Superación personal y espíritu olímpico mezclado con cierto tufillo patriótico podría muy bien defiirse esta obra británica, algo sobrevalorada y de mítica partitura musical que conseguiría desbancar a títulos de la talla de "En busca del arca pérdida", "El estanque dorado" y "Rojos" de Warren Beatty en la ceremonía de los óscar de aquel año. La obra en cuestión estaría realizada por el debutante Hugh Hudson, director de breve e irregular filmografía y también autor en la década de los ochenta del tarzán de Christopher Lampert en "Greystoke (1984)") y de la "Revolución (1985)" de Al Pacino. Éste nos trasladaría a principios de los años 20 para relatarnos la historia, basada en hechos reales, de Harold Abrahams y Eric Liddell, dos jóvenes atletas marcados por la religión y el fuerte afán competitivo que luchan por lograr sus objetivos deportivos en los Juegos Olímpicos parisinos de 1924. Dicho film estaría protagonizado por Ben Cross ("El primer caballero (1995)") en el papel de Harold Abrahams, un joven estudiante judío de fuerte carácter competitivo-obsesivo que se aisla de su entorno para conseguir la principal meta de su vida que no es otra que hacerse un hueco entre los mejores corredores de todos los tiempos y Ian Charleson ("Gandhi (1982)") como el carismático predicador Eric Liddel, personaje que entrará en un conflicto personal a causa de su deber de difundir la fe cristiana entre sus devotos y su participación en las olimpiadas. Cabe destacar la presencia de Ian Holm (el hobbit Bilbo Bolsón de "El señor de los anillos") como el entrenador de Abrahams o Brad Davis ("Querelle (1982)") representando a Jackson Scholz, uno de los destacados corredores olímpicos del bando estadounidense. Entre sus escenas más emblemáticas quedará en nuestra retina la famosa secuencia inicial donde un grupo de deportistas vestidos de blanco corren descalzos por la playa mientras suena la legendaria pieza musical de Vangelis. Como curiosidad, se comenta que el mencionado Brad Davis no cobraría por su papel de Jackson Scholz y que su participación se produjo únicamente para hacerle un favor al productor del film, David Puttnam (hay que recordar que éste lanzó la fama del actor al elegirlo como protagonista en la desgarradora "El expreso de medianoche (1978)").
Frase para recordar: "Cerrando los ojos podemos recordar a aquellos hombres jóvenes, con esperanzas en sus corazones y alas en sus pies".
Frase para recordar: "Cerrando los ojos podemos recordar a aquellos hombres jóvenes, con esperanzas en sus corazones y alas en sus pies".
Título original: Chariots of fire.
Director: Hugh Hudson.
Intérpretes: Ben Cross, Ian Charleson, Ian Holm, Nicholas Farrell.
Trailer:
B.S.O.:
Exceptuando su banda sonora, la película me pareció un tostón. Coincido contigo en que está algo (muy) sobrevalorada.
ResponderEliminarSaludos
En ningún momento logró emocionarme esta película, de inolvidable banda sonora y ritmo tedioso.
ResponderEliminarSaludos
Seré raro, porque a mí me encantó. Y ya no es solo por su gran mensaje, sino por su guion, dirección e interpretaciones, ademas de su maravillosa banda sonora. Para mí, al contrario, la encuentro infravalorada (eso de que se llevó el Oscar en vez de popularizarla, no la ha ayudado mucho)
ResponderEliminarSaludos.
Maravillosa pelicula, la musica ensalza las virtudes de esta pelicula, y a los que tenemos alma deportiva nos hace vibrar, es lindo tu blog, saludos desde Chile,
ResponderEliminarEnrique, Muchekita, GCPG, Daniel, Carmen muchas gracias por sus visitas y comentarios. Un saludo!
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