernos
Antes de burlarse de la figura de Adolf Hitler y criticar el tema del nazismo en aquella polémica parodia titulada "El gran dictador (1940)", Charles Chaplin rodaría "Tiempos modernos", una maravillosa obra donde el cineasta se despedía de una vez por todas del cine mudo en detrimento de la llegada del cine sonoro, sin lugar a dudas una dura decisión que tomaría Chaplin durante su carrera profesional. La historia del film, escrita como era habitual por él mismo, pondría a su personaje de "Charlot" como un estresado empleado de una fábrica de metalurgia que después de pasar una temporada encerrado en el manicomio a causa de una crisis nerviosa intentará llevar a cabo una nueva vida en libertad, aunque eso le implicara sufrir la dureza del mundo capitalista y la explotación laboral que ofrecen muchas empresas de la época. La obra de Chaplin supuso un retrato sarcástico sobre la pobreza que se vivía durante la etapa de "La gran depresión" (o el famoso "Crack" del 29) donde temas tan actuales (tanto en aquella fecha como los que padecemos hoy en día) como fueron (o son) el desempleo, la revolución industrial, las huelgas sindicales y el abuso de los empresarios también tuvieron cabida en el trascurso del film. La obra también contaría con elementos futurísticos, especialmente en los ofrecidos durante los primeros compases de la obra, éstos nos presentaría al protagonista en un entorno que en cierta manera nos hacía recordar a los ambientados en el "Metrópolis (1927)" de Fritz Lang. Acompañando a Charles Chaplin en sus divertidas aventuras laborales nos encontraríamos con Paulette Goddard ("Mujeres (1939)"), actriz que después de tener pequeños papeles en obras como "Las calles de la ciudad (1931)" o "Torero a la fuerza (1932)" de Leo McCarey le llegaría su gran oportunidad profesional participando en este film donde daría vida  a una vagabunda y huerfana que trata de sobrevivir de las penurias que le ofrece la mendicidad.

tiempos modernos

La magia desprendida por la pareja protagonista también se trasladaría fuera de la pantalla y es que Chaplin y Paulette Goddard iniciarían, por aquel entonces, una relación sentimental que les llevaría al matrimonio al termino del rodaje  (luego se separarían al poco tiempo de acabar "El gran dictador", pero bueno eso ya es otra historia...). Es difícil destacar una escena en particular ya que todas ellas, caracterizadas por combinar divertidos gags con elementos de denuncia social, estarían perfectamente realizadas pero si tengo que quedarme con alguna me quedaría con el mítico momento donde Chaplin se queda atrapado entre los engranajes de una máquina, la secuencia de patinaje dentro del centro comercial o ese instante final donde el propio Chaplin cogido de la mano de Paulette Goddard caminan esperanzados sobre una carretera perdida hacia el horizonte. Tampoco quiero olvidarme del genial momento donde Chaplin es utilizado como conejillo de indias para probar una maquina inventada con la idea de alimentar a los empleados mientras éstos trabajan y así evitar perder tiempo durante la jornada laboral. Como curiosidad, esta sería la primera película que veríamos a hablar (bueno, mejor dicho cantar) a "Charlot" en la gran pantalla y también la última donde Chaplin encarnaba a este mítico personaje cinematográfico.

Frase para recordar: "Tiempos modernos, una historia sobre la industria, sobre la iniciativa individual, la cruzada de la humanidad en búsqueda de la felicidad".

tiempos modernostiempos modernos

Título original: Modern times.

Director: Charles Chaplin.

Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Stanley Standford, Henry Bergman.


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Paulette Goddard

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Rebeca 1940
Tras el éxito cosechado en su tierra natal (Inglaterra) con títulos como "El hombre que sabía demasiado (1934)", "39 escalones (1935)" o "Sabotaje (1936)", Alfred Hitchcock se marcharía, de manos del productor David O. Selznick ("Lo que el viento se llevó (1939)"), a Hollywood para rodar su primera película en territorio norteamericano ("Rebeca"), una decisión que no le iría nada mal dada que la obra fue galardonada con el Óscar (y único dentro de la filmografía de este grandioso director) de mejor película en la ceremonia de aquel año. El film, basado en la  novela homónima de la británica Daphene du Maurier (de otro de sus relatos también surgiría otra obra maestra de Hitchcock, "Los pájaros (1963)") nos contaría la historia de una joven humilde (papel encarnado por Joan Fontaine)  que se enamoraría perdidamente del rico aristocrático Maxim de Winter. Su relación con él sería perfecta sino fuera porque éste le lleva a vivir, después de casarse, a la mansión (Manderley) donde murió ahogada su primera esposa, un lugar donde Maxim volverá a revivir drásticos recuerdos del pasado. Sin lugar a dudas, nos encontramos con una de las obras magnas del maestro Hitchcock, donde romanticismo e intriga se unirían para ofrecernos unas de las mejores películas que podemos ver dentro de la historia del séptimo arte.

Rebeca 1940

La mencionada Joan Fontaine, hermana pequeña de la también mítica Olivia de Havilland ("Robin de los bosques (1938)") y actriz que volvería a trabajar con Hitchcock al año siguiente en "Sospecha (1941)", acompañaría al galán inglés Laurence Olivier ("Marathon man (1976)") para representar a la atormentada pareja protagonista.Fenomenal trabajo de estas dos estrellas del celuloide pero que en cierto modo estuvo eclipsado por la presencia de Judith Anderson ("Diez negritos (1945)"), y es que esta actriz australiana de nacimiento daría vida a una de las sirvientas más aterradoras que podemos ver en una pantalla cinematográfica, la señora Danvers, un siniestro personaje (el de perversa ama de llaves) que haría pasar canutas a la tímida protagonista durante su matrimonio con Maxim. Cabe destacar la fotografía en blanco y negro de George Barnes (primer y único Óscar de este todoterreno de la fotografía cinematográfica el cuál trabajó durante su carrera profesional con cineastas de la talla de King Vidor, Cecil B. de Mille,  Frank Capra o el propio Hitchcock, entre otros) que recalca a través del uso de sombras la atmósfera fantasmal que transmite la mansión de Manderley, la composición musical de Franz Waxman ("El crepúsculo de los dioses (1950)") que llena el metraje tanto de cortes dramático-románticos como de otros de mayor tensión y suspense lo que nos hace vivir perfectamente en cada momento las distintas emociones de los personajes de la historia.

