EL BOSQUE ANIMADO (1987). Retrato rural de la Galicia de los años 30.

Un fantástico "cuento de hadas" en clave comedia costumbrista que forma junto con "Amanece que no es poco (1989)" o "Así en el cielo como en la tierra (1995)" esa especie de trilogía surrealista del humor absurdo del gran Jose Luis Cuerda, basado en la novela homónima de uno de nuestros grandes autores fantásticos como Wenceslao Fernández Flórez.

Un maravilloso retrato melancólico y triste de la Galicia profunda rural de la década de los 30 con una excelente recreación que refleja con gran realismo la miseria de esa época y que mezcla con acierto ese toque dramático con altas dosis de humor negro y con perfectos toques de comedia surrealista para brindarnos una de las películas más imprescindibles de los últimos 40 años de nuestra filmografía.

Una soberbia dirección de actores, memorables actuaciones ,magnifica fotografía, bonita BSO, pero por encima de todo un guion sublime del que probablemente haya sido el mejor guionista que ha dado nuestro cine, Don Rafael Azcona, que nos dejó varios guiones para la posteridad ("El pisito (1959)", "Plácido (1961)", "El verdugo (1963)", "La escopeta nacional (1978)"…) y este es uno de ellos, un guión muy sólido donde suceden un montón de cosas que se entrelazan perfectamente en su desarrollo argumental y que además cuenta con unos diálogos inolvidables como las conversaciones de Fendetestas con el Fiz de Cotovelo en el bosque, el diálogo con Manuel Alexandre (el risa floja ) cuando le intenta atracar, o las hermanas que vienen de Madrid a las que les dejan un perro y dicen: Y eso cómo funciona? Jaja, maravillosos.

Escenas como la fiesta con la banda y el pocero desengrasando la perna, la escena de la aparición del loco de vos hablando por el teléfono imaginario, las hermanas de Madrid que creen oír sonidos de fantasmas en el desván, la escena del estanco con el guardia civil, la maravillosa escena del nacimiento del becerro, las conversaciones con el ánima del bosque , la nostálgica historia de amor entre Tito y Hermelinda con esa preciosa escena de la despedida de ella en el tren, la trágica escena de la niña en el tren para que no le pegue su tía, las escenas con la meiga en su lecho de muerte…, y así hasta un sinfín de secuencias realmente espléndidas hasta llegar a su extraordinario plano final con Landa y el niño desapareciendo entre la niebla que resumen a la perfección el espíritu de la película con la magia de una puesta en escena sencillamente maravillosa.

Un film que al igual que "La noche del cazador (1955)", dota al relato de un onirismo que se refleja perfectamente en cada una de sus escenas. Una obra muy lírica con una atmósfera muy particular , con esas brumas y esas nieblas que impregnan al bosque y que le dan ese toque tan fantástico de fábula a cargo de uno de nuestros grandes directores de fotografía ,el vasco Javier Aguirresarobe.

Mención especial también merece la utilización del sonido (directo por cierto) que capta a la perfección el ambiente del bosque con sus pájaros , sus hojas, el viento, que unido al gran trabajo de Aguirresarobe hacen que el bosque cobre vida. Un bosque que realza a la perfección ese sensación de un mini mundo cerrado donde viven y deambulan nuestros protagonistas, donde la única vía de contacto con el exterior que vemos es el tren que siempre observamos cómo se va pero nunca a donde llega.

No he tenido la suerte de leer la novela pero sé que siempre se dijo que era un libro muy difícil de adaptar a la gran pantalla excepto si se hubiera hecho una película de animación, ya que tanto los árboles como los animales en la novela hablan, pero el gran guión de Azcona junto con una acertadísima dirección de Cuerda la convierten en una adaptación cinematográfica digna de admiración.

Una película coral donde destaca por encima de todo su impresionante reparto, y como no, empezando por una prodigiosa interpretación de uno de los mejores actores que ha existido jamás, el grandioso Alfredo Landa en el papel del inofensivo ladrón Fendetestas que apenas asusta a nadie, con su obsesión por el tabaco , que aquí puedo afirmar claramente que estamos ante tal vez su mejor, sino de las mejores interpretaciones de su larga carrera,con una recreación del personaje absolutamente sublime, esos gestos, esas caras, y sobre todo (de lo más importante en un actor) esas miradas que nos brinda durante la película otorgándole al personaje esa mezcla de humanidad y melancolía son realmente un prodigio de interpretación. Tal vez estemos tan acostumbrados a ver a Landa bordando siempre sus papeles, que no nos damos cuenta de lo grande que es en todos sus films y en este (junto con "Los santos inocentes (1984)" y tal vez "El crack (1981)") constituye sin duda su mejor actuación. Ya lo dijo nuestro gran Miguel Mihura: "Es el mejor actor que he visto en mi vida!!."

A Landa le acompañam grandiosos secundarios de la talla de Tito Valverde en el papel de Geraldo, el genial Miguel Rellán como Fiz de Cotovelo deambulando por el bosque como alma en pena, Fernando Rey como señorito del pazo, el entrañable Manuel Alexandre, el grandioso Luis Ciges en el papel de loco de vos, las hermanas del pueblo, las lecheras, la tía mala, el cura, el guardia civil, la meiga, la chica, y una maravillosa galería de entrañables personajes que hacen de ella una de sus mayores virtudes.

Pocas películas tienen un tono de cuento, de fábula, como esta y pocas veces se ha transmitido con tanta veracidad, alegría y melancolía temas como el hambre, la muerte o la miseria. Un film de gran riqueza y ya no solo por su impresionante elenco de actores sino por como transmite ese concepto fantástico y como consigue retratarnos ese bosque otorgándole una vida propia de forma magistral , un bosque ,que como bien dice el título, está animado. Un bosque que no deja de ser una especie de Inisfree o de Brigadoon que no existe pero que debería existir.

Un film que admiraría nuestro Luis Buñuel, ya no sólo por su aire surrealista sino por su obsesión fetichista por las piernas o por los animales muertos. Acidez, ternura, melancolía, nostalgia, dureza, podredumbre, miserias, meigas (que haberlas haylas), supersticiones, amoríos, tragedia, humor y fantasía se mezclan con acierto en una de las grandes películas de nuestro cine contemporáneo que a pesar de que tal vez se le podría haber sacado algo más de partido a su vertiente fantástica, y de no ser una obra maestra, es sin duda una de las grandes películas de nuestra filmografía, un film atemporal que ha soportado el paso del tiempo bastante bien y que no debería caer jamás en el olvido.