El jardinero, el peluquero, el
escultor..El alma de un ser inacabado que vive, siente, ama, pero que no es
humano. Eduardo (Johnny Deep) ha sido creado, perpetrado por un inventor cual
Frankenstein, ideado quizá, por la soledad y la necesidad de compañía de un
viejo erudito retirado (Vincent Price), aislado en un castillo en la cumbre de
un alto, desde el que se erige con vistas de todo un pueblo que recibirá la
creación del venerable anciano cuando éste ya lleva fallecido largo tiempo...Será una distribuidora de cosméticos Avon (Dianne Wiest) quien descubra a
Eduardo y su impactante particularidad. Las manos del pálido, tímido y
desamparado ser aparentan ser amenazantes, terroríficas..pero nada más lejos de
la realidad, el aspecto temeroso es sólo una fachada del oscuro individuo, que
pronto revelará su delicadeza tímida, su amable ignorancia hacia la sociedad
que le rodea y su puro instinto delicado, enternecedor, al ser recogido como
huésped en la familia de la vendedora a domocilio. No pasará mucho tiempo sin
que Eduardo vea como propia a la prole que le ha alojado tan
desinteresadamente, enamorándose sin remedio de Winona Ryder, a la vez que el
sensible de afilada digitalidad alienadada, va dándose a conocer a toda una
población que al principio le acoge, pero que pronto dada la popularidad que va
tomando "el chico de las tijeras en lugar de manos", todo se tornará en
envidia, cotilleo, superficialidad, odio y por último persecución injusta,
hacia un individuo distinto por su condición, pero más hermoso que cualquier
humano en cuanto a afectividad de ternura insólita e incomparable.
Tim Burton
después de trabajar para la Warner con la supertaquillera "Batman (1989)", se unió a
la productora 20th Century Fox (con una introducción hermosa y nevada al
principio del film), para filmar una visión de cuento de hadas inaudita de la
obra de Mary Shelley, que comenzaba con la narración de una anciana contando un
relato a su nieta. Burton ampliaba con "Eduardo Manostijeras" un mundo que
empezaba a afianzarse a través de apartados e incomprendidos personajes,
rodeados todos ellos de un aura de oscuridad sombría, que poco a poco serían
tan reconocibles en la memoria del espectador afín al "Univesro Burtoniano".
Vincent Price de manera póstuma, sería el homenajeado por el director que ya le
había dedicado su obra en forma de corto con "Vincent (1982)", en el papel de "padre" de un Johnny Deep, sosias aquí con su Eduardo de la criatura del Gabinete deldoctor Caligari, 70 años después de ser llevada a celuloide por Robert Wiene.
En una epecie de relevo generacional entre Vincent Price (como hilo conductor)
y Roger Corman, Johnny Deep y Tim Burton comenzaron su fructuosa la vez que
reiterativa colaboración en este filme del año 90, que es todo un alegato en
contra de los prejuicios, para ir más allá de lo que oímos de los demás, y
podemos vislumbrar con una equivocada primera opinión de un desconocido. Una
dirección artística de ensueño, una música portentosa, mágica de una
introspección de los sentimientos delicada y candorosa de la mano de la batuta
del genio Danny Elfman (otro habitual de Burton), y unos personajes llevados al
extremo de la inocencia por parte de unos, y el desarraigo por parte de otros,
convierten "Eduardo Manostijeras", en una sinergia maravillosa, en la que
confluyen, la productora Hammer, el expresionismo alemán, el moderno Prometeo y
una sensibilidad de cuento de hadas. Recordar 25 años después el baile de
Winona Ryder que desprende fascinación de hechizo mágico, mientras la nieve cae
delicadamente por el desmenuzado de los bloques de hielo trabajados a modo de
bellísimas esculturas por las tijeras de Eduardo, es a día de hoy a mi juicio,
una de las imágenes más recordadas en el cine de los años 90.
Título original: Edward Scissorhands.
Director: Tim Burton.
Intérpretes: Johnny
Depp, Winona
Ryder, Dianne
Wiest, Anthony
Michael Hall, Alan
Arkin, Kathy
Baker, Vincent
Price.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Cristóbal Jiménez
1 opiniones :
Hace no más de un año y medio que la volví a ver. Tras leer la crítica y toda la descripción del baile, me vienen ganas de verla otra vez. Es muy grande, ojalá volviera Burton a hacer una película tan especial.
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