Rebeca 1940

Otro de los detalles interesantes de la obra (bajo mi punto de vista) son los movimientos de cámara que realiza Hitchcock en algunas secuencias, la cámara se fija en uno de los actores para posteriormente irse alejándose del objetivo y presentarnos un plano completo de la escena. Entre sus secuencias hago mención el momento de la llegada de Joan Fontaine completamente mojada por la lluvia a la mansión de Manderley donde conoce por primera vez a la inquietante señora Danvers (ese primer plano de Judith mirando a la cámara es espeluznante) o esa famoso instante de la silueta de la mencionada Danvers envuelta por las llamas del fuego de la casa. Como curiosidad, el personaje de Joan Fontaine no tiene un nombre propio en la película (siempre se le menciona durante la trama como la señora de Winters), un detalle que el realizador respetaría de la novela original.

Frase para recordar: "¿Verdad que no se puede estar cuerdo viviendo con el diablo?".

Rebeca 1940Rebeca 1940

Título original: Rebecca.

Director: Alfred Hitchcock.

Interpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, Judith Anderson, George Sanders, Nigel Bruce.

B.S.O.: 



Película completa en V.O.: 




Información complementaria.
Joan Fontaine

Reseña escrita por Jesús Fariña

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REBECA (1940). Romance y suspense en un clásico de Hitchcock.

Rebeca 1940
Tras el éxito cosechado en su tierra natal (Inglaterra) con títulos como "El hombre que sabía demasiado (1934)", "39 escalones (1935)" o "Sabotaje (1936)", Alfred Hitchcock se marcharía, de manos del productor David O. Selznick ("Lo que el viento se llevó (1939)"), a Hollywood para rodar su primera película en territorio norteamericano ("Rebeca"), una decisión que no le iría nada mal dada que la obra fue galardonada con el Óscar (y único dentro de la filmografía de este grandioso director) de mejor película en la ceremonia de aquel año. El film, basado en la  novela homónima de la británica Daphene du Maurier (de otro de sus relatos también surgiría otra obra maestra de Hitchcock, "Los pájaros (1963)") nos contaría la historia de una joven humilde (papel encarnado por Joan Fontaine)  que se enamoraría perdidamente del rico aristocrático Maxim de Winter. Su relación con él sería perfecta sino fuera porque éste le lleva a vivir, después de casarse, a la mansión (Manderley) donde murió ahogada su primera esposa, un lugar donde Maxim volverá a revivir drásticos recuerdos del pasado. Sin lugar a dudas, nos encontramos con una de las obras magnas del maestro Hitchcock, donde romanticismo e intriga se unirían para ofrecernos unas de las mejores películas que podemos ver dentro de la historia del séptimo arte.

Rebeca 1940

La mencionada Joan Fontaine, hermana pequeña de la también mítica Olivia de Havilland ("Robin de los bosques (1938)") y actriz que volvería a trabajar con Hitchcock al año siguiente en "Sospecha (1941)", acompañaría al galán inglés Laurence Olivier ("Marathon man (1976)") para representar a la atormentada pareja protagonista.Fenomenal trabajo de estas dos estrellas del celuloide pero que en cierto modo estuvo eclipsado por la presencia de Judith Anderson ("Diez negritos (1945)"), y es que esta actriz australiana de nacimiento daría vida a una de las sirvientas más aterradoras que podemos ver en una pantalla cinematográfica, la señora Danvers, un siniestro personaje (el de perversa ama de llaves) que haría pasar canutas a la tímida protagonista durante su matrimonio con Maxim. Cabe destacar la fotografía en blanco y negro de George Barnes (primer y único Óscar de este todoterreno de la fotografía cinematográfica el cuál trabajó durante su carrera profesional con cineastas de la talla de King Vidor, Cecil B. de Mille,  Frank Capra o el propio Hitchcock, entre otros) que recalca a través del uso de sombras la atmósfera fantasmal que transmite la mansión de Manderley, la composición musical de Franz Waxman ("El crepúsculo de los dioses (1950)") que llena el metraje tanto de cortes dramático-románticos como de otros de mayor tensión y suspense lo que nos hace vivir perfectamente en cada momento las distintas emociones de los personajes de la historia.

Rebeca 1940

Otro de los detalles interesantes de la obra (bajo mi punto de vista) son los movimientos de cámara que realiza Hitchcock en algunas secuencias, la cámara se fija en uno de los actores para posteriormente irse alejándose del objetivo y presentarnos un plano completo de la escena. Entre sus secuencias hago mención el momento de la llegada de Joan Fontaine completamente mojada por la lluvia a la mansión de Manderley donde conoce por primera vez a la inquietante señora Danvers (ese primer plano de Judith mirando a la cámara es espeluznante) o esa famoso instante de la silueta de la mencionada Danvers envuelta por las llamas del fuego de la casa. Como curiosidad, el personaje de Joan Fontaine no tiene un nombre propio en la película (siempre se le menciona durante la trama como la señora de Winters), un detalle que el realizador respetaría de la novela original.

Frase para recordar: "¿Verdad que no se puede estar cuerdo viviendo con el diablo?".

Rebeca 1940Rebeca 1940

Título original: Rebecca.

Director: Alfred Hitchcock.

Interpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, Judith Anderson, George Sanders, Nigel Bruce.

