En la prisión de Madrid y en pleno amanecer, José Luís (Nino Manfredi) y Álvarez, empleados de pompas fúnebres, cuando van a recoger el cadáver de un ajusticiado, conocen a Amadeo (José Isbert), un viejo verdugo que está a punto de jubilarse. Asimismo, José Luís conoce casualmente a su hija, Carmen, y se enamora de ella. Más tarde, Amadeo descubre la intimidad de a pareja, ya que Carmen ha quedado embarazada y prácticamente les obliga a casarse. Como las dificultades para encontrar piso son enormes, el padre consigue que su yerno acepte la plaza de verdugo que quedará libre con su próxima jubilación. Tras muchas vacilaciones y con la convicción de que no tendrá que ajusticiar a nadie, José Luís acepta. Pero tiempo después, cuando ya ha nacido el niño, es requerido para ejercer su oficio en Palma de Mallorca.
Con guión de Rafael Azcona, Ennio Flaiano y Luis G. Berlanga, El verdugo, coproducida con Italia, es probablemente la mejor obra del director valenciano y la más importante y significativa de la cinematografía española. La intervención decisiva de Azcona en el argumento consiguió un guión modélico no sólo en cuanto a la construcción, sino a su contenido, más trascendental que en otras ocasiones.
Por otra parte, el estilo tremendista, el humor negro, fraguan el film, además de ser un potente alegato contra la pena de muerte; pero sobre todo y, especialmente, un certero testimonio de cómo el hombre contemporáneo acaba cediendo a los acontecimientos sociales en contra de su voluntad, cómo lo sería la oposición de la mayoría de la sociedad a la pena capital. Que en este caso llevan al protagonista a ejercer, sin contemplaciones, el asesinato legal, como funcionario público que es y, todo ello con unos magníficos y brillantes diálogos, que conforman uno de los éxitos de la cinta:
Amadeo: Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. Qué es mejor la guillotina? Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
Jose Luis: No, yo no entiendo de eso.
Amadeo: ...Y qué me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. A ver dónde está la humanidad de la silla!
Jose Luis: Yo creo que la gente debe morir en su cama. No?
Amadeo: Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.
El Verdugo es un demoledor retrato del mundo madrileño, de la hipocresía social imperante y de ciertas mentalidades del país durante la segunda posguerra tratado con el sentido del humor característico de Berlanga, el cual imprimiendo acidez y humor le permiten alejarse un poco de la dramática aplicación de la pena capital, contando con un plantel actoral de lujo como Pepe Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luís Lopez Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, Maruja Isbert, Xan Das Bolas o José Sazatornil.
Dentro del contexto económico, la economía española había superado una serie de problemas estructurales que lastraban toda posibilidad de desarrollo, e iniciaba una etapa de crecimiento cuya planificación se hacía necesaria. Los nuevos aires liberalizadores pronto se dejarían notar: las editoriales comenzaron a publicar en castellano obras hasta entonces prohibidas; a finales de 1962 la prensa nacional informaba de huelgas y disturbios obreros ante el asombro de la opinión pública, y al año siguiente las autoridades de Información y Turismo permitían la aparición de "Cuadernos para el Diálogo".
Por todo ello, los años sesenta han sido considerados genéricamente como la época áurea del Régimen franquista y, en efecto, resulta evidente que durante ese período de tiempo España conoció el más impresionante ritmo de desarrollo económico de su historia. La indudable modernización económica y social de la España de los 60 contrasta con la dura realidad de unas estructuras políticas dictatoriales incapaces de adaptarse el dinamismo de una sociedad en continua mutación.
Ciertas concesiones de "apertura" auspiciadas desde el Régimen lo único que hicieron fue ahondar aún más las contradicciones existentes entre la "España real" y la "España oficial". Así en 1963 se crea el TOP (Tribunal de Orden Público) cuya misión era reprimir las rebeliones y delitos políticos con la aplicación de cualquier medida disuasoria, entre las que se incluía la pena de muerte.
Cuando se presentó la cinta al Festival de Venecia de ese año, donde ganó el Premio de la Crítica Internacional, tuvo la coincidencia de exhibirse precisamente en los días que habían ajusticiado en España al militante comunista Julián Grimau, acusado de varios crímenes durante la guerra civil y, a dos ciudadanos más anarquistas, miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, lo cual desencadenó una insólita campaña en contra del hoy reconocido film de Berlanga, el sufrió multitud de cortes por parte de la censura.
Frase para recordar:
-¡No lo haré más, entiende? no lo haré más!
- ¡Eso mismo dije yo la primera vez!
Director: Luis
García Berlanga.
Intérpretes: José
Isbert, Nino
Manfredi, Emma
Penella, José
Luis López Vázquez, Ángel
Álvarez, María
Luisa Ponte, María
Isbert.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Marilyn Rodríguez
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