Esta cinta supuso el debut de
Woody Allen como director y guionista. Protagonizada por él mismo, Allen
consiguió el reconocimiento que tanto había buscado al saber combinar de forma
inteligente la más pura tradición humorística de los icónicos: Chaplin, Keaton
y los Hermanos Marx con una novedosa forma de narración llamada "mockumentary":
Un falso documental que, en clave de comedia, pretende ser la autobiografía de
una gran antihéroe, de un tipo con buenas intenciones que fracasa en cada tarea
que emprende en la vida y que carece de las cualidades necesarias para alcanzar
el prototipo standar del sueño americano. Se construye así un relato que
sabe alternar varios recursos narrativos: la voz en off, las entrevistas de los
que lo conocieron desde su infancia y las peripecias de nuestro protagonista en
su vida real. La narración en off nos advierte
desde el principio que el relato estará cargado de cinismo e ironía al
describir al torpe y neurótico criminal Virgil Starkwell (Woody Allen) como un
delincuente incomprendido:
"Virgil nunca dejará de ser el
angelito de los cielos que quizás nunca recibió el suficiente cariño de sus
padres".
Cada uno de los sucesos que
conforman su vida representa la incisiva crítica de cada uno de los mitos
sociales de la época, con mención u homenaje a distintos referentes
cinematográficos. Su infancia refleja la
marginalidad y la delincuencia de bandas callejeras, donde más que ser un
delincuente consigue ser objeto de burlas, ya que sus escasas dotes físicas lo
convirtieron en un desastre hasta para cometer malicias en la infancia. Su juventud se convierte en una
frustración permanente, sin alcanzar su sueño de ser músico en una banda. La
sentencia del profesor entrevistado es contundente "No hay nada bueno que pueda
decir de él…No tenía ni idea de lo que era la armonía". Finalmente cuando se establece
son su esposa, los pocos ingresos económicos lo conducen a un intento fallido
de robo a un camión blindado.
Armado con
una simple pistola de juguete fracasa estrepitosamente y es detenido en el
acto. Tras ser encarcelado, consigue
escapar de prisión e iniciar una nueva vida con su adorada esposa, pero esta
vez el director, homenajeando a la esencia de los films "Noir", nos muestra un
individuo con un pasado delictivo que lo persigue sin que pueda escapar de él. Son muchas las escenas con gran chispa
y brillo, sin abandonar el espíritu crítico, como por ejemplo, la escena donde intenta
conseguir un trabajo “decente”. Para un gran amante del cine como Allen, tampoco podían faltar los intertextos sobre
figuras míticas de la pantalla, como la escena del atraco bajo la dirección
artística del mismísimo Fritz Lang. Volverá a una prisión de alta
seguridad, esta vez, rememorando la película de "La leyenda del indomable" y
protagonizará una "Gran evasión" en grupo. Otro gran punto importante lo
representan los entrevistados: Sus padres disfrazados que se avergüenzan de él,
su psiquiatra con interpretaciones peregrinas sobre su personalidad, o el
propio agente del FBI que consigue su final detención (amigo de J. Edgar
Hoover, hablando sobre una conspiración ateo-comunista). Todos los grandes
tópicos de la sociedad estadounidense del momento, ridiculizados y criticados
sobre el hilo argumental de la biografía del permanente hombre sin éxito, sin
fama y sin fortuna. Tal como dijo una vecina tras su
final detención: "Y pensar que ese idiota era el gángster del año...".
Con este primer gran éxito de
Allen se marca el comienzo de una serie de películas donde la ficción y la
realidad se intercambian continuamente, y donde sus protagonistas principales
funden persona y personaje sin que acertemos a distinguir dónde empieza uno y
acaba el otro. Es un bonita y original manera de hacernos participar de todas
sus reflexiones y de su visión existencialista de la vida, recubriendo siempre
de un fino humor sus diálogos. Con los años, este tipo de humor surrealista y
alocado de los comienzos del cine ha ido depurándose y formando un estilo
propio, con visibles inspiraciones en los grandes cineastas. Podríamos decir
que Allen es el mejor heredero del humor de los films clásicos. En su vida real, Allen tuvo
grandes dificultades para salir adelante en el mundo del espectáculo. Incluso
fracasó para graduarse como productor cinematográfico: "Hasta los caballos
consiguen acabar una carrera". Dedicado durante años a escribir
chistes para los demás, tampoco tuvo suerte en su programa de humor para la TV.
Pero no cedió en su empeño y continuó escribiendo para televisión y haciendo
monólogos humorísticos por los teatros de NYC. El guión de esta cinta, escrito
junto a su amigo de la infancia Mickey Rose, estaba destinado para que Jerry
Lewis lo dirigiera. Aunque tuvo que ser él mismo el que acabara escribiendo
dirigiendo y protagonizando su primer film apoyado por una nueva y modesta productora, "Palomar
Pictures". Sin duda, lo más llamativo de "Toma el dinero y corre" es la apuesta narrativa por el "mockumentary", siendo
este film uno de las grandes referencias dentro del subgénero. Consigue una gran comedia
relatando la vida de un perdedor neoyorkino. Construida con muchos de los
miedos que deben afrontar todos los que desean aparentar ese ideal de
estereotipo triunfador dentro de una sociedad exigente y cruel con los que no
lo consiguen. Y lo consigue gracias a un humor ágil y alocado, lleno de gags y
situaciones absurdas bajo la seria y realista apariencia de un documental.
Título original: Take the Money and Run.
Director: Woody Allen.
Intérpretes: Woody
Allen, Janet
Margolin, Marcel
Hillaire, Jacqueline
Hyde, Jan
Merlin, Lonny
Chapman.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
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