B.S.O.: 



Película completa en V.O.: 




Información complementaria.
Joan Fontaine

Reseña escrita por Jesús Fariña

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un americano en París
A principios de años 50 nos llegaría a la gran pantalla una de las grandes comedias musicales de la MGM, "Un americano en París", un mítica obra que fue realizada por dos de los grandes maestros de este género cinematográfico, el tándem formado por Vincente Minnelli ("Melodías de Broadway (1953)" y Gene Kelly ("Cantando bajo la lluvia (1952)"). Escrita por Alan Jay Lerner (autor de la también popular "My fair lady (1964)" y donde se comenta que éste acabó de escribir el guión una noche antes de casarse con la actriz Nancy Olson), la historia del film se centraría en  las aventuras de Jerry Mulligan, un ex-combatiente y pintor afincado en tierras parisinas que se enamora perdidamente de Lise Bonvier, una joven que está comprometida con un consagrado músico francés, al mismo tiempo que sufre el acoso de una multimillonaria (Milo Roberts) que trata por todos los medios convertirlo en un pintor de éxito. La obra de Minnelli es todo un espectáculo para nuestros ojos, sus escenas musicales cargadas de colorido y vitalidad son capaces de animar a cualquiera que se precie y es que, es imposible no nos apetezca bailar (o por lo menos mover los pies) viendo alguna de sus dinámicas coreografías.

un americano en París

Uno de los elementos fundamentales del éxito de la obra es la magnífica fotografía a cargo de John Alton ("Los hermanos Karamazov (1958)") que acompañado por el genial trabajo de su equipo de decoradores nos hicieron vivir en plena plenitud la belleza de las calles parisinas. Como actor principal tendríamos a Gene Kelly (encargado también de llevar a acabo las coreografías del film), en la piel de Jerry Mulligan, un personaje cargado de optimismo y energía que contrastaría con el interpretado por Oscar Levant ("Melodías de Broadway (1953)"), donde haría de Adam Cook, el mejor amigo de Jerry y el pianista apático que aspira estrenarse algún día en un gran concierto. Entre las actrices que aparecen en el film nos encontraríamos con la bella  Leslie Caron ("Gigi (1958)"), una bailarina y actriz francesa descubierta por el propio Gene Kelly cuando éste estaba de vacaciones en Francia y que representaría a Lise Bonvier, el gran amor de Jerry Mulligan, y con la holandesa Nina Fonch (actriz que veríamos posteriormente en dos grandes superproducciones históricas hollywoodenses como fueron "Los diez mandamientos (1956)" y "Espartaco (1960)" de Stanley Kubrick) representando a la multimillonaria Milo Roberts.

un americano en París

Entres sus escenas caben destacar el sueño de Adam imaginándose en un concierto y donde éste representa a cada uno de los músicos y espectadores de la función, el romántico baile de Gene Kelly y Leslie Caron bajo la orilla del mar o esa secuencia final de más de 15 minutos de duración donde ballet  y pintura impresionista se fundirían para regalarnos uno de los momentos más célebres de la historia del cine musical norteamericano. La obra obtendría en la ceremonia de los Óscar de aquel año un total de 6 estatuillas, entre ellas mejor película y mejor guión original y superando a la gran favorita de la noche "Un tranvía llamado deseo (1951)" de Elia Kazan. Como curiosidad, inicialmente el papel de Lise Bonvier era para Cid Charisse ("Brigadoon (1954)") pero al estar ésta embarazada en el momento antes del rodaje fue sustituida por la mencionada Leslie Caron.

Frase para recordar: "En mi tierra me decían que yo no tenía talento, es posible que aquí me digan lo mismo pero... en francés suena mejor.

un americano en Parísun americano en París

Título original: An american in Paris.

Director: Vincente Minnelli.

Intérpretes: Gene Kelly, Leslie Caron, Nina Fonch, Oscar Levant, George Guetary.

Trailer: 


Escena: 








Información complementaria:
Leslie Caron

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UN AMERICANO EN PARÍS (1951). Gene Kelly baila en Europa.

un americano en París
A principios de años 50 nos llegaría a la gran pantalla una de las grandes comedias musicales de la MGM, "Un americano en París", un mítica obra que fue realizada por dos de los grandes maestros de este género cinematográfico, el tándem formado por Vincente Minnelli ("Melodías de Broadway (1953)" y Gene Kelly ("Cantando bajo la lluvia (1952)"). Escrita por Alan Jay Lerner (autor de la también popular "My fair lady (1964)" y donde se comenta que éste acabó de escribir el guión una noche antes de casarse con la actriz Nancy Olson), la historia del film se centraría en  las aventuras de Jerry Mulligan, un ex-combatiente y pintor afincado en tierras parisinas que se enamora perdidamente de Lise Bonvier, una joven que está comprometida con un consagrado músico francés, al mismo tiempo que sufre el acoso de una multimillonaria (Milo Roberts) que trata por todos los medios convertirlo en un pintor de éxito. La obra de Minnelli es todo un espectáculo para nuestros ojos, sus escenas musicales cargadas de colorido y vitalidad son capaces de animar a cualquiera que se precie y es que, es imposible no nos apetezca bailar (o por lo menos mover los pies) viendo alguna de sus dinámicas coreografías.

un americano en París

Uno de los elementos fundamentales del éxito de la obra es la magnífica fotografía a cargo de John Alton ("Los hermanos Karamazov (1958)") que acompañado por el genial trabajo de su equipo de decoradores nos hicieron vivir en plena plenitud la belleza de las calles parisinas. Como actor principal tendríamos a Gene Kelly (encargado también de llevar a acabo las coreografías del film), en la piel de Jerry Mulligan, un personaje cargado de optimismo y energía que contrastaría con el interpretado por Oscar Levant ("Melodías de Broadway (1953)"), donde haría de Adam Cook, el mejor amigo de Jerry y el pianista apático que aspira estrenarse algún día en un gran concierto. Entre las actrices que aparecen en el film nos encontraríamos con la bella  Leslie Caron ("Gigi (1958)"), una bailarina y actriz francesa descubierta por el propio Gene Kelly cuando éste estaba de vacaciones en Francia y que representaría a Lise Bonvier, el gran amor de Jerry Mulligan, y con la holandesa Nina Fonch (actriz que veríamos posteriormente en dos grandes superproducciones históricas hollywoodenses como fueron "Los diez mandamientos (1956)" y "Espartaco (1960)" de Stanley Kubrick) representando a la multimillonaria Milo Roberts.

