Tres años después de la II Guerra
Mundial una familia, bien acomodada antes de la guerra, vive en un pequeño
pueblo de China en la casa familiar, ahora parcialmente derruida. Sus vidas
transcurren de un modo lineal, de un modo tranquilo y sin sobresaltos pero,
carentes de felicidad. La tristeza se ha instalado en sus vidas, sobre todo en
las del matrimonio, en cada uno de ellos por motivos distintos. Será la llegada
de un antiguo compañero del marido lo que alterará y desestabilizará a sus
miebros, especialmente a la esposa. Yuwen es la esposa. Es joven, de
carácter solitario y melancólico. Se siente frustrada, abatida y hastiada por
la rutina diaria de la casa familiar, reducida a acudir al mercado y comprar la
medicina de su marido. Se muestra amable con su marido enfermo, al que no ama.
Ambos se han distanciado y hace tiempo que no comparten lecho, debido a la
tuberculosis que él padece. Liyan es el marido, triste, melancólico y
enfermo, padece una enfermedad respiratoria, la cual, le ha vuelto taciturno y
triste, aun siendo joven. Es el heredero de la antiguamente rica familia Dai,
ahora venida a menos por la guerra. Transcurre la mayor parte del tiempo
recluido en su habitación. Él mismo y su enfermedad ha interpuesto la distancia
entre él y su esposa Liyan; tanta distancia que ya le impide hasta besarla. Con
ellos vive la hermana menor de Liyan, una adolescente joven y vivaz. Por
encontrarse en la adolescencia, es la única que desprende vigor y aporta algo
de energía en la familia; también habita el sirviente, siempre dispuesto y
vigilante para servir a su enfermo y delicado señor.
En medio de la
resignación y a la triste realidad a la que se ve sometida Yuwen, atada a una
descompuesta relación y, sin apenas un atisbo de esperanza a que cambie su
situación vital, aparece Zhichen, un antiguo compañero del marido, ahora
convertido en médico y antaño, novio de Yuwen, el cual desconoce por completo
la identidad de la esposa de su amigo. Primavera en una pequeña ciudad es
un precioso drama. Un delicioso drama romántico, sereno, con esa serenidad y
tempo que tan bien saben plasmar los directores asiáticos. Rodada en blanco y
negro y fotografiada con una luz blanquísima, sobre todo en los exteriores.
Cuenta con unos personajes bien estructurados, narrado a través de la voz en
off de la esposa, y con ciertos elementos neorrealistas que aportan, si cabe,
más melancolía y poesía a lo que ve el propio espectador. Una película,
sencilla en apariencia y narración, pero llena de contención, de dolor y de
gestos. Del dolor de unos personajes que se vuelven a encontrar, hecho que
alterará el hastío permanente en el que se encuentra abocada Yuwen, removiendo
sus sentimientos y pasado, en los que tendrá que someterse a la resignación de
su situación y a la vez, de la tradición; en lucha permanente con sus deseos y
tentaciones a su alcance, donde la sombra del adulterio planea continuamente.
De contención, de resistencia y fortaleza para reprimir sus sentimientos y
pasión. Una pasión que tenía ya olvidada y que Zhichen ha conseguido aflorar. El
triunfo de la revolución maoísta llevó a cabo, a partir de 1949 la
nacionalización y la reorganización de toda la producción cinematográfica
china, la cual desembocó en un arma más de propaganda y de eliminación de
cualquier posible disidencia. Antes de esta rotura, el cine chino vivió una
époda dorada entre el final de la Guerra Mundial y la victoria del ejército
rojo. Primavera en la pequeña ciudad se ubica en ese periodo. Así, el gobierno
chino la censuró y relegó por su falta de propaganda política. Considerada
por muchos como la mejor película china clásica de la historia, en 2002 el
realizador Tian Zhuangzhuang dirigió un remake con el título de "Primavera
en un lugar pequeño".
Título original: Xiao cheng zhi chun.
Director: Mu Fei.
Intérpretes: Wei
Wei, Li
Wei, Shi
Yu, Zhang
Hongmei, Cui
Chaoming.
Escena:
Reseña escrita por Marilyn Rodríguez
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