Ben Sanderson (Nicolas Cage) cae en una espiral autodestructiva después de que su esposa lo abandonó. Tras perder también su trabajo, decide ir a Las Vegas donde beberá hasta morir. En la ciudad del pecado conoce a la prostituta Sera (Elisabeth Shue) y entablan una relación marcada por el amor y el alcohol; en donde ella depende de él y él depende de la botella.
"¿Alguna vez has sentido que el mundo avanza y te deja atrás?"
Desgarradora, aterradora y delirante historia dirigida por el realizador británico Mike Figgis y basada en la única novela de John O'Brien, del mismo título y de carácter autobiográfico que no pudo ver su obra en la pantalla, pues desgraciadamente se suicidó unos días antes del estreno de la película. La película cuenta la historia de Ben (Nicolas Cage) que tras perderlo todo, familia, trabajo, amigos... decide irse a Las Vegas a morir bebiendo, ya que allí los bares están permanentemente abiertos. Cuando llega conoce, de manera casual (casi la atropella en el primer semáforo de Las Vegas) a Sera (Elisabeth Shue) que es una prostituta atractiva, resuelta y risueña. Son tal para cual. Él huye de su pasado y no desea ningún futuro. Ella necesita escapar del submundo en el que vive, maltratada por su chulo y expuesta a los abusos y vejaciones de algunos clientes. Así que ambos necesitan sentirse aceptados y amados y los dos aceptan la condición y la vida del otro haciéndose promesas que no se pueden cumplir y entrando en ese terreno resbaladizo y engañoso en el que se pretende cambiar al otro, trágica historia de dos almas perdidas que encuentran juntos una luz al final del túnel de sus patéticas vidas. La película, que está relatada en modo flashback, toca a corazón abierto la historia del corto espacio de tiempo en la convivencia de ambos personajes, haciéndote vivir las lamentables penurias que sufren uno y otro, que han perdido completamente su propia autoestima, que no tienen nada de amor propio, y que depositan sus propios sentimientos en la vida del otro.
"No sé si empecé a beber porque mi familia me dejó o si mi familia me dejó porque empecé a beber."
De la mano de Figgis estos dos personajes fundirán sus almas torturadas ante el espectador y avanzando en la historia logrará imponer sin tapujos, el contraste luminoso de una ciudad imponente como Las Vegas sobre las vidas oscuras de Sera, una mujer que vende su cuerpo como mercancía y Ben, un alcohólico dispuesto a morir . El acierto del director es en el tratamiento de la historia, Figgis nos muestra dos seres que se mantienen al margen del sueño americano y que se unen para aceptarse tal como son aunque quizás, y por la propia llegada del amor no lo logren completamente. La vida, en su infinita sabiduría, les presenta a los dos una segunda oportunidad y ellos, en su obstinación y ceguera, la echan a la basura. Es en extremo lamentable y dramático observar como se despilfarra una existencia.
"Solo te pido una cosa, que no me pidas que deje de beber."
Creo sinceramente que es una de las mejores historias de amor que se ha podido ver en el cine y particularmente a mi una de las que mas me ha conmovido, es dura y real hasta la extenuación. Está bien realizada (aunque es una producción modesta) y nunca cae en la cursilería a la que estamos tan habituados. Contrario a lo que ha sucedido hasta el cansancio, no se crea un guión para glorificar un amor imposible o lleno de dificultades; es todo lo contrario, la mesa está puesta y ellos prefieren seguir con sus vicios porque están profundamente arraigados. A pesar de todo lo que hay en contra, la tan inusual pareja se acepta tal y como es y bastan algunos diálogos para saber que están hechos "el uno para el otro". Sera quiere tanto a Ben que soporta su repugnante comportamiento y aunque lo cuestiona, sabe que no puede hacer nada. Él por su parte consiente su profesión y aunque le duele profundamente nunca trata de censurarla. Es efectivamente una historia romántica; totalmente sui generis si se quiere pero muy sentimental. No es un film con moraleja, ni en el que se busque una justificación o una condena para los dos protagonistas, sino un relato objetivo de la atracción de un hombre y una mujer, una mirada de la cámara sin melodramas ni moralinas. Sugerente, envolvente, enternecedora, conmovedora y por momentos agridulce. Toda ella es un gran complejo de emociones inteligentemente narradas. La fotografía es memorable, la música a cargo de entre otros de Sting y Don Henley (Eagles) es acertadísima y la dirección está impecablemente ejecutada, pero por sobre todas las cosas las actuaciones resplandecen y opacan su entorno. Sin duda, y con diferencia son los mejores papeles en la carrera de Nicolas Cage (ganador del Oscar por este film) y de Elizabeth Shue.
"He venido a Las Vegas para matarme bebiendo."
"He venido a Las Vegas para matarme bebiendo."
Director: Mike Figgis.
Intérpretes: Nicolas Cage, Elizabeth Shue, Julian Sands,
Valeria Golino.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Ramón Abello Miñano
1 opiniones :
PELICULÓN.
La vida, conocer la vida y no seguir en esa vida.
Triste, cierto.
Excelente reflejo de la frustración, y la consecuencia.
No tengo ni idea de cine (ni de nada) pero me atrevo a decir lo que me parece bien... lo que me parece mal ya me da más miedo.
Saludos
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