un americano en París

Entres sus escenas caben destacar el sueño de Adam imaginándose en un concierto y donde éste representa a cada uno de los músicos y espectadores de la función, el romántico baile de Gene Kelly y Leslie Caron bajo la orilla del mar o esa secuencia final de más de 15 minutos de duración donde ballet  y pintura impresionista se fundirían para regalarnos uno de los momentos más célebres de la historia del cine musical norteamericano. La obra obtendría en la ceremonia de los Óscar de aquel año un total de 6 estatuillas, entre ellas mejor película y mejor guión original y superando a la gran favorita de la noche "Un tranvía llamado deseo (1951)" de Elia Kazan. Como curiosidad, inicialmente el papel de Lise Bonvier era para Cid Charisse ("Brigadoon (1954)") pero al estar ésta embarazada en el momento antes del rodaje fue sustituida por la mencionada Leslie Caron.

Frase para recordar: "En mi tierra me decían que yo no tenía talento, es posible que aquí me digan lo mismo pero... en francés suena mejor.

un americano en Parísun americano en París

Título original: An american in Paris.

Director: Vincente Minnelli.

Intérpretes: Gene Kelly, Leslie Caron, Nina Fonch, Oscar Levant, George Guetary.

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Leslie Caron

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ángeles con caras sucias
Los años 30 supuso la etapa dorada del cine de gangster, sus película siempre lideradas por tipos duros, sin escrúpulos y cuya manera de resolver los conflictos era a punta de pistola provocarían enorme simpatía entre el público de la época. Tres son los títulos que se pueden considerar claves en los inicios de aquella década dentro de este subgénero cinematográfico, "El enemigo público (1931)", "Hampa dorada (1931)" y "Scarface (1932)" de Howard Hawks, filmes que conllevarían a la postre el surgimiento de dos estrellas míticas de la historia del séptimo arte: James Cagney y Edward G. Robinson. Con el éxito de estas tres obras, vendrían a posteriori una avalancha de títulos que con sus historias de mafiosos invadirían las salas cinematográficas, estando entre las más destacadas "Callejón sin salida (1937)", "El último gangster (1937)" , "Los violentos años veinte (1939)" o la que centro en este artículo, la extraordinaria "Ángeles con caras sucias" del húngaro Michael Curtiz ("Casablanca (1942)"). La base argumental de dicha obra fue confeccionada por los guionistas John Wexley y Warren Duffsee y en ella nos mostraría las vivencias de Rocky Sullivan y Jerry Connelly, dos grandes amigos de un barrio humilde neoyorquino que verían, a medida que van creciendo, como cada uno toma diferentes caminos en la trayectoria de sus vidas, mientras el primero se decantaría por el mundo de la delincuencia el segundo se declinaría por el sacerdocio con el sano objetivo de ayudar con sus actos a sacar a los más jóvenes de la mala vida.

ángeles con caras sucias

Una vez más James Cagney ("Al rojo vivo (1949)") iba a encarnar el rol que más le gustaba realizar frente a una cámara, el de mafioso, interpretando en esta ocasión al peligroso Rocky Sullivan, un papel que le iba a suponer su primera nominación en los óscar durante toda su carrera filmográfica. En la otra cara de la moneda, dando vida al "bueno" de la película, tendríamos a Pat O¨Brien ("Con su misma arma (1939)") como el sacerdote Jerry Connolly, un personaje que arriesgaría su propia vida con la intención de acabar con la corrupción y delincuencia que domina las calles donde vive. Ambos actores, amigos también en la vida real, les veríamos juntos en una gran pantalla en varias ocasiones (hasta un total de seis veces) en películas como "El predilecto (1935)" o "Águilas heroicas (1936)").

ángeles con caras sucias

Un Humphrey Bogart que empezaba a darse a conocer en esto de la industria hollywoodiense (por aquellos años sus interpretaciones eran papeles de malo) representando al abogado corrupto James Frazier, la bella Ann Sheridan ("La novia era él (1949)") en la piel de Laury Ferguson, la chica que se enamoraría de Rocky Sullivan y los denominados "The Dead End Kids" ("Han hecho de mi un criminal (1939)"), un grupo de jóvenes actores neoyorquinos que gozaron de popularidad a finales de los años 30 gracias a sus participaciones en películas de este tipo completarían el reparto principal de la obra.

ángeles con caras sucias

Entres sus escenas hago mención la secuencia donde Jerry visita la celda en la que se encuentra encerrado Rocky y le pide a éste que en el momento de su ejecución suplique para concienciar a los jóvenes que no elijan el camino de la delincuencia o el instante donde el mencionado Rocky da clases de "buenos modales" a los chicos en un partido de baloncesto. Cabe destacar el gran trabajo musical de Max Steiner ("Lo que el viento se llevó (1939)") que con su partitura resalta los momentos más emotivos del film o la brillante fotografía en blanco y negro de Sol Polito ("El sargento York (1941)"). Como curiosidad, la obra también tendría su versión radiofónica (realizado al siguiente año en "El teatro radio Lux") donde sus protagonistas, James Cagney y Pat O.Brien, volvería a repetir sus respectivos papeles.

Frase para recordar: "De que me sirve enseñarles de que la honradez es el mejor camino si por todas partes ven que la falta de honradez da más beneficios".

ángeles con caras suciasángeles con caras sucias

Título original: Angels with dirty faces.

Director: Michael Curtiz.

Intérpretes: James Cagney, Pat O' Brien, Ann Sheridan, Humphrey Bogart.

