Ron Kovic fue uno de los jóvenes blancos que patrióticamente se enlistaron para pelear contra los amarillos de ideología roja en Vietnam. Ron tenía una imagen sobrevalorada de lo que era ser americano, sheriff del mundo, superman.
La historia comienza un 4 de Julio, fecha de independencia de los EEUU y coincidencialmente cumpleaños de Ronnie. En su 12 aniversario oyen en la televisión con toda atención y orgullo a JFK, la madre del muchacho le dice que ha tenido un sueño y en él lo ha visto dirigiéndose a mucha gente atenta a lo que él tiene que decir, que obviamente es muy importante.
Años después terminando la secundaria un grupo de marines visita la institución y los invita a enlistarse para acabar con el comunismo en un país al otro lado de mundo, no podemos permitir que llegue a América, no señor. Y como los marines seremos los primeros en ir a partirles la madre, qué honor que vengan con nosotros. Y Ron, como muchos otros ingenuos va y henchido de barras y estrellas les comunica a sus padres que él será un marine también.
Asistimos al entrenamiento y los primeros días en la selva del vietcong. Buscamos a charlie pero solo hallamos campesinos y niños, les vemos quemar sus viviendas y animales y a vietnamita que se cruza. En una batalla las cosas se ponen feas y hay confusión, Ron dispara y en el relajo no se da cuenta que ha asesinado a un compañero, le arde el alma saber que lo hizo y buscando consuelo acude donde un superior quien le dice que esas cosas pasan restándole total importancia al asunto. En el siguiente enfrentamiento Ron resulta herido y cae para cuando despierta descubrir que ha quedado cuadrapléjico consecuencia de una bala alojada en su columna vertebral.
Le devuelven a casa convertido en héroe. Tú Kovic, marcaste la diferencia. Pasa mucho tiempo en rehabilitación en hospitales para veteranos pero el pronóstico es lamentable: No volverás a caminar. Lo peor es que la gente que quedó en América no lo alaba como el héroe que cree ser, al contrario lo cuestionan, qué fuiste a hacer allá, a cuántos inocentes mataste, no volviste con gloria sino con vergüenza, indignado y borracho pelea con su madre y se larga a México, allá sí reconocerán a los héroes, pero no, se encuentra con otro tullido, pero a diferencia de él totalmente descreído, van de putas y se da cuenta que no solo no puede caminar sino que le han arrebatado también su hombría, fisiológicamente hablando.
De nuevo, de vuelta a América, decide visitar a la familia del muchacho que accidentalmente dio muerte. Es perdonado. Algo ha cambiado en él. Los discursos de viva la patria ya no le convencen, se da cuenta que al igual que millones de americanos ha sido engañado. Entonces comienza su cruzada pacifista.
Segunda película de la trilogía vietnamita de Oliver Stone, Nacido el 4 de Julio, es posiblemente una de las cumbres del antibelicismo. La manera en la que el proceso de madurez del personaje evoluciona de la bravuconería patriotera al convencimiento antimilitarista es encomiable y Tom Cruise se convierte en un excelente actor que se entrega en un papel difícil y exigente. Escrita por Oliver Stone y Ron Kovic a partir de su autiobiografía, la historia es de primera mano, pues ambos, veteranos de Vietnam relatan no solo sus experiencias sino que transmiten el miedo e impotencia durante el cruce de fuegos. Stone había realizado 3 años atrás Platoon (1986) convirtiéndose desde ese entonces en un realizador comprometido y también mal visto por el conservadorismo de Norteamérica. En esta ocasión ponía el dedo en la llaga mostrando no ya los horrores de la guerra sino el punto de vista de quienes regresaron participando en ella que fueron pletóricos de esperanza y fueron devueltos como guiñapos humanos (Jane Fonda, afirmaría que "El regreso (1978)" de Hal Ashby, 1978, estaba inspirada en la historia de Kovic, pues tanto el personaje de Jon Voigh como el anterior están paralíticos y son activistas). La escena donde Kovic descubre que a nadie le interesa su discapacidad ni que les vale su participación en el conflicto bélico tiene una fuerza incómoda. Al igual que aquella donde es parte de una manifestación universitaria que es reprimida salvajemente por las fuerzas del orden. Ya no les sirves.
Horrible que regreses inválido dejando no solo tus piernas y masculinidad sino la vida misma en una guerra que no era tuya. Si hubieras visto Platoon te hubieras dado cuenta que Tom Berenger no es un tipo de fiar.
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