Fuentecilla, un pueblo que vivió tiempos de esplendor coincidiendo con el auge de su balneario, sobrevive a duras penas gracias al campo y a un limitadísimo turismo que apenas deja beneficios. Su empobrecimiento es tal que ya ni el tren para en la estación. Don Ramón, el dueño del balneario, harto de su escasa y poco aristocrática clientela, en connivencia con el alcalde, el maestro, el barbero, el dueño del hotel y don José, un acaudalado propietario del lugar, urde un plan: organizar una "aparición mariana", como la de Lourdes, que atraiga al turismo y a los devotos. Tras mucho cavilar, se dan cuenta del extraordinario parecido que hay entre Don José y una vieja talla de San Dimas, el buen ladrón. Así es como la noche de cada jueves tiene lugar la aparición de San Dimás.
Desde ya, digo que esta película no esta a la altura de "El verdugo (1963)", "Bienvenido Mr. Marshall (1952)" o "Placido (1961)", o que se echa de menos la pluma de Rafael Azcona, pero Berlanga es mucho Berlanga y esta película como casi todos sus filmes es un divertimento de primer orden. Sobre todo el tramo inicial realizado con un montaje y una puesta en escena admirable donde deslumbran el gran Pepe Isbert en su performance de San Dimas y un Manuel Alexandre, ojiplático y absolutamente feliz como único espectador de esta. También destacaría el pequeño papel como sacerdote arisco de José Luis López Vázquez, precisamente el cura es el mas incrédulo. Pero a partir de que Isbert abandona el protagonismo, el guión se desliza hacia una muy previsible fábula moral.
Quinto largo de Berlanga cuya idea original surgió de unas supuestas apariciones de la Virgen en un pueblo de la provincia de Castellón llamado Cuevas de Vinromá que realiza una crítica social, crítica religiosa, humor negro, neorrealismo a la ibérica incluso, pero sobre todo, una auténtica burla hacia las fuerzas vivas que hacían funcionar el franquismo en las zonas rurales (el maestro, el alcalde, el boticario o el empresario, entre otros). Los poderosos haciendo beneficio propio de la ingenuidad de los débiles a costa de la fe.
No olvidemos que por retratar un tema considerablemente delicado por aquel entonces como es la fe, las supuestas apariciones de santos y el uso por puro interés monetario de la religión y las creencias de la gente de a pie, muchas fueron las intervenciones de manos ajenas en el desarrollo de la película, entre ellas:
- La fuerte participación en el guion del sacerdote y censor padre Garau, impuesto por los productores y a quien Berlanga pretendía situar en los créditos como verdadero responsable de la historia.
- Las numerosas mutilaciones exigidas por la Junta de Censura del remontaje que los productores hacen a su aire.
- Las secuencias adicionales que rueda Jorge Grau a instancias de los nuevos dueños de la empresa cuando el Opus Dei se hace cargo de ésta.
Tantas fueron estas intervenciones que hizo que tuviera un mensaje lo suficientemente ambiguo como para suscitar críticas entre los sectores más tradicionales y también los más izquierdistas de la sociedad.
Uno de los casos cinematográficos más claros de lo que pudo ser y no fue. Indudablemente y con esta temática Los Jueves, Milagro pudo haber sido la película más grande, crítica y lacerante de Luis García Berlanga… o que mejor que explicado por él mismo:
"Yo siempre decía que la primera mitad de "Los jueves, milagro" era mi mejor realización, donde había armonizado mejor el texto con la imagen y donde me había encontrado más cómodo rodando. Ahora, al volver a verla, he confirmado que es una de mis películas con mayor fluidez narrativa. Pero también estoy convencido de que las imposiciones de censura arruinaron el final de la película."
A pesar de que no tuvo mucho éxito entonces ni el suficiente reconocimiento después o de resultar menguada en su causticidad por la censura de la época en su último tramo, "Los jueves, milagro" es una obra cómica de calado social muy divertida. Poco después un genio de las letras llamado Rafael Azcona se cruzaría en su vida, ambos cambiarían para siempre el cine español.
Director: Luis García Berlanga.
Intérpretes: José
Isbert, Richard
Basehart, Paolo
Stoppa, Alberto
Romea, Juan
Calvo, José
Luis López Vázquez.
Escena:
Reseña escrita por Pepe Mata
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