La historia de cómo el proyecto presentado a finales de 2007 como Le roi de les Belges que iba a dirigir Gilles Lebouche, terminó después siendo JCVD (2008) de Mabrouk El Mechri, la cuenta el propio director en los extras incluidos en la edición especial de 2 discos editada por Cameo/Versus Entertainment. El Mechri (luego firmante de la fallida La fría luz del día) tomo las riendas del guión desechando la parodia del inicio que según sus palabras se reía abiertamente de Jean-Claude Van Damme. JCVD la película se gestó gracias a varios inversores extranjeros, la ayuda en desgravaciones fiscales de Luxemburgo, el apoyo de Canal Plus y él de su propio actor protagonista, productor ejecutivo. Aún así no supero los 12 millones de euros, presupuesto ajustado que fue directamente al film, no cobrando JCVD nada más que el mínimo estipulado.
La cinta da comienzo cuando la otrora súper-estrella del cine de acción e infalible kickboxer Jean-Claude Van Damme termina el rodaje de su última producción en algún país del Este de Europa bajo la dirección de un director asiático que le usa como trampolín a proyectos mejores, la gracia del asunto, además de presentar una secuencia de acción en plano secuencia sin trucos, con su protagonista entrando y saliendo del plano, y rodada sin pausa, es ver como Van Damme al final no da el visto bueno a la toma porque se ven fallos al entrar los stunts al plano y se cae el decorado en el duelo con el malo principal. Tras abandonar el set totalmente derrotado, y afectado tanto psíquica como físicamente, el film -con un montaje en flashbacks y flashforward, muy influido por el cine de Sidney Lumet sobre todo La ofensa (The Offence, 1973)- salta a un juicio por la custodia de su hija en donde el abogado de su ex-esposa alega que el actor tiene mala fama debido a la violencia de sus películas y no es apto para criarla. Tras ello -y a la vista de la total desgana de su agente para conseguirle papeles en films que no se rueden en una fábrica abandonada-Van Damme toma un vuelo hasta su país natal, Bélgica, para desconectar del ruido, ver a su familia y hacer balance de su vida en la mediana edad. Para su total desgracia, cuando entra en una oficina de correos esperando un giro con dinero efectivo, unos atracadores se encuentran allí perpetrando un robo, todo se tergiversa al nivel de que Van Damme acaba siendo señalado como el jefe de los amotinados y la noticia salta a todas las televisiones internacionales, mientras el actor sobrepasado por los acontecimientos intenta discernir sobre la persona normal que es y el héroe de acción de que esperan que sea.
Aún recuerdo cuando el día de su estreno entre en la última sesión de un viernes a ver JCVD y me encontré con una sala vacía en donde encendieron las luces antes de que acabara el film, aquello daba una idea clara de lo que importaba y vendía Van Damme al público, ni las criticas positivas en nuestro país y el resto del mundo, ni ser considerada una de las mejores interpretaciones del año, ni el apoyo público de actores como Nicolas Cage, hizo de JCVD la película un éxito, ni un resurgir. Estamos ante un estudio de personaje, si no hay errata, personaje, JCVD, la persona y el personaje son mostrados al publico sin ningún tipo de paños calientes, se habla de lo bueno y de lo malo, de sus errores sobre todo, y de su situación actual, sumergido en sub-productos en los que unos se hacen ricos mientras su carrera baja enteros a marchas forzadas, ojo sino al dialogo entre el actor y su agente cuando este le ofrece secuelas de anteriores películas hechas por obligación o films en donde Steven Seagal es la otra alternativa; "¿Cuál es tu comisión? ¿Cuánto te llevas por cada película que hago?…Están acabando con mi carrera. Tú te forras (en referencia a su agente), ellos me mandan a Bulgaria (los productores), ¡a una puta fabrica! Y hacen la película, por un millón de $. Veamos: 6 millones de presupuesto bruto. Gastos de producción; 1, 800,000, a mi me dan; 4 millones. Le sumamos el cambio de moneda. La rebaja del 30% por rodar en el extranjero… ¿Que queda para la película?...Aceptaría menos dinero, si me metieran en un puto estudio. Si lo hiciera gratis. Solo una película sin cobrar. Siendo de Van Damme sacan mínimo 6 millones de ganancias en Europa. Tú tienes contactos en el estudio. ¡Podría estar en una película grande! ¿¡Que está ocurriendo!?"
