LA CURA DEL BIENESTAR (2017) ¿Quién querría irse de aquí?

la-cura-del-bienestar
Si no fuera porque Gore Verbinski logró levantar una carrera seria tras debutar con una tontería como Un ratoncito duro de roer (1997), podría decirse que los dos tremendos batacazos de taquilla seguidos El llanero solitario -215 de inversión para 260 recaudados- y la cinta que hoy nos ocupa La cura del Bienestar -40 de presupuesto para unos pírricos 18 de recaudación- acabarían con su carrera en las grandes ligas. De momento Verbinski tiene en pre-producción Spaceless, quizá su propia versión de Misión a marte (Brian De Palma, 2000) de la que fue despedido por sus desmadradas peticiones de presupuesto.

La cura del Bienestar se estrenó en nuestro país el 24 de marzo de 2017. Y ya venía condenada debido al abandono internacional que los productores llevaron a cabo con ella tras fracasar en EEUU. El principal protagonista de este film es Dane DeHaan –prometedor actor que recientemente se ha visto envuelto en otro fiasco monetario: Valerian y la ciudad de los mil planetas (Luc Besson, 2017)- quien da vida a Lockhart, un joven y ambicioso tiburón de las finanzas al que su empresa le encarga una peculiar misión; traer de vuelta al CEO de la compañía (Harry Groener) quien se fue durante dos semanas a un Balneario en Suiza y desde entonces reniega del mundo. Al llegar hasta el balneario, su forma de vida chocará frontalmente con el mundo de Lockhart, y en lo que en primera instancia era amabilidad y buen trato, se irá convirtiendo en trabas y excusas varias. Cuando por fin Lockhart consigue el permiso para llevarse al ejecutivo, sufre un aparatoso accidente del que despierta como paciente en el Balneario. El lugar lo dirige un tal Doctor Volmer (Jason Isaacs). Un tipo que nunca pierde los modales.

la-cura-del-bienestar

Enfilé el visionado de La cura del Bienestar con una sensación de intriga y controlando el hype. Gore Verbinski siempre me pareció un artesano correcto en el terreno de las cintas de aventuras, pero con una clara alma de Sam Raimi o Peter Jackson, es decir un director que donde más cómodo se encuentra es en los ambientes malsanos. En "La cura" eso se nota, igual que en su remake Usa de The Ring (La señal, 2001), incluso una de las primeras secuencias claves de "La cura" tiene mucho que ver con un momento ineludible de The Ring, eso sí, de la secuela dirigida por Hideo Nakata en EEUU no del film de Verbinski. Para poner al espectador en situación en cuanto al tono, estamos ante una mezcla entre las película barrocas de terror de la Hammer y Roger Corman –el Corman de los guiños a Edgar Allan Poe- con Shutter Island (Martin Scorsese, 2010) o más recientemente La cumbre escarlata (Guillermo del toro, 2015). En muchos momentos La cura del Bienestar no tiene nada que envidiar a las películas de las que toma prestados sus ambientes y el pozo de la trama. Sí bien, al final no supera a los mejores thrillers desasogantes o cintas de horror sugestivos que homenajea es por una serie de escenas y momentos que se dejan demasiado en el aire. No ayuda que hasta en tres ocasiones –como mínimo- parece que la cinta  va a terminar, y no lo hace alargando su duración a los 146 minutos. Flota en el ambiente, en cuanto a la dirección de Verbinksi un (demasiado re)marcado tono de influencia de la escuela Kubrick, sobre todo en la segunda hora de metraje que se va mezclando con El resplandor (1980) o Eyes Wide Shut (1999). Ojo a ese indescriptible baile victoriano. O al (descolocador) momento de distracción de una enfermera a un celador mientras Lockhart toma un intrigante baño sumergido. 

la-cura-del-bienestar

En líneas generales estamos ante una película de intriga y tensión perturbadora que roza el notable. Así la trama se va descubriendo a medida que el protagonista (Lockhart) lo va haciendo, y va cambiando su forma de encarar los acontecimientos irremediablemente. Dane DeHaan muestra a la perfección los estados de ánimo de su personaje y por todo lo que va pasando durante el film. Aunque cuando mejor y más cómodo se le ve en cuando abandona el traje de tiburón de las finanzas y le dan la bata de paciente. Para la historia de este 2017 cinematográfico tiene dos secuencias, una que tiene que ver con una silla de dentista –homenaje ineludible a Marathon Man (John Schlesinger, 1976)- y la que sigue por un tubo y unos anfibios que pululan por la película. Jason Isaacs da vida al imperturbable Doctor Volmer. Notable labor la que lleva a cabo este interprete británico experto en villanos, de la que es mejor no descubrir nada. La joven Mia Goth (1993) da vida a Hannah, una huérfana paciente del Balneario con cuerpo de mujer y mente de niña. Su papel, aunque importante en el devenir de la trama, apenas tiene desarrollo. Destacar la siempre acertada música de Benjamin Wallfisch y una fotografía de dos piezas por parte de Bojan Bazelli que remarca a la perfección los dos mundos del film, el moderno, caótico y ultra-iluminado. Y el del Balneario y el pueblo, que bien podrían ser de hace dos siglos.

En resumidas cuentas La cura del bienestar es un film que debe verse sí o sí para hacer un justo balance cinematográfico del año 2017, y ni mucho menos es el horror que muchos dicen de ella. Estamos ante una película de marcado tono clásico, de la escuela del horror británico, hecha por un buen cinéfilo, y por momentos un gran director.

la-cura-del-bienestar

Título original: A Cure for Wellness.

Director: Gore Verbinski.

Intérpretes: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Susanne Wuest, Celia Imrie, Lisa Banes,Adrian Schiller, Ivo Nandi.

Trailer:


B.S.O.:


Reseña escrita por Jonathan Glez


SUSCRIBETE

Comparte este artículo

Otros artículos de interés

NOS MENCIONAN EN ANTENA 3

FINALISTAS EN LOS PREMIOS 20BLOGS 2.015

FINALISTAS EN LOS PREMIOS 20BLOGS 2.014

FINALISTAS EN LOS PREMIOS BITÁCORAS 2.012

SÍGUENOS EN FEEDLY

follow us in feedly

AVISO LEGAL

Licencia Creative Commons
Las mejores películas de la historia del cine por Jesús Fariña se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
back to top