Mencionar el nombre de Roger Corman es nombrar a uno de los grandes cineastas del cine de terror y la ciencia ficción de la serie b, películas como "El péndulo de la muerte (1961)", "La caída de la casa Usher (1960)", "El cuervo (1963)" (éstas protagonizadas por su actor fetiche Vincent Price e inspiradas en relatos de Edgar Allan Poe) o "El hombre con rayos X en los ojos (1963)" con un magistral Ray Milland, avalan su enorme repercusión dentro de este género cinematográfico de bajo presupuesto. En esta ocasión me centraré en "La pequeña tienda de los horrores" una comedia grotesca con toques del cine de terror cuyo argumento estaría enfocado en la figura de Seymour Krelborn, un patoso empleado de una floristería en decadencia donde gracias a la adquisición de una extraña planta llamada Audrey Junior salvará tanto su puesto de trabajo como el cierre de la empresa, todo le iría genial si no fuera por el problema de que dicha planta necesita alimentarse de sangre humana. El film se caracterizada por mostrarnos una serie de escenas cargadas de humor grueso que rozarían lo absurdo y por presentarnos a un numeroso grupo de personajes tan disparatados como caricaturescos, entre ellos la señora Siddie Shiva, una anciana que frecuenta a diario el establecimiento a comprar flores para sus familiares fallecidos, un individuo con el extraño gusto de ingerir plantas, un dentista con tendencia al sadismo o la presencia de Wilbur Force, un paciente de éste último que goza con el sufrimiento y el dolor (un joven Jack Nicholson en sus primeras andaduras por el mundo del celuloide sería el encargado de llevarlo a cabo).
La película estaría escrita por Charles B. Griffith, un guionista conocido por sus colaboraciones con Roger Corman y que en esta ocasión no sólo se encargaría de confeccionar la trama del film sino que también interpretaría a varios personajes secundarios de la obra, daría voz a la planta (lo disfrutamos quienes la vimos en versión original) y "enchufaría" a varios miembros de su familia para que éstos aparecieran realizando breves papeles. Entres sus secuencias destacó el sangriento momento donde Seymour alimenta a la planta con la mano y un pie de una de sus víctimas o ese instante donde la propia planta refleja en sus hojas el rostro de las personas que se ha comido. En 1986, Frank Oz realizaría un divertido remake musical con la presencia de Steve Martin y Rick Moranis ejerciendo del torturador dentista Orin Scrivello y el torpe empleado de la floristería Seymour Krelborn respectivamente. Como curiosidad la obra fue rodada en apenas dos días y una noche.
Frase para recordar: "¡Comida, me muero de hambre!".
La película estaría escrita por Charles B. Griffith, un guionista conocido por sus colaboraciones con Roger Corman y que en esta ocasión no sólo se encargaría de confeccionar la trama del film sino que también interpretaría a varios personajes secundarios de la obra, daría voz a la planta (lo disfrutamos quienes la vimos en versión original) y "enchufaría" a varios miembros de su familia para que éstos aparecieran realizando breves papeles. Entres sus secuencias destacó el sangriento momento donde Seymour alimenta a la planta con la mano y un pie de una de sus víctimas o ese instante donde la propia planta refleja en sus hojas el rostro de las personas que se ha comido. En 1986, Frank Oz realizaría un divertido remake musical con la presencia de Steve Martin y Rick Moranis ejerciendo del torturador dentista Orin Scrivello y el torpe empleado de la floristería Seymour Krelborn respectivamente. Como curiosidad la obra fue rodada en apenas dos días y una noche.
Frase para recordar: "¡Comida, me muero de hambre!".
Título original: The little shop of horrors.
Director: Roger Corman.
Trailer:
Información complementaria:
Roger Corman
Reseña escrita por Jesús Fariña
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¡Qué curioso! He recordado esta peli hace unos días. La culpa es de un concurso de cine al que nos hemos apuntado un grupo de amigos y, precisamente, mañana está dedicado al cine de terror.
ResponderEliminarMucha suerte con los premios.
Un saludo.
Muchas gracias Nury. La verdad que con su bajo presupuesto y los escasos medios de la época es una película entrañable. Un saludo!
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