JCVD no es un cuento a lo Frank Capra, los buenos no son tan buenos, y los malos no son lo peor. Es un film rodado a pie de calle, de tremenda crudeza, siempre bordeando la excelencia narrativa, llena de influencias de los llamados cineastas neo-yorquinos; Scorsese, Lumet se llevan la palma. Con una degradada fotografía, con incluso un tono de ensoñación en varios momentos, un uso sensacional de la música, un reparto de grandes intérpretes de reparto y prestigio en Francia y un monumental descenso a los infiernos de su actor protagonista. JCVD juega con la realidad y la ficción; parte de lo contado está basado en hechos reales, parte es juego de Hollywood, el largometraje se mueve en los terrenos del metacine, el drama, la comedia negra, las justas dosis de acción y la figura ineludible como icono cultural de los años 90 de su protagonista, que se define como un hombre afortunado que tenía un sueño, ser una estrella de cine, un sueño que se lo dio todo, y también se lo arrebató, no se eluden sus devaneos sentimentales, sus subidas y bajadas tanto psicológicas como artísticas y la tan aireada adicción a la cocaína (superada afortunadamente a finales de 1998), que junto a un divorcio y varias decisiones fallidas acabaron con su carrera sin remisión. Todo esto es narrado en una inenarrable secuencia en plano sostenido en donde la cámara se mueve alrededor de la figura y los movimientos de Van Damme, hasta subir a una especie de atril bajo los focos, fuera del set, "una película para mi solo" dice mirando a cámara que empieza con el derrumbe en plano sostenido de su protagonista dispuesto a soltarlo todo en ocho minutos de una emoción que traspasa la pantalla. Rodada de una sola vez, sin guión y con Jean-Claude exorcizando su alma delante del mundo.
Para la realización de JCVD, su director, Mabrouk El Mechri tomo como referencias Tarde de perros (1975, Sidney Lumet) y el cine de Peter Bogdanovich sobre las intrahistorias de la farándula. El Mechri conocedor y seguidor de su estrella protagonista, trata con mano maestra la verdad y añade las dosis necesarias de caída del mito para luego, sin tratar de levantarlo y terminar con el tan temido happy-ending, el espectador pueda acabar la sesión entendiendo la figura del actor, la persona, la leyenda y el héroe. JCVD fue la menos afortunada de las dos cintas con temáticas parecidas estrenadas ese mismo año; El Luchador (Darren Aronofsky) con Mickey Rourke –rival y compañero de farras en Double Team (1997)- fue la que se llevó los premios y las ovaciones. El Mechri prometió un director-cut (montaje del director) que aún hoy seguimos esperando, Van Damme rechazó Los mercenarios (2010) a favor de su segunda obra como director Full Love (2009) que aún sigue inédita, pero luego rectifico en 2012 para la segunda parte dirigida por Simon West donde interpretaba al malo de la función, llamado Jean Villain. El sonoro fiasco de La fría luz del día, primer intento en vano de Henry Cavill de sacar adelante un protagónico con Bruce Willis en piloto automático dejó en fuera de juego las posibilidades –momentáneas- de una carrera que se antojaba prometedora para El Mechri quien en su momento visitó el Festival de Sitges en 2008 donde defendió y disfruto del favor del público y de la crítica allí desplazada.
JCVD es desgarradora y brillante y da lo que promete; El mayor desafío para un héroe es la vida real.
Director: Mabrouk El Mechri.
Intérpretes: Jean-Claude Van Damme, Zinedine Soualem, Karim Belkhadra, Jean-Francois Wolff, Jesse Joe Walsh, Liliane Becker, Francois Beukelaers.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Jonathan Glez
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