Tommy y Austin Tilden regentan una morgue y un crematorio en Virginia. Un día el sheriff local les entrega un cadáver sin nombre, bautizado como Jane Doe según la tradición policial, encontrado intacto en la escena de un macabro crimen. Pronto, padre e hijo descubrirán que el nuevo encargo no es mera rutina y que, aunque por fuera el cuerpo está en perfecto estado, el interior de Jane Doe es la plaza de un ritual que extiende sus efectos a lo largo de los siglos.
De vez en cuando el tan explotado y a veces ninguneado por la critica género del terror, nos deja perlas únicas y de un valor por encima de la media de tantos subproductos slasher gore, mockumentarys de saldo, survivals de jardin de infancia y exorcismos varios. Este film del noruego André Øvredal autor de la estimable "The Troll Hunter" y recompensado en el Festival de Sitges 2016 con el Premio Especial del Jurado por el mismo, es un claro ejemplo de que hay vida mas allá de un genero que la mayoría de las veces da tantos síntomas de desgaste como de hastío.
Con un guión de Ian Goldberg y Richard Naing, la acción se situará en un pequeño pueblo en el que una familia regenta una morgue a la que llega el cadáver de una víctima de asesinato no identificada (de ahí el nombre de Jane Doe). A medida que van haciendo averiguaciones sobre quién se encuentra en su depósito de cadáveres y cómo ha sido asesinada, irán descubriendo una serie de extrañas pistas para descifrar una serie de misterios que quizá sería mejor dejar sin resolver.
The Autopsy of Jane Doe impacta pero permanece fiel a los cánones establecidos en la época dorada del género, los años 70 y 80 con referencias explicitas al mejor Carpenter. Es un terror inteligente y no exento de sustos memorables, pero mantiene al espectador en vilo generando una tensión absorbente y desvelando detalles de la trama poco a poco.
El realizador ha sabido manejar y combinar los elementos de su película y a sus protagonistas de una manera magistral. Una funeraria, una noche oscura y solitaria, dos hombres solos y un cadáver sin nombre lleno de oscuros, terrible y mortales secretos. La planificación de escenas giran alrededor del cuerpo presente de Jane Doe como centro neurálgico de la acción siempre dosificada con muy buen gusto incluso en las escenas más gore, pero siempre in crescendo transportándonos en un viaje estremecedor pero fascinante, donde el misticismo y los rituales mas arcanos se dan la mano con la ciencia y la investigación, y en el cual por momentos los dos actores principales (el siempre brillante Brian Cox y el solvente Emile Hirsch como padre e hijo) nos recordaran a un Holmes y Watson actuales.
Una historia de lo mas interesante y original aunque de gran clasicismo, muy deudora de la serie B, pero de esa serie B que tanto nos gusta y que tan buenos momentos nos ha dejado y que no puedo dejar de recomendar como una de las mejores y mas estimulantes propuestas (sino la mejor) del género en este año 2016.
Título original: The Autopsy of Jane Doe.
Director: André Øvredal.
Intérpretes: Emile Hirsch, Brian Cox, Ophelia Lovibond, Michael McElhatton, Olwen Kelly, Jane Perry.
Trailer:
Reseña escrita por Ramón Abelló Miñano
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