El esquema providencialista que los Estados Unidos se habían trazado y atribuido con Truman en la presidencia, en ese momento, desde la guerra mundial, se había formulado en un abierto anticomunismo, por el que la nación estaba decidida a defender a cualquier precio el estatus internacional recibido en la posguerra. La política empleada para la contención del comunismo se conoció como "Doctrina Truman", la cual dividía el mundo entre la libertad, representada por el capitalismo y la tiranía, representada por el comunismo, dedicando todos sus esfuerzos a combatir al eterno enemigo de los Estados Unidos, la Unión Soviética.
El telón de acero, nombre acuñado por Churchill, es un film con fines propagandísticos y de corte anticomunista, producido cuando se iniciaba la infame caza de brujas hollywoodense, que refleja el ambiente de la Guerra Fría y la psicosis contra el espionaje soviético que se padecía entonces en los Estados Unidos.
La acción se desarrolla en Canadá. Con guión de Milton Krims, basado en las memorias de Igor Gouzenko Basada en hechos reales, cuenta la historia del espía ruso Igor Gouzenko, a modo de biopic, con una mezcla de estilo documental y género thriller. Hasta ahí, nada nuevo, ya que no hay nación en el mundo que no tenga o haya tenido espías, pero la cinta además de estar correctamente interpretada por Dana Andrews en el papel de Gouzenko y Gene Tierney, como su esposa, ambos actores vuelven de nuevo a formar pareja como en tantas ocasiones, con los limitados recursos actorales que poseía Dana, aunque aquí, eso no es relevante, el argumento es lo que realmente importa; realizada tres años después de acabada la Segunda Guerra Mundial, con el ritmo que caracteriza al sólido cine de Wellman, aunque éste se muestra comedido a la hora de transmitir su apocalíptico mensaje.
Estamos ante un cine de compromiso, el director sabe perfectamente llegar al espectador, virtud que poseen los grandes del cine americano, en este caso. Wellman sabe cómo contar una buena historia y nos la cuenta de manera austera y sobria, sin estridencias ni efectismos, de una forma natural, enfrentando el régimen comunista al capitalismo.
Wellman, prolífico cineasta y que combinó las películas comerciales con filmes más ambiciosos, dando como resultado una obra cinematográfica homogénea y muy interesante, que va desde el género policíaco a la comedia, pasando por la biografía y el melodrama, con títulos tan míticos como "El enemigo público (1931)", "Beau Geste (1939)", "The Ox-Bow Incident (1943)", "Cielo amarillo (1948)" o "Fuego en la nieve (1949)", había participado como piloto durante la Primera Guerra Mundial, en la escuadrilla Lafayette, dedicado a las acrobacias aéreas y actor junto a Douglas Fairbanks antes de obtener el primer Óscar de la historia del cine con "Alas (1927)" retirándose del séptimo arte desde 1958. Un director a reivindicar, que remitiéndonos a sus obras, merece un lugar entre los grandes.
Frase para recordar:
"No debe haber ningún mal entendido en cuanto a las relaciones con nuestros antiguos aliados capitalistas. Pero nuestros intereses nunca coincidirán. Nuestros caminos y metas son diferentes, por eso aquí no hay lugar al sentimentalismo burgués, solo para el realismo inflexible. La lucha de clases continuará hasta que esta democracia decadente sea completamente destruida, como el nacionalsocialismo."
Título original: The Iron Curtain.
Director: William
A. Wellman
Intérpretes: Dana
Andrews, Gene
Tierney, June
Havoc, Berry
Kroeger, Edna
Best, Stefan
Schnabel, Nicholas
Joy, Eduard
Franz,
Trailer:
Reseña escrita por Marilyn Rodríguez
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