"I Origins" es un relato que nos sumerge en las claves que mueven el mundo científico y los avances del conocimiento, siempre basados en la demostración de los hechos. Sin embargo, en la trama, se plantea el eterno dilema entre el mundo científico, tangible y reproductible frente al mundo espiritual, basado únicamente en las creencias personales.
La película comienza con la presentación del protagonista en su vida actual como científico, padre y esposo. Mediante un excelente flashback, el doctor Ian Grey (Michael Pitt) nos cuenta en primera persona cuáles han sido realmente los descubrimientos que actualmente condicionan su existencia.
Mike Cahill sorprendió en 2011 con su primer largometraje de Sci-Fi estrenado en Sundance: "Another Earth (Otra Tierra)", donde se descubría un planeta, llamado Tierra 2, en el que todos estábamos replicados. Ha sido otra vez en Sundance, ese Festival que suele sorprender con obras independientes, donde este director decidió presentar su segunda película.
Podría decirse que en ambos films los personajes de Mike Cahill quedan marcados por un hecho traumático que marca su pasado. En estas dos películas sucede algo que cambia bruscamente su destino de forma definitiva, dejando una huella invisible que atormenta y persigue a los que la sufren. Ambas cintas tienen el denominador común de representar cómo el drama más profundo es necesario para evolucionar a un escalón superior que abra el entendimiento del ser humano. Sólo a partir de ese momento el personaje será capaz de realizar el largo viaje de búsqueda introspectiva que le permitirá afrontar su vida presente.
Ian Gray (Michael Pitt) es un biólogo molecular que desde siempre ha estado obsesionado con las características del ojo humano. Ha estudiado y fotografiado millones de ojos, centrándose en la parte externa, el iris y la pupila. Posee un banco de datos muy amplio con fotografías del iris de muchos sujetos. El scanner del Iris, que se utiliza desde hace ya algunos años, prácticamente se considera el sustituto de la huella dactilar para identificar con más fidelidad a las personas, permitiendo conocer algunos de su datos biológicos.
Nuestro protagonista está intentando realizar mutaciones en los globos oculares de ratones de laboratorio con el objetivo de que los ratones daltónicos consigan ver toda la gama de colores. Su hipótesis científica se basa en el mismo proceso que realiza la evolución de las especies, donde el globo ocular humano es el más perfecto y representa el más alto eslabón en la escala filogenética. Dos mujeres representarán la clave que bifurque el relato entre lo científico y lo religioso. La aparición de su brillante compañera de investigación: Karen (Brit Marling) que comparte sus mismos principios científicos y los impulsa a elaborar sus experimentos desde un supuesto sujero 0, de ahí: Origen, para demostrar mediante sucesivas mutaciones en ojos de animales la progresión hasta el nivel más avanzado: un ojo similar al humano. Por otro lado, el azar conducirá al doctor Ian Grey a conocer en una fiesta a una exótica joven (Àstrid Bergès-Frisbey), con unos ojos bellísimos dotados de una morfología de Iris muy singular.
Las dos mujeres son las encargadas de fragmentar el relato en dos partes bien diferenciadas. La primera es una intensa historia de amor que finaliza con una pérdida muy traumática. La segunda, es la búsqueda de lo desconocido, una vez que los años han pasado, Ian ha regulado su vida, se ha casado con su compañera Karen y ha tenido un hijo con ella. Un acontecimiento vital importante capaz de desenterrar fantasmas del pasado.
Mike Cahill intenta adentrarse en un tema poco abordado en la historia del cine, con mucha sutileza, nos adentra en la filosofía de la reencarnación. Para ello utiliza como pretexto el ojo. Los ojos como puerta de entrada al alma humana. Como único elemento diferenciador de todos y cada uno de nosotros. Nos plantea una serie de dilemas que, como en su anterior película, deja al juicio del espectador su posible respuesta y lo hace con un guión bien fundamentado que toma giros inesperados pero no engañosos.
Sabe elegir bien a sus protagonistas, de hecho Brit Marling repite con él, ya que protagonizó "Another Earth" y Michael Pitt lleva demostrando su evolución como actor en los últimos años.
La fotografía de Markus Förderer es también un pilar fundamental para una historia no sólo basada en palabras, sino también en una atmósfera que debe brincar entre lo científico y lo espiritual, entre los datos externos y el mundo emocional interno de los protagonistas, sin apoyo de ningún diálogo. Repitiendo las mismas pautas del director, imagen y música van de la mano en la creación de sus ambientes intimistas, con una puesta en escena visual y musical que adquiere un ritmo paralelo a la narración, para subrayar la trascendencia de las escenas.
Mike Cahill no resulta excesivo en ningún momento, conduce con buen ritmo y montaje un singular planteamiento para las mentes que quieran quedar abiertas a algo diferente. Esta cinta consiguió en 2014 el premio de mejor película en el Festival de Sitges.
Título original: I Origins.
Director: Mike Cahill.
Intérpretes: Michael
Pitt, Brit
Marling, Astrid
Bergès-Frisbey, Steven
Yeun, Archie
Panjabi, Kashish, Cara
Seymour, William
Mapother.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
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