Trailer: 


Escena: 






Información complementaria:
Ann Sheridan

Reseña escrita por Jesús Fariña

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ÁNGELES CON CARAS SUCIAS (1938). James Cagney como el mafioso Rocky Sullivan.

ángeles con caras sucias
Los años 30 supuso la etapa dorada del cine de gangster, sus película siempre lideradas por tipos duros, sin escrúpulos y cuya manera de resolver los conflictos era a punta de pistola provocarían enorme simpatía entre el público de la época. Tres son los títulos que se pueden considerar claves en los inicios de aquella década dentro de este subgénero cinematográfico, "El enemigo público (1931)", "Hampa dorada (1931)" y "Scarface (1932)" de Howard Hawks, filmes que conllevarían a la postre el surgimiento de dos estrellas míticas de la historia del séptimo arte: James Cagney y Edward G. Robinson. Con el éxito de estas tres obras, vendrían a posteriori una avalancha de títulos que con sus historias de mafiosos invadirían las salas cinematográficas, estando entre las más destacadas "Callejón sin salida (1937)", "El último gangster (1937)" , "Los violentos años veinte (1939)" o la que centro en este artículo, la extraordinaria "Ángeles con caras sucias" del húngaro Michael Curtiz ("Casablanca (1942)"). La base argumental de dicha obra fue confeccionada por los guionistas John Wexley y Warren Duffsee y en ella nos mostraría las vivencias de Rocky Sullivan y Jerry Connelly, dos grandes amigos de un barrio humilde neoyorquino que verían, a medida que van creciendo, como cada uno toma diferentes caminos en la trayectoria de sus vidas, mientras el primero se decantaría por el mundo de la delincuencia el segundo se declinaría por el sacerdocio con el sano objetivo de ayudar con sus actos a sacar a los más jóvenes de la mala vida.

ángeles con caras sucias

Una vez más James Cagney ("Al rojo vivo (1949)") iba a encarnar el rol que más le gustaba realizar frente a una cámara, el de mafioso, interpretando en esta ocasión al peligroso Rocky Sullivan, un papel que le iba a suponer su primera nominación en los óscar durante toda su carrera filmográfica. En la otra cara de la moneda, dando vida al "bueno" de la película, tendríamos a Pat O¨Brien ("Con su misma arma (1939)") como el sacerdote Jerry Connolly, un personaje que arriesgaría su propia vida con la intención de acabar con la corrupción y delincuencia que domina las calles donde vive. Ambos actores, amigos también en la vida real, les veríamos juntos en una gran pantalla en varias ocasiones (hasta un total de seis veces) en películas como "El predilecto (1935)" o "Águilas heroicas (1936)").

ángeles con caras sucias

Un Humphrey Bogart que empezaba a darse a conocer en esto de la industria hollywoodiense (por aquellos años sus interpretaciones eran papeles de malo) representando al abogado corrupto James Frazier, la bella Ann Sheridan ("La novia era él (1949)") en la piel de Laury Ferguson, la chica que se enamoraría de Rocky Sullivan y los denominados "The Dead End Kids" ("Han hecho de mi un criminal (1939)"), un grupo de jóvenes actores neoyorquinos que gozaron de popularidad a finales de los años 30 gracias a sus participaciones en películas de este tipo completarían el reparto principal de la obra.

ángeles con caras sucias

Entres sus escenas hago mención la secuencia donde Jerry visita la celda en la que se encuentra encerrado Rocky y le pide a éste que en el momento de su ejecución suplique para concienciar a los jóvenes que no elijan el camino de la delincuencia o el instante donde el mencionado Rocky da clases de "buenos modales" a los chicos en un partido de baloncesto. Cabe destacar el gran trabajo musical de Max Steiner ("Lo que el viento se llevó (1939)") que con su partitura resalta los momentos más emotivos del film o la brillante fotografía en blanco y negro de Sol Polito ("El sargento York (1941)"). Como curiosidad, la obra también tendría su versión radiofónica (realizado al siguiente año en "El teatro radio Lux") donde sus protagonistas, James Cagney y Pat O.Brien, volvería a repetir sus respectivos papeles.

Frase para recordar: "De que me sirve enseñarles de que la honradez es el mejor camino si por todas partes ven que la falta de honradez da más beneficios".

ángeles con caras suciasángeles con caras sucias

Título original: Angels with dirty faces.

Director: Michael Curtiz.

Intérpretes: James Cagney, Pat O' Brien, Ann Sheridan, Humphrey Bogart.

Trailer: 


Escena: 






Información complementaria:
Ann Sheridan

Reseña escrita por Jesús Fariña

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la guerra de las galaxias
Si tuviésemos que hablar de uno de los cineastas que mayor beneficio ha sacado con sus trabajos cinematográficos, sin lugar a dudas nos vendría a la cabeza el nombre de George Lucas ("American Graffiti (1973)") ya que entre precuelas, secuelas, videojuegos, libros, etc, etc... la saga "Star wars" puede considerarse como uno de los productos más rentables que ha dado la historia del cine. En esta ocasión, me centraré en su primer episodio (y cuarto según el orden de la saga) una obra cuyo argumento estaría ambientado en una futura guerra civil espacial y donde un grupo de rebeldes mantienen una lucha con el tirano Darth Vader (papel interpretado por David Prowse, un gigantón británico de dos metros de altura y que había sido campeón de halterofilia) y la Fuerza imperial. El film, que podría perfectamente denominarse la épica galáctica de George Lucas, es una obra cargada de gran belleza visual, tremendamente entretenida, que marcaría a muchos de nosotros que empezábamos a descubrir ésto del séptimo arte y que cuenta con una serie de personajes tan carismáticos como populares en el mundo del celuloide, y es que ¿quién no conoce los nombre de Darth Vader, Han Solo, Obi-Wan Kenobi, Luke Skywalker o esa pareja de androides llamados R2-D2 y C-3PO?

