Esta trágica historia de una desdichada familia bengalí a través de los años hundida en la pobreza y la miseria y que apenas tienen para comer haciendo lo humanamente posible para poder sobrevivir y que es además perseguida por la desgracia es de lo más sobrecogedor que ha dado la historia del cine.
Con esta sencilla historia el maestro Satyajit Ray nos muestra un fiel y duro retrato de una región de la India y de una desgraciada familia que pasa por todas las penas posibles, que más que una película consigue atrapar un pedazo de vida y plasmarlo en imágenes, todo ello narrado a un ritmo muy sosegado perfectamente acentuado por una planificación de planos largos y principalmente estéticos donde la imagen impera por encima de cualquier otra cosa.
Un film básicamente visual con unas evocadoras imágenes que hablan por sí solas sin necesidad de diálogos profundos, de una belleza inigualable pocas veces vistas en la gran pantalla, una película triste, desgarradora y cruel como la vida misma le sirven a Ray para brindarnos una de las obras más bellas del séptimo arte rodadas con una sugestiva narrativa y de una forma tan realista que a veces nos parece estar viendo un documental.
Un animal, un árbol, una hoja sobre el río, un insecto sobre el agua, o una simple piedra le son suficientes al genial cineasta hindú para mostrarnos todo tipo de emociones con unas escenas realmente hermosas llenas de simbolismos con el entorno que les rodea. La cotidianeidad de la vida convertida en belleza, Ray hace de la miseria poesía, de la desgracia hermosura, la sencillez hecha arte y toda rodada con una aplastante naturalidad.
Un film de un realismo sobrecogedor, que te hace ver el ciclo de la vida como algo maravilloso, con sus alegrías y sus desgracias, pero donde a pesar de todo la vida continúa, la vida sigue a través del camino, el camino que siguen nuestros protagonistas y al cual hace referencia el título de la película. Temas como la miseria, la desesperación , la desigualdad social, la calamidad, el infortunio, la vejez ,la muerte, la pérdida, el progreso, son vistos a través de los ojos de Apu durante su humilde infancia de forma feroz pero hermosa, triste pero de gran riqueza espiritual.
Sublime dirección de Ray que nos brinda una clase magistral de planificación, utilizando los travellings, panorámicas, primeros planos y primerísimos primeros planos de la forma más adecuada posible, remarcando cada sentimiento en cada uno de ellos y otorgando un tono profundamente poético a cada una de sus imágenes.
Un Ray que también produce y escribe brindándonos una historia en principio muy lenta pero que a medida que avanza empiezan a pasar cosas que van aumentando el ritmo narrativo (si se le puede llamar así) y te van capturando y absorbiendo en sus sosegadas pero líricas imágenes. Su fotografía en blanco y negro es poderosa, con unos tonos tan tristes y apagados que remarcan aún más si cabe la sensación de miseria por la que pasan nuestra desgraciada familia protagonista.
Escenas como las de la abuela en el bosque, la enfermedad de la hija en la cabaña durante una noche de tormenta o sobre todo la del chal que trae el padre cuando regresa de la ciudad, son realmente conmovedoras, emotivas y me atrevo incluso a decir que tal vez, la escena del chal, sea la escena más triste que he visto en mi vida; no soy de lágrima fácil pero si hay una escena que me ha conmovido de verdad es esta, una escena que vemos pero que sobre todo escuchamos gracias a un dramático y brutal tono musical mediante una "melodía" autóctona Hindú representando los lloros de nuestra madre protagonista con sus notas y remarcando la sensación de desgracia por la que está pasando que es absolutamente soberbia.
Ambientación, decorados, vestuarios y puesta en escena perfectas que captan a la perfección la época y el lugar donde transcurre esta historia y todo bajo una evocadora y maravillosa BSO de Ravi Shankar acentuando cada una de las secuencias que visualizamos con el sentimiento correspondiente en cada momento transmitiendo alegría, pena, lucha y dolor , con una excelsa sinfonía de la vida. Una BSO que te mantiene en vilo durante todo su visionado convirtiéndose en un personaje más que te hace sentir y vivir la película de la forma más humana posible, una música que "habla" por sí sola.
Maravillosas interpretaciones de unos actores que actúan de una forma tan natural que no parece que tengan una cámara delante, no actúan sino que viven, los padres, Apu, la hermana, los vecinos pero sobre todo el Impresionante personaje de la centenaria abuela que camina totalmente doblada por la edad es una absoluta maravilla, verla caminando por el bosque con sus bártulos con el esfuerzo que ello conlleva para alguien tan mayor y formando un ángulo recto con su cuerpo es realmente conmovedor, una triste y desgarradora visión sobre la vejez perfectamente representada por la abuela de la familia.
Un drama costumbrista de gran valor ya no sólo cinematográfico sino humano, que guarda ciertos parecidos con "El río (1951)" de Jean Renoir (de la cual Ray fue el director de la segunda unidad), los "Cuentos de Tokio (1953)" de Ozu, el neorrealismo italiano y hasta con el tono documentalista de la obra de Robert Flaherty entre otros. un duro pero bello retrato de la infancia vista a través de los ojos de Apu.
Un cine difícil pero que cualquier amante del cine que se precie debe conocer parte de la filmografía (al menos la trilogía de Apu) de probablemente uno de los mejores realizadores que ha existido jamás. Una película muy dura, cruel, llena de desilusión y desesperanza pero con un poco de luz al final, altamente emotiva y humana, una obra que sacude el alma, un trozo de vida plasmado en imágenes que se nos presenta como un film necesario , una película que nos hace valorar más lo que poseemos y que te hacen apreciar la vida que tenemos para aferrarnos a ella con toda nuestra fuerza.
La sencillez hecha belleza, una lección magistral de cine poesía en imágenes, cine con mayúsculas. Cine en estado puro y la mejor manera de demostrar que con nada nos lo puedes mostrar todo, una obra maestra absoluta, una de las mejores películas de la historia del cine, un canto a la vida, un film inmortal que ningún cinéfilo que se tercie debería dejar de ver antes de morir, porque como sabiamente expresó el gran Akira Kurosawa:
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