No es de extrañar que Andrei Tarkovsky obtuviera la calificación de excelente, la más alta distinción posible, por esta maravilla de 46 minutos que presentó como tesis de graduación en el Instituto Estatal de Cinematografía de Moscú (VGIK) en 1961, un año antes de su ópera prima en largometraje: "La infancia de Iván (1962)". Ambos títulos comparten colaboradores como es el caso del magnífico operador de fotografía Vadim Yusov, cuyo trabajo en este mediometraje destaca por el uso de unos colores muy cálidos y un tratamiento de la luz en interiores que nada tiene que envidiar a las mejores producciones del cine soviético de la época.Además de Tarkovsky el guión lo firma Andrei Konchalovsky, compañero de estudios, futuro director de cine que también participó en la escritura de "Andrei Rublev (1966)", segundo film de Tarkovsky.
El pequeño Sasha (Igor Fomchenko) como cada día acude a sus clases de violín pero nada más salir a la calle es molestado por los muchachos de su barrio, mayores que él, que le acosan y le insultan hasta el punto de quitarle su instrumento y pasárselo entre ellos ante la impotencia del jóven músico. Pero la presencia en el barrio de Sergey (Vladimir Zamansky), un obrero encargado de conducir una apisonadora en las obras del asfaltado de las calles termina radicalmente con las mofas de los chavales obligándoles a devolver el violín a Sasha. Desde ese momento se crea un fuerte vínculo entre los dos, comparten almuerzos, pasean por las calles de Moscú en los descansos del trabajo de Sergey, mientras éste le cuenta al niño historias sobre la guerra o Sasha toca el violín para él.
Si bien Tarkovsky ya había dirigido los cortometrajes "Los asesinos (1956)" y "Mañana no habrá salida (1959)" antes de este mediometraje, no deja de sorprender la solvencia que demuestra en este supuesto trabajo de estudiante rodado en los Mosfilm con una destreza técnica impresionante, ya no solo por el gran trabajo de fotografía de Yusov, también por un inteligente uso de los encuadres por parte de un joven Tarkovsky que al igual que en "La infancia de Iván" se muestra mas convencional en el terreno narrativo que en sus posteriores obras, mucho más experimentales. No obstante en "El violín y la apisonadora" ya encontramos algunas de las obsesiones de Tarkovsky como la presencia del agua en su filmografía, presente aquí en el suelo de las calles por donde pasean Sasha y Sergey, o apuntes experimentales como cuando el niño observa la ciudad a través del reflejo en el cristal de un escaparate.
Inolvidables las secuencias en la sala de espera de la escuela de música cuando Sasha ante una niña con la que no se atreve a hablar,mediante miradas y gestos,finalmente le regala una manzana de su almuerzo o el momento en el que va a tocar el violín para Sergey y el niño le explica al obrero lo que es la resonancia acústica cambiando de posición dentro de una habitación y emitiendo silbidos hasta encontrar la sonoridad mas apropiada para su interpretación.
Título original: The Steamroller and The Violin.
Director: Andrei Tarkovsky.
Intérpretes: Ígor
Fomchenko, V.
Zamanski, Nina
Arkhangelskaia, Marina
Adjoubey, Youra
Brussev, Slava
Borisov, Sasha
Vitoslavski, Sasha
Ilin, Kolia
Kozarev, Gena
Klyachkovski.
Escena:
Reseña escrita por Francisco Javier Arco Pérez
0 opiniones :
Publicar un comentario