la guerra de las galaxias

En la película podríamos apreciar como el realizador utilizaría la mezcla (junto el de la ciencia ficción) de elementos sacados de distintos géneros cinematográficos, desde el western (las secuencias en la cantina de Mos Eisley), el cine bélico (los ataques de las naves rebeldes hacia la poderosa  "Estrella de la muerte"), el cine de aventuras (R2-D2 Y C-3PO perdidos en el desierto de Tatooine) incluso el cine de samuráis (el mítico duelo de espadas láser entre Obi-Wan Kenobi y Darth Vader). Pocas caras conocidas presentaba el cuadro interpretativo (donde sólo Harrison Ford aprovecharía la fama que le dio el film para lanzar su carrera al estrellato, y es que después de dar vida a Han Solo, le seguirían "Indiana Jones" y Rick Deckard de "Blade Runner (1982)"), siendo los nombres de los veteranos Alec Guinnes ("El puente sobre el río Kwai (1957)") y Peter Cushing ("Drácula (1958)") los más llamativos dentro de su reparto de actores.

la guerra de las galaxias

Entre sus míticas escenas hago alusión, aparte del mencionado combate de Obi-Wan Kenobi frente a su insubordinado alumno Darth Vader, el regreso de Luke a la granja de su tío (una secuencia adornada con la presencia de dos soles) o el momento donde el propio Luke visualiza el holograma de la princesa Leia pidiendo ayuda. A pesar de contar esta legendaria película de numerosos detalles de gran interés, me quedaría personalmente con sus innovadores efectos especiales (entiendo que vistos hoy en día no nos sorprenda tanto debido a la rápida evolución de efectos digitales que "sufrimos" en el cine actual pero que sin embargo por aquella época supuso toda una revolución) de  la "Industrial Light & Magic", una empresa fundada por el propio George Lucas junto el técnico de efectos especiales Richard Edlund ("Poltergeist (1982)"), y con la más que famosa partitura de John Williams (el compositor fétiche de Spielberg), una composición musical capaz de ponernos los pelos de punta y que cuenta con el galardón (a parte de la estatuilla de los óscar) de ser la primera banda sonora en conseguir vender más de un millón de copias. Como curiosidad, Tom Selleck (como Han Solo), William Katt (como Luke Skywalker), Cindy Williams (como la princesa Leia), Toshirô Mifune (como Obi-Wan Kenobi) y Orson Wells (poniendo la voz de Darth Vader) fueron algunos de los primeros nombres que se barajaron para componer el reparto principal.

Frase para recordar: "Que la fuerza te acompañe".

la guerra de las galaxiasla guerra de las galaxias

Título original: Star wars.

Director: George Lucas.

Intérpretes: Mark Hamill, Harrison Ford, Alec Guinness, Carrie Fisher.

Trailer: 


Escena:


B.S.O.: 



Información complementaria:
George Lucas

Reseña escrita por Jesús Fariña

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS (1977). La obra maestra de Georges Lucas.

la guerra de las galaxias
Si tuviésemos que hablar de uno de los cineastas que mayor beneficio ha sacado con sus trabajos cinematográficos, sin lugar a dudas nos vendría a la cabeza el nombre de George Lucas ("American Graffiti (1973)") ya que entre precuelas, secuelas, videojuegos, libros, etc, etc... la saga "Star wars" puede considerarse como uno de los productos más rentables que ha dado la historia del cine. En esta ocasión, me centraré en su primer episodio (y cuarto según el orden de la saga) una obra cuyo argumento estaría ambientado en una futura guerra civil espacial y donde un grupo de rebeldes mantienen una lucha con el tirano Darth Vader (papel interpretado por David Prowse, un gigantón británico de dos metros de altura y que había sido campeón de halterofilia) y la Fuerza imperial. El film, que podría perfectamente denominarse la épica galáctica de George Lucas, es una obra cargada de gran belleza visual, tremendamente entretenida, que marcaría a muchos de nosotros que empezábamos a descubrir ésto del séptimo arte y que cuenta con una serie de personajes tan carismáticos como populares en el mundo del celuloide, y es que ¿quién no conoce los nombre de Darth Vader, Han Solo, Obi-Wan Kenobi, Luke Skywalker o esa pareja de androides llamados R2-D2 y C-3PO?

la guerra de las galaxias

En la película podríamos apreciar como el realizador utilizaría la mezcla (junto el de la ciencia ficción) de elementos sacados de distintos géneros cinematográficos, desde el western (las secuencias en la cantina de Mos Eisley), el cine bélico (los ataques de las naves rebeldes hacia la poderosa  "Estrella de la muerte"), el cine de aventuras (R2-D2 Y C-3PO perdidos en el desierto de Tatooine) incluso el cine de samuráis (el mítico duelo de espadas láser entre Obi-Wan Kenobi y Darth Vader). Pocas caras conocidas presentaba el cuadro interpretativo (donde sólo Harrison Ford aprovecharía la fama que le dio el film para lanzar su carrera al estrellato, y es que después de dar vida a Han Solo, le seguirían "Indiana Jones" y Rick Deckard de "Blade Runner (1982)"), siendo los nombres de los veteranos Alec Guinnes ("El puente sobre el río Kwai (1957)") y Peter Cushing ("Drácula (1958)") los más llamativos dentro de su reparto de actores.

la guerra de las galaxias

Entre sus míticas escenas hago alusión, aparte del mencionado combate de Obi-Wan Kenobi frente a su insubordinado alumno Darth Vader, el regreso de Luke a la granja de su tío (una secuencia adornada con la presencia de dos soles) o el momento donde el propio Luke visualiza el holograma de la princesa Leia pidiendo ayuda. A pesar de contar esta legendaria película de numerosos detalles de gran interés, me quedaría personalmente con sus innovadores efectos especiales (entiendo que vistos hoy en día no nos sorprenda tanto debido a la rápida evolución de efectos digitales que "sufrimos" en el cine actual pero que sin embargo por aquella época supuso toda una revolución) de  la "Industrial Light & Magic", una empresa fundada por el propio George Lucas junto el técnico de efectos especiales Richard Edlund ("Poltergeist (1982)"), y con la más que famosa partitura de John Williams (el compositor fétiche de Spielberg), una composición musical capaz de ponernos los pelos de punta y que cuenta con el galardón (a parte de la estatuilla de los óscar) de ser la primera banda sonora en conseguir vender más de un millón de copias. Como curiosidad, Tom Selleck (como Han Solo), William Katt (como Luke Skywalker), Cindy Williams (como la princesa Leia), Toshirô Mifune (como Obi-Wan Kenobi) y Orson Wells (poniendo la voz de Darth Vader) fueron algunos de los primeros nombres que se barajaron para componer el reparto principal.

