Lo que distingue y hace superior una película de animación de estas características es que entretenga y divierta no solo a los peques sino a todos los miembros de la familia y creerme aunque Pixar nos tenga malacostumbrados en estos quehaceres es algo sumamente complicadísimo. Disney desde que reflotara de la mano de su filial en este sentido también va por el buen camino. Zootrópolis es una buena muestra de lo que estoy hablando, cumple sobradamente con el precepto de una gran apuesta de la productora. Byron Howard (Enredados) y Rich Moore (Rompe Ralph, Los Simpsons) aprueban con nota alta en estos quehaceres.
Cimentada en bases seguras pero construida con dosis de originalidad y atrevimiento, Disney vuelve a su antigua tradición de animales parlantes en el que la productora tiene un gran legado y que tantos éxitos le proporciono en el pasado. Podéis creerme cuando digo que aunque hayamos visto millones de películas de animales antropomorfizados, Zootrópolis juega con esta premisa con un ingenio inaudito, mostrándonos una suerte de universo alternativo donde no hay humanos, pero en el cual los animales se han civilizado.
Como ya he comentado, esta cinta de animación nos presenta un mundo habitado únicamente por animales (mamiferos) en el que el astuto zorro Nick Wilde, acusado de un delito que no ha cometido, y la soñadora coneja Judy Hops se unirán para destapar al responsable de una conspiración que busca a toda costa que los dos vayan a la cárcel. La trama en si sería una buddy movie imposible (un zorro y una coneja) con tintes de cine negro, en la que gracias a un guión trabajado con muchos guiños cinéfilos y sobre todo con un buen sentido del humor, mezcla a la perfección varios discursos en una misma línea argumental (desde la consecución de los sueños hasta una sofisticada alegoría social), haciendo las delicias de todo tipo de público que se acerque a ella. Lo más sorprendente es que los giros argumentales no se ven venir desde el minuto cero, lo que es de agradecer. Para los cinéfilos tiene un añadido extra, los guiños, que no son pocos. Yo personalmente me quedo con el de El padrino y Canción triste de Hill Street.
La entrada a la moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es absolutamente espectacular. Un tren de máxima velocidad nos lleva de viaje a través de sus fascinantes distritos con diferentes hábitats como la desértica Sahara Square, la gélida Tundratown o la selvática Rainforest District. Un montaje que desborda imaginación, que con su portentoso diseño nos revela una ciudad prodigiosa llena de vida y adaptada a todo tipo de clase animal.
Cabe recalcar que uno de los puntos fuertes de este film es su magistral sentido del humor, el cual se puede apreciar en numerosas escenas pero si tuviera que resaltar una por encima de todas sería la de los perezosos como funcionarios del estado es simplemente hilarante, para más recochineo el amigo de Nick se llama Flash (relámpago)...brutal y la escena final con el tal Flash, buenísima.
Lo peor, no todo iban a ser cosas buenas… es Shakira metida con calzador como una gacela de anchas caderas promocionando su nuevo single. Lo siento, no la soporto, que se vaya a cantarle al Pique.
Zootrópolis no marcará un antes y un después en el cine de animación y a pesar de estar a cierta distancia de las grandes obras de Pixar, ofrece un buen divertimento a toda la familia, un guión lleno de sorpresas, un auténtico goce visual y una moraleja la mar de fina. Si tenéis la oportunidad de verla, no lo dudéis.
Director: Byron Howard, Rich Moore, Jared Bush.
Trailer:
B.S.O.:
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