Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la era del jazz . Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de los años treinta, encaja a la perfección en todas partes porque asume las características tanto físicas como psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.
"Zelig ha vendido a Hollywood por una buena cantidad de dinero, la historia de su vida. Cuando estalla el escándalo, el estudio cinematográfico pide la devolución del dinero. Zelig solo puede devolver la mitad, ya que se ha gastado el resto. Furioso, el estudio le devuelve solo la mitad de su vida. Se quedan con lo mejor y solo le devuelven las horas de sueño y de comida."
Zelig es la historia de un hombre dotado de una cualidad tal que le permite asimilar los rasgos físicos y culturales de todo aquél que le rodea. Pero es obvio que Zelig es mucho más que esto. Por un lado es una comedia hilarante; por otro, una crítica ácida y sin compasión de numerosos aspectos de la sociedad. También es una historia de amor, pero no deja de lado la denuncia política y de paso arremete contra la religión. Es un divertimento, el reflejo de una época desenfadada y en apariencia feliz. Pero también alerta sobre los peligros de la comodidad y el conformismo.plantea numerosos interrogantes sin responder abiertamente a ninguno. Se limita a exponer y diseñar situaciones extremas hasta la exageración, pero lo hace con gran maestría y en el puzzle no falta ninguna pieza. Es un falso documental impregnado por todas y cada una de las obsesiones del neoyorquino, Zelig es la invención del "hombre camaleón" que no es nadie, quizá porque es todo el mundo.
La extraordinaria fotografía de Gordon Willis y una cuidada técnica cinematográfica lograron crear un universo en blanco y negro en el que Zelig-Woody se codeaba con algunas de las figuras más representativas de la sociedad. Todo ello en un tiempo en el que cualquiera (incluido Al Capone) era susceptible de convertirse en héroe. Marion Davies, Josephine Baker, Pío XI, Herbert Hoover e incluso Aldolf Hitler, entre otros, forman parte del reducido grupo de escogidos que estuvieron a unos centímetros del fenómeno del siglo XX, el camaleón. Pero Woody no se limita a utilizar la técnica para jugar con la Historia (así, en mayúsculas). También el sentido y lúcido homenaje a una época que le fascina le permite parodiar un tema que le obsesiona continuamente en su filmografía, la psiquiatría y los psiquiatras.
"Trabajo de psiquiatra. Actualmente estoy tratando a dos parejas de hermanos siameses que sufren de doble personalidad. Me pagan 8 personas."
Woody Allen dedicó casi dos años a repasar los millones de metros de documentales que su equipo de investigación le iba proporcionando. A medida que se topaba con nuevos descubrimientos el guión sufría modificaciones. Para dar impresión de veracidad Gordon Willis utilizó objetivos de los años veinte, cámaras viejas y antiguos equipos de sonido. Además rodaron con el tipo exacto de iluminación que hubieran utilizado en esa época. También fabricaron tramas de destellos para que la película tuviera luz parpadeante. Willis llegó incluso a arañar y pisotear el negativo para remarcar la sensación de documento del pasado. Para las tomas trucada en las que el protagonista era incluido en películas antiguas se recurrió a la pantalla azul.
Inteligente en el fondo y en la forma, el director decidió incluir testimonios de famosos intelectuales contemporáneos para certificar la autenticidad del falso documental. Junto a personajes ficticios como periodistas, un camarero o la propia Eudora Fletcher, su hermana y su primo (a quienes está dedicado el filme para parecer aún más convincente), Susan Sontag, Saul Bellow y Bruno Bettelheim reflexionan sobre la vida de Zelig y sus circunstancias como si hubieran dedicado años de estudio a comprender su historia. Solo Greta Garbo, como máximo exponente de una época esplendorosa, rehusó colaborar. Tampoco tuvo suerte Woody con Lillian Gish que, aunque accedió a la entrevista, no fue incluida en el montaje final ya que al exigente Woody no le satisfizo el resultado.
Zelig significa en yiddish "bendito". No quisiéramos convertirnos en camaleones, probablemente todos queremos pensar por nuestra cuenta para no convertirnos en una masa amorfa. Pero quizá sí tenemos algo en común. Todos queremos ser queridos, eso nos hace sentirnos seguros. Por si acaso, deberíamos terminar de leer Moby Dick, no vaya a ser que desaparezcamos sin haber llegado al final o nos veamos obligados a comenzar a mentir.
"En su lecho de muerte les dijo a los doctores que tuvo una buena vida y lo que le molestaba de morir era que acababa de empezar a leer Moby Dick y quería ver qué pasaba."
Director: Woody Allen.
Intérpretes: Woody
Allen, Mia
Farrow, Gale
Hansen, Stephanie
Farrow, Garrett
Brown, Mary
Louise Wilson, Sol
Lomita, John
Rothman.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Ramón Abelló Miñano
2 opiniones :
No la vi, ni la conocía. Por lo que acabo de ver, me pareció excelente.
Tengo que verla.
Es una MARAVILLA
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