Hace años que esperaba con ansia
poder sentarme en la butaca, que se apagaran las luces y que una película me
transportara fuera del mundo real, que me abstrayese, me cautivase y que se me
quedaran los párpados inamovibles para no perderme cada segundo de catarsis
espectacular y adictiva que ofrece "Mad Max, Fury Road". Como dijo Billy
Wilder: Si el cine hace que un individuo olvide por dos segundos que ha
aparcado mal el coche, que no ha pagado la factura del gas o ha tenido una
discusión con el jefe, el cine ha conseguido su objetivo. George Miller hace
que la frase de Billy Wilder funcione por muchísimo más que dos segundos. El
director de la saga apocalíptica más rentable de la historia del cine de
Australia "Mad Max", que logró por méritos propios que Hollywood llamara a sus
puertas para realizar una tercera parte "Más allá de la cúpula del trueno (1985)" menos valiosa después de conseguir una de las maravilla estrambóticas de los
años 80's con "El guerrero de la carretera, Mad Max 2" dejó sus aclamadas excentricidades
para ocuparse de un cine menos incisivo, mediante ácidas comedias como "Las
Brujas de Eastwick (1987)", "Babe, el cerdito en la ciudad (1998)", profundos dramas como "El aceite de la vida (1992)" y musicales infográficos para todos los públicos como "Happy Feet (2006)". Pero al parecer Miller durante los últimos 15 años, ya gestaba
una nueva aventura de Max...Volver al mundo apocalíptico no le habrá resultado
nada fácil al director australiano, después de las continuas cancelaciones que
sufrió la cuarta parte de saga en la que Mel Gibson era el protagonista
absoluto de 3 de ellas.
Uno de las más sonados impedimentos fue en 2001, la caída de las torres gemelas, incluyendo las contiendas bélicas de algunos países que fueron enclaves para rodar la posible película en parajes desérticos, añadiendo el invertible proceso de envejecimiento de Mel Gibson. Ahora pues se necesitaba para cumplir los requisitos a alguien más joven, con el mismo carisma y similar ímpetu que Gibson, alguien con carácter, pétreo, pero a la vez con un sentimiento de tormento que supiera cargar con los dramas del pasado en su búsqueda de supervivencia en un mundo desolado, cruel y sádico. Max pasa en este año de2015 a
ser Tom Hardy. "Mad, Max, Furia en la carretera" se convierte por obra y gracia
de la excentricidad, locura demoledora e impacto visual, en un espectáculo
retorcidamente atractivo. Los motores vuelven a rugir, cada persecución acelera
el pulso, y cada plano parece sacado de la mente de Dante, relatando uno de los
infiernos como si éste hubiera sido poseído por la imaginería del tuneo más
perturbado de automóviles, mezclado con las prótesis humanas de diablos y
criaturas de un averno postapocalíptico. La cuarta entrega de Mad Max es una
huida sin remisión hacia la esperanza en una carrera, por salvaguardar la
dignidad del ser humano en un mundo perdido que ya no conoce el civismo, la
ley o la compasión, un mundo sumido en el Armagedón y el machismo, en el que el
hombre se come al hombre, y el agua y la gasolina son los únicos elementos
indispensables para sobrevivir en el desierto de la muerte y la destrucción en
el que se ha convertido la tierra.
Aquí Hardy será el salvador del futuro, en un intento por mantener con vida el convoy formado por unas vírgenes, protegidas por el personaje de una intensa Charlize Theron "Furiosa", que quiere escapar de una sociedad horrorosa e injusta impuesta por el desfigurado Immortan Joe. Un villano antológico que nada tiene que envidiar al Humungus enmascarado de "Mad Max 2 (1981)" o al depravado pintado de Vernon Wells, un monstruo que busca perpetuarse manteniendo su linaje con bellas chicas a las que mantiene con cinturón de castidad. "Mad Max, Furia en la carretera" es una envilecida obra de arte que entre sus múltiples virtudes está una maravillosa fotografía de John Seale, cuya pigmentación desatada hace que el desierto salga de la pantalla, con unos horizontes pesadillescos. George Miller a base de cantidades ingentes de ingenio hace que la sangre, el fuego, la gasolina de alto octanaje, el smog más oscuro, los parajes más áridos, la enajenación más absoluta y el óxido nitroso mezclado con el asfalto más desgastado, sean una espectacular muestra circense, que desequilibra las mediocres aptitudes del cine americano de hoy, para dar una lección a base de una unión magistral de lo analógico y digital. Que la cuarta parte de "Mad Max" cree escuela en un cine de acción americano actual que parecía gastado. ¡¡Larga vida a Max Rockatasnky!!
Frase para recordar: "Si no arreglas lo que está roto, te vuelves loco."
Uno de las más sonados impedimentos fue en 2001, la caída de las torres gemelas, incluyendo las contiendas bélicas de algunos países que fueron enclaves para rodar la posible película en parajes desérticos, añadiendo el invertible proceso de envejecimiento de Mel Gibson. Ahora pues se necesitaba para cumplir los requisitos a alguien más joven, con el mismo carisma y similar ímpetu que Gibson, alguien con carácter, pétreo, pero a la vez con un sentimiento de tormento que supiera cargar con los dramas del pasado en su búsqueda de supervivencia en un mundo desolado, cruel y sádico. Max pasa en este año de
Aquí Hardy será el salvador del futuro, en un intento por mantener con vida el convoy formado por unas vírgenes, protegidas por el personaje de una intensa Charlize Theron "Furiosa", que quiere escapar de una sociedad horrorosa e injusta impuesta por el desfigurado Immortan Joe. Un villano antológico que nada tiene que envidiar al Humungus enmascarado de "Mad Max 2 (1981)" o al depravado pintado de Vernon Wells, un monstruo que busca perpetuarse manteniendo su linaje con bellas chicas a las que mantiene con cinturón de castidad. "Mad Max, Furia en la carretera" es una envilecida obra de arte que entre sus múltiples virtudes está una maravillosa fotografía de John Seale, cuya pigmentación desatada hace que el desierto salga de la pantalla, con unos horizontes pesadillescos. George Miller a base de cantidades ingentes de ingenio hace que la sangre, el fuego, la gasolina de alto octanaje, el smog más oscuro, los parajes más áridos, la enajenación más absoluta y el óxido nitroso mezclado con el asfalto más desgastado, sean una espectacular muestra circense, que desequilibra las mediocres aptitudes del cine americano de hoy, para dar una lección a base de una unión magistral de lo analógico y digital. Que la cuarta parte de "Mad Max" cree escuela en un cine de acción americano actual que parecía gastado. ¡¡Larga vida a Max Rockatasnky!!
Frase para recordar: "Si no arreglas lo que está roto, te vuelves loco."
Título original: Mad Max: Fury Road.
Director: George Miller.
Intérpretes: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Angus Sampson, Zoë Kravitz.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Cristóbal Jiménez
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2 opiniones :
dos de las chicas están embarazadas ¿qué tiene eso de virgenes?
Pues eso: un peliculón como hacía tiempo no veíamos.
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