William Munny (Clint Eastwood) es
un viejo pistolero ahora retirado. Es viudo y vive con sus dos hijos, a los que
apenas puede sacar adelante en las míseras condiciones en las que viven. Se
verá abocado, por ello a realizar un último trabajo; en compañía de un viejo
amigo (Morgan Freeman) y de un joven, tendrá que matar a dos hombres que
desfiguraron a una prostituta. El western, un género a cuya
iconografía ya había contribuido Eastwood notablemente en la trilogía del dólar
de Sergio Leone. Su aportación a este género, amén del nivel artístico de otras
de sus películas, aportan siempre una interesantísima perspectiva personal, un
discurso propio a un género que ya estaba sobradamente consolidado y
codificado, un género que había llegado ya a la plenitud de su madurez, y que
parecía del todo imposible que se volviera a realizar alguna cosa que pudiera
hacer retornar la grandeza del western crepuscular. Sin perdón es una maravillosa
reflexión que repasa la mitología característica del género western, a saber:
la violencia, cómo se genera una leyenda o el cumplimiento de la ley. Con guión
de David Webb Peoples, que anduvo durante veinte años relegado por la
industria, antes de que Eastwood se adueñara de él y, con la bella y oscura
fotografía de Jack N. Green como el teñir de rojo el oscuro cielo de la ciudad
de Big Whiskey. La escena de Will Munny sobre su caballo, amenazador, con la lluvia cayendo
bajo la oscura y lóbrega noche que cubre el cielo de Wyoming con la aterradora
música de Lennie Niehaus definiendo y envolviendo la escena es algo magnífico:
— ¿Quién es el dueño de esta pocilga? Tú, bola de grasa?, contesta!.
—Eh, yo soy el dueño de este local. Se lo compré a Grily por 1000 dólares.
—Será mejor que se aparte.
—Sí, señor.
—Baje ese rifle. ¡Quieto!... ¡BANG!
—Es usted un miserable y cobarde hijo de perra. Ha matado a un hombre desarmado.
—Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su salón con mi amigo.
—Es usted William Munny de Missouri, el asesino de niños y mujeres?.
—Así es. He matado a mujeres y niños. He disparado sobre cualquier cosa que tuviera vida y se moviera. Y hoy he venido a matarle a usted por lo que ha hecho a Ned.
- Nos veremos en el infierno, William Munny.
- Sí.
—Eh, yo soy el dueño de este local. Se lo compré a Grily por 1000 dólares.
—Será mejor que se aparte.
—Sí, señor.
—Baje ese rifle. ¡Quieto!... ¡BANG!
—Es usted un miserable y cobarde hijo de perra. Ha matado a un hombre desarmado.
—Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su salón con mi amigo.
—Es usted William Munny de Missouri, el asesino de niños y mujeres?.
—Así es. He matado a mujeres y niños. He disparado sobre cualquier cosa que tuviera vida y se moviera. Y hoy he venido a matarle a usted por lo que ha hecho a Ned.
- Nos veremos en el infierno, William Munny.
- Sí.
Destaca poderosamente la
presencia de Eastwood (auténtico arquetipo del género), dotado de un halo
fantasmal, confluye en que Sin Perdón sea una obra maestra del género. El tema
a guitarra que puede oírse a lo largo del film, "Claudia´s Theme", fue
compuesto por el propio Eastwood que, con todos esos ingredientes, elabora una
obra de gran belleza y realismo moral. Un magnifico Gene Hackman, como Little Bill Daggett, el sheriff de la ciudad,
elabora un poderoso personaje de villano. Un temible sheriff, sádico e
implacable y con un sentido de la justicia algo peculiar. No es un villano al
uso. Es implacable en el restablecimiento del orden colectivo, según su código
de conducta, pero posee limitaciones manuales, como la incapaz de poder
construir su propio hogar. Eastwood a través de su
trayectoria se ha ganado su parcela entre los grandes directores. No se puede
hablar de western sin mencionar a Eastwood, forma parte del imaginario
colectivo. Repasando su filmografía se encuentran grandes obras. Su cine lleva
implícito su marca personal, aunque como no puede ser de otra manera, se nutra
de las fuentes que ha vivido, no en vano decida la película a "Sergio y Don".
Destacaría de sus personajes que no se muestran como héroes, ni tan siquiera
como referentes de nada, al contrario, son tipos despreciables, pero que llevan
inherente un alto sentido de la lealtad y de la justicia. Sus personajes
necesitan una expiación final, una especie de redención para establecer el
orden natural de las cosas. Y así lo entiende William Manny.
Título original: Unforgiven.
Director: Clint Eastwood.
Intérpretes: Clint Eastwood, Gene Hackman, Morgan
Freeman, Richard Harris, Jaimz Woolvett, Saul Rubinek, Frances Fisher.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Marilyn Rodríguez
Quizás también pueda interesarle:
0 opiniones :
Publicar un comentario