Tras ocho años en prisión, Max Cady (Robert Mitchum) viaja hasta Savannah para volver a verse las caras y ajustarle las tuercas al hombre que le delato, un abogado llamado Sam Bowden (Gregory Peck), Cady, se pasea por la ciudad amenazante, mientras utiliza los recovecos legales a su favor para hostigar a Bowden hasta que este pierda el control. A principios de los años 60, Gregory Peck se sumo a la moda de los actores que producían sus propias películas en la línea de Burt Lancaster o Kirk Douglas, el primer escrito en donde puso el ojo fue la novela de John D. MacDonald; The Executioners, mientras rodada en Europa Los cañones de navarone (1961) a las ordenes del británico J. Lee Thompson, Peck le paso el libro de MacDonald al director: La novela me gusto mucho, trabajamos y congeniamos muy bien en ‘Navarone’ y me apetecía seguir haciendo algo con Peck. El había encargado un guión, firmamos el contrato enseguida, Greg iba a ser también el productor, y en un principio la única estrella, sabía que el papel de Cady era el más jugoso, pero aún así eligió el del abogado. Primero pensamos en actores tipo Rod Steiger, incluso consideramos a Telly Savallas, quien por aquel entonces no era muy conocido –incluso aún tenía pelo- pero eran actores de carácter, o secundarios comparados con Peck. En algún momento consideramos la idea de que la némesis de Sam Bowden fuera un actor de igual renombre que Peck, entonces se nos vino rápidamente un nombre a la cabeza; Robert Micthum. Mitchum sentía apego por Peck, habían querido trabajar juntos en ocasiones previas pero por uno u otro motivo no se había producido la unión, pero los ecos de su papel de villano en La noche del cazador (1955) eran muy fuertes, y Bob se mostro reacio; Se reunieron en las oficinas de Universal y Mitchum seguía negando; estoy muy ocupado, quiero descansar, me voy a mi Rancho…Bob si tu no lo haces, ¿quien más podría? ¿Quizá Jack Palance? No, resultaría excesivo desde el principio. Lo más importante de Cady es su maléfico encanto, apuntalo Mitchum, ya apropiándose de forma inconsciente del personaje. La reunión acabo con Mitchum en sus trece. Al día siguiente al hotel donde se hospedada llegaron un ramo de flores, una caja de bourbon y una nota; ¡Haz la película, por favor! Esa misma noche, Bob respondió al envío: "De acuerdo. Me he bebido todo el bourbon y estoy borracho. Lo haré". Así fue como El cabo del terror tuvo el empujón que le faltaba. Por cierto, Peck se adjudicaría el crédito del título, cuando valoraba opciones del estilo de Casablanca, Sahara y demás, quería situar al espectador en el lugar donde tendría lugar el film ya desde su comienzo, así fue como buscando dio con el Rio Cape Fear.
Quienes vieron El cabo del terror (1962) antes que su ejemplar remake de 1991 dirigido por Martin Scorsese, tendrán más que justificadas razones para poner a esta por delante, no solo por ser el original sino por lo significo en su momento. Hollywood se estaba recuperando aún de los ecos de Psicosis, Peck sabia como esta película había trascendido más allá del genero, como caló hondamente en las audiencias, y sabia que Lee Thompson era un intento de aprendiz de Hitchcock; Thompson se lo tomo como un reto; el blanco y negro, las sombras, la amenaza latente, el físico imponente de Mitchum chocando con la solidez de Peck; el hombre medio americano por excelencia. Ojo a la conseguida sensación de constante miedo en el cuerpo que va apoderándose tanto de los protagonistas como del espectador acentuado por la música de Herrman. Mitchum acechando, mientras que Peck se movía como un ratoncillo asustado, los constantes planos de barrotes… Otro punto a favor fue el acierto total de trasladar la acción de Carolina donde tenía lugar la novela a la sureña Savannah. Ni siquiera la censura, pudo paliar la fuerza de las imágenes, el miedo en el cuerpo de cada acto y de cada aparición del maléfico Cady personificado en el físico imponente de Mitchum con su clásico pecho prominente y su abdomen prensado como si permanentemente estuviera aguantado el aire de sus pulmones. El film se redondearía con la ya habitual solidez de Peck, su ramillete de secundarios Martin Balsam -otro guiño a Psicosis- Telly Savallas como el sabueso de turno, Polly Bergen como la esposa de Sam, Barrie Chase –como la muñeca rota amante de Cady- o Lori Martin como Nancy la hija de los Bowden.
A pesar del amplio catalogo referencial que Thompson empleo desde el cine de Hitchcock; atención sobre todo al efecto espeluznante de las sombras acentuado aún más por el blanco y negro. El cabo del terror es muchísimo menos efectista que la versión de Scorsese, además de que aboga por un horror más soterrado, una figura que simboliza el bien contra el mal personificado; atención a la mención a la tortura de los mil cortes de Cady, o a la llamada tras el intento de paliza; Ahora tengo la ley de mi lado, voy a quitarte todo lo que tienes. El perfectamente pérfido libreto de James R. Webb, del que tomaría toda su savia Scorsese para el remake, con la tan clásica justicia poética de su cine y el desatado show de Bob De Niro en un Cady más psicótico y menos elaborado en sus planes que el de Mitchum, quien en una ocasión le diría al director; sabes yo vivo los personajes, y este personaje es un borracho y un violador, tras aquello soltaría una carcajada, era el humor de Mitchum, pero la verdad con que lo decía le encantaba a Thompson. Este pudo comprobar de primera mano, como cuando Mitchum tenía escenas en donde debía de imponerse en el cara a cara disfrutaba sádicamente con ello, Polly Bergen no puso reparos a ese juego, ni siquiera Peck, pero Barrie Chase que hacia el papel de amante de Cady si que llego a temer ante el huracán Mitchum.
La carrera posterior de Thompson quedaría marcada por su amistad con Peck, y luego con Charles Bronson, a quien por cierto Mitchum no soportaba por su individualismo, y con quien trabajo en Villa Cabalga (1965). Dos secuelas de El planeta de los simios y un retiro en la Cannon fueron el final de Thompson, sin duda su techo fue y siempre seria El cabo del terror.
Título original: Cape fear.
Director: J. Lee Thompson.
Intérpretes: Gregory Peck, Robert Mitchum, Polly Bergen, Lori Martin, Martin Balsam, Telly Savallas, Jack Kruschen, Barrie Chase.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Jonathan Glez
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