Frase para recordar: "Que la fuerza te acompañe".

la guerra de las galaxiasla guerra de las galaxias

Título original: Star wars.

Director: George Lucas.

Intérpretes: Mark Hamill, Harrison Ford, Alec Guinness, Carrie Fisher.

Trailer: 


Escena:


B.S.O.: 



Información complementaria:
George Lucas

Reseña escrita por Jesús Fariña

pierrot el loco
El punto y final de la relación profesional entre el crítico de la prestigiosa revista "Cahiers du cinema" y realizador, Jean-Luc Godard y su musa en la pantalla y fuera de ella, Anna Karina, tiene lugar en esta revisión de su atronador y referencial debut "Al final de la escapada (1960)". Con ella comparte protagonismo masculino Jean Paul Belmondo, y trama similar, donde nuevamente una pareja, en este caso Marianne y Ferdinad (apodado Pierrot a su pesar), huye desperadamente hacia ninguna parte. Godard incorpora guiños a otros trabajos suyos, configurando su décimo largometraje (sin contar sus colaboraciones en algunos films episodios, tan de moda en la filmografía gala e italiana de aquellos días) como un sumario autorreferencial, donde pueden apreciarse sus temas predilectos: la muerte o la incapacidad de amar. Ciertas secuencias están claramente construidas en clave de despedida de la actriz (la pareja había anunciado su divorcio el 21 de diciembre de 1.964), pero también constituyen una ruptura con el romanticismo (las imágenes rinden culto al desencanto, es una obra de gran pesimismo) y con el cine, que tanto amó en sus comienzos (la secuencia en la que Ferdinand se duerme ante una proyección y cuando se despierta, en lugar de ver la película-salvo para ver algún fotograma con Jean Seberg a su vez filmando con una cámara de 16 mm- se entrega a la lectura, apunta a esa dirección).

pierrot el loco

Pese a todo, el amor por el celuloide procedente de EEUU, que tanto había expresado en las páginas de "Cahiers du cinema" en sus artículos sobre Anthony Mann o Nicholas Ray. La doble referencia de Ray, por un lado en una conversación al inicio de "Johnny Guitar (1954)", y por otro en el empleo de movimiento panorámico en entorno boscoso, que remite a la fascinante manera de captar la presencia de la naturaleza en la acción de "Muerte en los Pantanos (1958)", y en el cameo del realizador Samuel Fuller explicándole a Ferdinand qué es el cine, sin duda tienden puentes entre la "nouvelle vague" y el cine norteamericano. También destaca en este sensacional trabajo una profunda carga política. Concluyen referencias a la guerra de Argel, en cuyo marco había ambientado "El soldadito (1963)", al asesinato del presidente Kennedy (el fusil que utiliiza Marianne es el mismo modelo que el empleado en el magnicidio.

pierrot el loco

Al intervencionismo de EEUU, en particular en Vietnam, cuya guerra había estallado poco antes del rodaje de esta película. Respecto a este conflicto bélico, se insertan noticias provenientes de la radio del vehiculo en el que la pareja protagonista abandona París y se introduce una demoledora representación teatral callejera que realiza la pareja protagonista para obtener dinero. Con mucha sencillez y eficacia, Godard sintetiza en esa secuencia el espíritu e intenciones que 14 años después recrearía Coppola en la espectacular "Apocalypse Now (1979)". El crisol cultural con el que Godard puebla su película parece no tener fin, en pantalla irrumpen imágenes de cuadros de Renoir, Van Gogh, Picasso, viñetas de cómic y referencias literarios que reflejan su pasión por los libros.  Pero es sin dudas en las formas narrativas donde residen las grandes virtudes de esta película, nuevo punto de ruptura con las formas clásicas.

pierrot el loco


La impregnación de colores primarios en la puesta en escena (Ferdinand va a una fiesta donde transita por diversas habitaciones, cada una iluminada en uno de los colores primarios intensos), la ocasional búsqueda de una falsa realidad teatral (sobre todo en las escenas cómicas), el uso de falsos planos de continuidad (los denominados raccords) como el tiroteo de uno de los clímax finales, totalmente anti-western, la importancia de las elipsis ( el tiempo de la acción es furiosamente interrumpido y manipulado, sin que muchas veces sepamos cuánto ha ocurrido), el uso de la voz en off a modo de enlace con el pasado o con el futuro, el empleo de la denominada "sublimación temporal", la inclusión de escenas sin ser necesarias para la narración (Ferdinand sentado en el tronco del bosque leyendo su diario), la transición entre secuencias mediante palabras en lugar de a través de imágenes, la ausencia del convencional plano-contraplano en las secuencias de conversaciones, la falta de explicación de la subtrama policíaca (las cajas conteniendo armas, la presencia de los matones que persiguen a Marianne...), primando así a la historia de amor y concediendo a todo lo demás, el status de "contexto". Se ha definido a este "Pierrot" como el primer texto hecho en imágenes. Sin duda, Godard fue un adelantado de su tiempo, modificó las reglas del lenguaje visual para siempre. Su influencia impregna no solo los trabajos de muchos cineastas de su generación, sino de realizadores recientes, como Tarantino o Christopher Nolan. Un dicho popular de la época rezaba: "es demasiado tarde para esperar a Godot...pero demasiado pronto para esperar a Godard"

pierrot el locopierrot el loco

Título original: Pierrot Le Fou.

