El relato se sitúa tras finalizar
la Segunda Guerra Mundial, cuando todavía se estaba intentando localizar muchos
de los nazis escapados hacia América del sur. El padre de Alicia Huberman (Ingrid Bergman), un espía nazi, es condenado
por traición contra los Estados Unidos. Después del juicio, Alicia que lleva
una vida despreocupada de los asuntos de su padre y acostumbrada al lujo,
decide dar una fiesta. Allí conoce al apuesto Devlin (Cary Grant) por el que se
siente atraída desde el principio. Pero Devlin no es sólo un joven seductor, un
admirador más de los muchos que posee Alicia, es un agente de los servicios de
Inteligencia estadounidenses que la persuade para que colabore en la captura de
Alexander Sebastian (Claude Rains), el cerebro de los nazis en Brasil. Ella sólo accederá porque se ha enamorado,
asumirá riesgos, se olvidará de ella misma y se verá inmersa en una compleja
trama de espionaje donde correrá graves peligros, sin ni siquiera esperar ser
correspondida por su amado. Estamos ante una película donde la infiltrada, el
topo o la espía es una aficionada, una mujer atractiva de clase acomodada,
preocupada tan solo de divertirse y de acudir a fiestas, que nunca ha reparado
en los asuntos familiares ni ha asumido responsabilidades de ningún tipo. Su
vida cambia por completo con la detención de su padre. Sin embargo, ella no se
convertirá en espía por grandes ideales patrióticos, lo hará simplemente para
complacer a un hombre, claro que si ese hombre es Cary Grant, no resulta
difícil la elección. En "Encadenados",
al contrario que en otras películas de espías donde predomina la acción
y la agente infiltrada ha recibido un especial entrenamiento en la lucha o ha
sido el experimento para alcanzar superpoderes, tenemos ejerciendo de agente
secreto a una mujer que no está en absoluto preparada para su misión.
Era ése
precisamente uno de los detalles que más le gustaba al Maestro: colocar a gente
corriente en situaciones excepcionales. De esta manera, el suspense y la
intriga están asegurados. Pero es que además, pese a que muchos aseguren lo
contrario, Hitch supo elaborar bellísimas historias de amor, y como muestra
este film. Durante la trama no sólo deberemos descubrir y dar caza a los culpables,
tendremos que resolver el más interesante enigma. Si realmente Devlin ama a
Alicia tanto como ella a él, y es ese punto el que otorga al film un suspense
mágico. La fotografía de Ted Tetzlaff (B&W) colabora en la creación de
bellísimos planos y de magníficos encuadres del rostro de los protagonistas, en
ocasiones casi más importantes que los propios diálogos cargados de mensajes
ambiguos que mantienen entre ellos. La carrera cinematográfica de Tetzlaff se
inició en el período mudo, cuando en la segunda mitad de los años 20 comenzó a
destacar como director de fotografía para Walter Lang, Scott Pembroke, Roy
William Neill o Frank Capra. En los años 30 consiguió su apogeo como operador
en Columbia y Paramount, principalmente por ser uno de los fotógrafos favoritos
de la actriz Carole Lombard. Con ella Ted Tetzlaff rodó títulos como "Candidata
a Millonaria (1933)" de Mitchell Leisen o "Al Servicio De Las Damas (1936)" de
Gregory LaCava. En 1941 debutó como director de largometrajes con "World
Premiere (1941)", comedia protagonizada por John Barrymore y Frances Farmer. Un
año después Tetzlaff consiguió su única nominación al Oscar a la mejor
fotografía por su trabajo en "El Asunto Del día (1942)", un film dirigido por
George Stevens con Cary Grant, Ronald Colman y Jean Arthur como estelar trío
protagonista.
A mediados de la década de los 40 Tetzlaff dejó el trabajo como
fotógrafo para dedicarse exclusivamente a la dirección, pero antes de abandonar
sus tareas iniciales como operador fue el encargado de la fotografía de
importantes títulos como "Me Casé Con Una Bruja (1942)" o "Encadenados (1946)",
film que supuso su última película como fotógrafo. Esta cinta consiguió parte
de su popularidad no sólo por las grandísimas actuaciones de dos grandes
monstruos de la pantalla, Ingrid y Cary, también por la escena del famoso beso,
considerada como gran alarde de ingenio y de maestría en el montaje. Hitchcock
consiguió filmar uno de los besos más memorables de Hollywood durante la época
del código Hays, (1930-1968), cuando las escenas de pasión eran terriblemente
censuradas y los besos limitados en su
duración a breves segundos. Pero Hitchcock con su astucia consiguió que un beso
durara tres minutos en pantalla, mediante la técnica de la interrupción por la llamada telefónica, cada contestación
permitía parar (cada beso duraba lo justo), cambiar de plano y seguir
besándose. El duelo actoral resultó lleno de
química e inolvidable, además de contar con un gran reparto. Ingrid Bergman
está descomunal, sólo en su mirada se puede apreciar el amor que siente por
Cary Grant. Él siempre muy contenido, parco en sus emociones y sus expresiones del rostro, con diálogos llenos
de cinismo, no desvelará sus verdaderos sentimientos, y esa intriga, esa
tensión sensual entre ambos, será un elemento clave que ensalce aún más el
guión.
La escena de la llave, es otra gran muestra del saber hacer en cine.
Jugando con los objetos que son el centro de la trama. Alicia intenta hacerse
con las llaves de la bodega, pero su marido la sorprende. El plano siguiente es la fiesta, la cámara
está en lo alto de la escalera y abajo están Sebastian y Alicia recibiendo a los invitados. Nuestra cabeza sólo puede
pensar en la llave y Hitchcock lo sabe. La cámara desciende hasta terminar en
un plano detalle: la mano de Alicia con la llave. Más tarde cuando Sebastian
intente besar esa misma mano, la llave ya habrá desaparecido como en un juego
de magia. Como bien comentó Truffeau: "Hitchcock obtiene un máximo efecto
visual con los mínimos elementos. Eso es algo que se repite en todas sus
cintas, una de las más perfectas correlaciones entre lo que tú estás deseando
ver y lo que aparece en escena".
"To the eye, the ensemble is as perfect as an
animated cartoon”. -Para el ojo humano, el montaje es tan perfecto como un
dibujo animado-.
La escena final de bajada por las
escaleras, nos mantiene sobrecogidos, mientras la Bergman desciende con su
cabeza apoyada en Cary Grant, totalmente entregada y confiada mientras Claude
Rains, en una de sus grandes interpretaciones, bajo la mirada acusadora de su
madre y con todo el Comité de nazis al fondo debe permanecer pasivo y perplejo
esperando su fatal desenlace. Una mezcla perfecta de suspense, intriga y
romance.
Título original: Notorious.
Director: Alfred Hitchcock.
Intérpretes: Cary
Grant, Ingrid
Bergman, Claude
Rains, Louis
Calhern, Leopoldine
Konstantin,Reinhold
Schünzel, Moroni
Olsen.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
Quizás también pueda interesarle:
1 opiniones :
La película funciona en todos sus aspectos. Como ejercicio de suspense es impecable y la escena de la fiesta y la llave de la bodega es magistral. La historia de amor entre Cary Grant e Ingrid Bergman es apasionante por lo ambiguo de la situación. El personaje del malo también es muy interesante; está realmente enamorado de la protagonista y sentimos lástima por él, lo cual también resulta perturbador.
Un saludo.
Publicar un comentario