Chris Wilton (Jonathan
Rhys-Meyers) es un joven irlandés, ambicioso y de origen humilde al
que la vida le ha negado el éxito como tenista profesional. Obligado a dar
clases de tenis a familias adineradas en un famoso club privado, sigue sin
perder ese espíritu competitivo, esas aspiraciones por progresar socialmente y,
especialmente, por abandonar una vida de precariedades económicas. Es allí, en el club de tenis
donde el azar hace su primera aparición para modificar su gris destino: Se hace
amigo del millonario Tom Hewett (Matthew Goode), otro joven como él con quien
establece pronto varias afinidades. Tom Hewett introduce a Chris en la vida de
las familias más ricas de Londres. Chris aprovecha su suerte para
enamorar a la hermana de Tom, Chloe Hewett (Emily Mortimer), entrando a formar
parte de la élite londinense. Ahora todo es perfecto, ha conseguido su sueño,
es rico, no tiene que trabajar y puede disfrutar de todos los caprichos que le
fueron negados debido a su humilde condición. Pero la vida no puede ser tan
perfecta y el destino se encarga de colocar en su camino a la bella Nola Rice
(Scarlett Johansson) una actriz estadounidense, que no cumple los requisitos
suficientes como para ser aceptada formalmente como la pareja de Tom, y por la
que Chris se siente irremediablemente atraído desde un primer momento. Chris se debatirá entre
satisfacer sus deseos sexuales o mantener las apariencias y seguir con su vida
cómoda y lujosa, ésa que tanto ha soñado por conseguir. Woody Allen, con esta cinta nos
deja una gran reflexión sobre la importancia del azar y la buena suerte en
nuestras vidas.
Ya es conocido por todos el existencialismo pesimista del este
autor, los grandes dilemas humanos sobre los que le gusta indagar, planteando
nuestra incapacidad para resolverlos. Tan sólo el humor y la capacidad
de disfrutar los breves momentos de felicidad, nos rescatan de nuestra limitada
existencia. Match Point es un relato
dramático, ambientado en Londres, que toma como escenario la vida de la
aristocracia británica y que plagia de las antiguas tragedias griegas la
conocida confrontación de las pasiones humanas frente al poder del destino. Además, el director se permite el
lujo de homenajear clarísimamente, y de forma prodigiosa a su admirado Bergman
y a Hitchcock. Aunque el homenaje más redondo es el dedicado a Jack Clayton y
su impresionante "Un Lugar en la Cumbre (1959)", todo un clásico representativo del "Free
Cinema Británico". Allen consigue también una
excelente ambientación y una sorprendente puesta en escena que utiliza sutiles
y elegantes movimientos de cámara, no mostrando más de lo necesario, y dotando
al film de un ritmo impecable donde el interés nunca decae, gracias a un guión
absolutamente preciso, sin fisuras, en el que no falta ni sobra nada con una
parte final desgarradora y brutal, en la que suceden fuertes acontecimientos
sobre los que Allen no moraliza ni emite juicio alguno, dejando esa difícil
labor al abrumado espectador. Todo el rodaje fue en Londres,
como comienzo de su periplo europeo, consiguiendo retratar a la capital
británica como se merece, con bellísimas panorámicas y cuidados detalles
guiados por la mirada de su director de fotografía Remi Adefarasin.
La potencia
visual del entorno es tan fuerte que se respira la atmósfera de la capital
británica en cada fotograma. Remi Adefarasin es un director de
fotografía londinense que consiguió el BAFTA a la mejor fotografía por su
trabajo en el film británico "Elisabeth (1998)". Además fue el responsable de
la fotografía de "Onegin (1999)", una cinta británica de época basado en la
ópera del mismo nombre y colaboró como segundo equipo de fotografía en "El
paciente Inglés (1996)". Como buen melómano, Allen
selecciona cuidadosamente las piezas de la banda sonora que acompañan a la
excelente fotografía de Remi Adefarasin. De esta forma, al ritmo de los
fragmentos de ópera se desarrolla un relato de suspense. Con esta cinta Allen se estrena
rodando en Europa su primera película fuera de su amado Nueva York. Más tarde
seguiría su recorrido por el viejo Continente en España con "Vicky Cristina Barcelona (2008)"; En París,"Midnight Paris (2011)" y en Italia, "A Roma
con amor ( 2012)". Pero ésta es su mejor cinta fuera de su habitual entorno
neoyorkino, donde además parece haber recuperado la garra y el ingenio
componiendo un drama complejo que difícilmente nos deja indiferentes. Respecto al elenco de actores,
todos están extraordinarios, pero merece especial mención la colosal
interpretación de Jonathan Rhys-Meyers, que carga con gran parte del peso de la
trama y nos deleita con una interpretación excelente que le valió su pasaporte
a la fama. Un joven atractivo que sabe transmitir con sus miradas y sus gestos
su tormento interior, sus pasiones, sus ambiciones y sus miserias. Con Scarlett
Johansson, forma una pareja cuya química desborda en la pantalla, juntos
transmiten emociones con la intensidad necesaria para que el espectador pueda
sumergirse en la historia, pueda vivir las pasiones que ellos sienten y hasta
puedan introducirse en los mismos dilemas que ellos están viviendo. Una vez
más, Woody Allen nos deja un entretenido y complejo relato con un poderoso y
sorprendente final con el que consigue además la proeza de cerrar el círculo de
su planteamiento inicial. Una reflexión a la que no podemos dar ninguna
respuesta.
Frases para recordar:
"Aquel que dijo: Más vale tener
suerte que talento conocía la esencia de la vida."
"La gente tiene miedo a reconocer
que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuántas cosas
escapan a nuestro control. En un partido de tenis hay momentos en que la pelota
golpea el borde de la red y durante una fracción de segundo puede que la pelota
siga hacia delante o puede que la pelota caiga hacia atrás. Con un poco de
suerte, la pelota sigue, atraviesa la red y ganas o bien no lo hace y pierdes
el partido."
Director: Woody Allen.
Intérpretes: Jonathan
Rhys Meyers, Scarlett
Johansson, Emily
Mortimer, Matthew
Goode, Brian
Cox, Penelope
Wilton.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
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3 opiniones :
Muy buena crítica y muy buena reflexión. Coincido en que es la mejor de su serial de films fuera de su habitual entorno neoyorquino. Eso sí, añadiría que la suerte está presente en películas anteriores de Woody Allen.
¡Saludos!
Posiblemente, la mejor obra de Allen. Un Saludo
Hola, hace poco pasaron la película en TV y la vi, me gustó bastante pero el final resulta un poco forzado, no quiero hacer spoiler, pero la investigación hubiera ido de otra forma si el investigador hubiera tenido a mano el informe de la autopsia.
Saludos
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