Director: Jean-Luc Godard.

Intérpretes: Jean-Paul Belmondo, Anna Karina, Dirk Sanders, Jean-Pierre Lèaud.

Trailer: 



Información complementaria:
Jean-Luc Godard

Reseña escrita por Manuel García de Mesa

PIERROT EL LOCO (1965). Jean Paul Belmondo en un clásico de Jean-Luc Godard.

pierrot el loco
El punto y final de la relación profesional entre el crítico de la prestigiosa revista "Cahiers du cinema" y realizador, Jean-Luc Godard y su musa en la pantalla y fuera de ella, Anna Karina, tiene lugar en esta revisión de su atronador y referencial debut "Al final de la escapada (1960)". Con ella comparte protagonismo masculino Jean Paul Belmondo, y trama similar, donde nuevamente una pareja, en este caso Marianne y Ferdinad (apodado Pierrot a su pesar), huye desperadamente hacia ninguna parte. Godard incorpora guiños a otros trabajos suyos, configurando su décimo largometraje (sin contar sus colaboraciones en algunos films episodios, tan de moda en la filmografía gala e italiana de aquellos días) como un sumario autorreferencial, donde pueden apreciarse sus temas predilectos: la muerte o la incapacidad de amar. Ciertas secuencias están claramente construidas en clave de despedida de la actriz (la pareja había anunciado su divorcio el 21 de diciembre de 1.964), pero también constituyen una ruptura con el romanticismo (las imágenes rinden culto al desencanto, es una obra de gran pesimismo) y con el cine, que tanto amó en sus comienzos (la secuencia en la que Ferdinand se duerme ante una proyección y cuando se despierta, en lugar de ver la película-salvo para ver algún fotograma con Jean Seberg a su vez filmando con una cámara de 16 mm- se entrega a la lectura, apunta a esa dirección).

pierrot el loco

Pese a todo, el amor por el celuloide procedente de EEUU, que tanto había expresado en las páginas de "Cahiers du cinema" en sus artículos sobre Anthony Mann o Nicholas Ray. La doble referencia de Ray, por un lado en una conversación al inicio de "Johnny Guitar (1954)", y por otro en el empleo de movimiento panorámico en entorno boscoso, que remite a la fascinante manera de captar la presencia de la naturaleza en la acción de "Muerte en los Pantanos (1958)", y en el cameo del realizador Samuel Fuller explicándole a Ferdinand qué es el cine, sin duda tienden puentes entre la "nouvelle vague" y el cine norteamericano. También destaca en este sensacional trabajo una profunda carga política. Concluyen referencias a la guerra de Argel, en cuyo marco había ambientado "El soldadito (1963)", al asesinato del presidente Kennedy (el fusil que utiliiza Marianne es el mismo modelo que el empleado en el magnicidio.

pierrot el loco

Al intervencionismo de EEUU, en particular en Vietnam, cuya guerra había estallado poco antes del rodaje de esta película. Respecto a este conflicto bélico, se insertan noticias provenientes de la radio del vehiculo en el que la pareja protagonista abandona París y se introduce una demoledora representación teatral callejera que realiza la pareja protagonista para obtener dinero. Con mucha sencillez y eficacia, Godard sintetiza en esa secuencia el espíritu e intenciones que 14 años después recrearía Coppola en la espectacular "Apocalypse Now (1979)". El crisol cultural con el que Godard puebla su película parece no tener fin, en pantalla irrumpen imágenes de cuadros de Renoir, Van Gogh, Picasso, viñetas de cómic y referencias literarios que reflejan su pasión por los libros.  Pero es sin dudas en las formas narrativas donde residen las grandes virtudes de esta película, nuevo punto de ruptura con las formas clásicas.

pierrot el loco


La impregnación de colores primarios en la puesta en escena (Ferdinand va a una fiesta donde transita por diversas habitaciones, cada una iluminada en uno de los colores primarios intensos), la ocasional búsqueda de una falsa realidad teatral (sobre todo en las escenas cómicas), el uso de falsos planos de continuidad (los denominados raccords) como el tiroteo de uno de los clímax finales, totalmente anti-western, la importancia de las elipsis ( el tiempo de la acción es furiosamente interrumpido y manipulado, sin que muchas veces sepamos cuánto ha ocurrido), el uso de la voz en off a modo de enlace con el pasado o con el futuro, el empleo de la denominada "sublimación temporal", la inclusión de escenas sin ser necesarias para la narración (Ferdinand sentado en el tronco del bosque leyendo su diario), la transición entre secuencias mediante palabras en lugar de a través de imágenes, la ausencia del convencional plano-contraplano en las secuencias de conversaciones, la falta de explicación de la subtrama policíaca (las cajas conteniendo armas, la presencia de los matones que persiguen a Marianne...), primando así a la historia de amor y concediendo a todo lo demás, el status de "contexto". Se ha definido a este "Pierrot" como el primer texto hecho en imágenes. Sin duda, Godard fue un adelantado de su tiempo, modificó las reglas del lenguaje visual para siempre. Su influencia impregna no solo los trabajos de muchos cineastas de su generación, sino de realizadores recientes, como Tarantino o Christopher Nolan. Un dicho popular de la época rezaba: "es demasiado tarde para esperar a Godot...pero demasiado pronto para esperar a Godard"

pierrot el locopierrot el loco

Título original: Pierrot Le Fou.

Director: Jean-Luc Godard.

Intérpretes: Jean-Paul Belmondo, Anna Karina, Dirk Sanders, Jean-Pierre Lèaud.

Trailer: 



Información complementaria:
Jean-Luc Godard

Reseña escrita por Manuel García de Mesa

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FINALISTAS EN LOS PREMIOS 20BLOGS 2.015

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