París.
Claude Chavasse (Maurice Chevalier) es un detective privado, viudo, que vive
con su hija Ariane (Audrey Hepburn), una hermosa joven violonchelista que es
demasiado curiosa con los informes de los casos de su padre ya que Chavasse se
ocupa sobre todo de casos de adulterios, infidelidades amorosas y otros engaños
amorosos, lo que atrae la atención de Ariane. Frank Flannagan (Gary Cooper) es
un maduro playboy norteamericano que está pasando unos días en París y que
resulta ser el amante de la esposa de un cliente del padre de Ariane que ha
contratado sus servicios. Ambos planean tenderle una trampa en el hotel en el
que se aloja Flannagan -el famoso hotel Ritz- y pillar a su esposa adúltera in
fraganti. Pero Ariane acude a salvarle y se enamora perdidamente de Frank. El
maduro seductor, para sus conquistas lleva siempre consigo a cuatro músicos
gitanos, como complemento a sus trucos de conquista. Es todo un don Juan. Por
ello, Ariane, que es una joven totalmente inocente e inexperta se hace pasar
por una mujer de mundo y también seductora, para despertar el interés de
Flannagan. Un año después, los amantes vuelven a tener un encuentro en la Ópera
de París. Es entonces cuando ella se inventa una larga lista de amantes, lo que
despierta en Flannagan unos terribles celos que le hacen darse cuenta de que el
don Juan parece haber sido derrotado por la deliciosa Ariane... Inolvidable
comedia del vienés Billy Wilder, con guión adaptado de su inestimable y
habitual colaborador I.A.L. Diamond adaptando la novela de Claude Anet. Audrey
Hepburn volvió a ser la elegida por Wilder después de haberle deslumbrado en
"Sabrina (1954)".
El director siempre decía que "Sólo hacían falta 5 minutos para enamorarse perdidamente de ella". Para el papel de Flannagan se pensó en Cary Grant, actor con el que Billy Wilder nunca tuvo la suerte de poder contar en una de sus películas. Pero el actor, debido a sus compromisos no pudo aceptar el ofrecimiento. Tendría la fortuna de trabajar junto a Audrey en "Charada (1963)" pero en esa ocasión, a las órdenes de Stanley Donen. Gary Cooper, que ya empezaba a mostrar signos de su enfermedad, acababa de triunfar clamorosamente con "La gran Prueba (1956)" a las órdenes de William Wyler. El popular actor, de los más grandes, nos había regalado joyas como "La octava mujer de barba Azul" de Ernst Lubitch, natural de Montana, debutó muy joven, en 1925, en la última etapa del cine mudo. Después de "Marruecos (1930)" o "Only the brave (1930)", intervino en la gran película "Adios a las armas (1933)" de Frank Borzage, junto a Helen Hayes, adaptación de la popular novela de Ernest Hemingway. Después llegarían importantes películas como "Tres lanceros bengalíes (1935)" de Henry Hatthaway, "Deseo (1936)", de Frank Borzage, "Bufalo Bill (1938)" de Cecil B. DeMille o "Beau Geste (1939)" de William A. Wellmann, especializándose en el género de aventuras. En los años 40 Cooper intervino en obras maestras como "Policía montada del Canadá (1940)" de Cecil B. DeMille, "Juan Nadie (1941)" del gran Fran Capra, "El sargento York (1944)" de Howard Hawks o "¿Por quién doblan las campanas? (1943)", a las órdenes de Orson Welles. En los años 50 grandes joyas del western como "Tambores Lejanos (1951)" de Raoul Walsh o "Sólo ante el Peligro (1952)" de Fred Zinnemann junto a una muy jovencita Grace Kelly y la popularísima "Veracruz (1954)" de Robert Aldrich, junto a una joven Sara Montiel y a Burt Lancaster. Posteriormente llegarían "La gran Prueba (1956)" y la que nos ocupa, "Ariane (1957)". Posteriormente "El árbol del ahorcado (1959)" de Delmer Daves.
La adicción al tabaco acabó provocándole la muerte en 1961 a causa de un cáncer de pulmón y dejando a Hollywood y al cine mundial algo huérfano, lo mismo que ocurriría con las pérdidas de Humphrey Bogart y Clark Gable, por aquellos años también. Audrey Hepburn conquistó el corazón del maduro Cooper, como ya lo haría con el resto de sus compañeros de reparto a lo largo de su carrera. La actriz, de origen belga, que debía su extraordinaria delgadez a una desnutrición provocada en los años de la Segunda Guerra Mundial, Había debutado en Broadway en 1951 con la obra "Gigi", de Colette, y en el cine, junto a Gregory Peck en "Vacaciones en Roma (1953)". El año siguiente Billy Wilder quedó absolutamente conquistado por ella en "Sabrina (1954)", junto a Humphrey Bogart y William Holden quien estuvo perdidamente enamorado de Hepburn durante años. Después llegarían sus sonoros éxitos "Una cara conángel (1957)" de Stanley Donen, junto a Fred Astaire, y la gran superproducción de Dino de Laurentis "Guerra y Paz (1956)", dirigida por King Vidor, junto a Henry Fonda y el que sería su marido durante años, Mel Ferrer. Entonces llegó "Ariane", que no tuvo tanto éxito comercial como "Sabrina", también de Wilder pero que es una comedia encantadora y con los toques muy cómicos del popular director, especialista en el género. Después de "Ariane", todavía llegaría lo mejor de la carrera de Audrey, con la muy dura "La Calumnia (1961)" y la deliciosa "Desayuno con Diamantes (1961)". Cuando parecía que ya había tocado el cielo del olimpo, a Audrey le tocó la suerte de protagonizar, a parte de la popular comedia de Donen "Charada", junto a Cary Grant, la obra maestra musical de George Cukor "My Fair Lady (1964)", con el sabor agridulce de ser doblada en las canciones por Marni Nixon a pesar del enorme éxito de su personaje de la florista Eliza Doolittle. Posteriormente la comedia "Como robar un millón (1966)" de William Wyler, la maravillosa "Dos en la carretera (1967)" de Stanley Donen y "Sola en la oscuridad (1967)" de Terence Young con su soberbia interpretación, en el papel de una ciega, que le valió una nueva nominación al Óscar.
Por su retiro durante una década para criar a sus dos hijos, Sean y Luca, parecía que ya no le quedaba nada por hacer a Hepburn en el mundo del cine, cuando, de la mano de Richard Lester volvió a emocionar a todos sus fans con la maravillosa película "Robin y Marian (1976)". Tras años dedicada a las causas sociales en su labor como embajadora de la Unicef Audrey falleció a los 63 años a causa de un cáncer de cólon, en 1993. Completa el trío interpretativo el popular Maurice Chevalier, apunto,un año después, de regalarnos su maravilloso Honoré Lachaille en "Gigi (1958)" a las órdenes de Vincente Minnelli. Muy popular actor, rey del Music Hall, Chevalier dominó el género musical. Muy popular fue su famosa interpretación en "La viuda alegre (1933)", de Ernst Lubitch. El resto de su filmografía ya se desarrolló extensamente en la reseña de "Gigi (1958)". El popular director vienés Billy Wilder, exiliado en los EEUU debido a la expansión de la Alemania nazi, dominó, a parte de la comedia todos los géneros, buena muestra de ello es la tremenda "Días sin Huella (1945)" de los estragos del alcoholismo con un tremendo Ray Milland y una soberbia Jane Wyman. Nos dejó también como legado la impresionante "El crepúsculo de los dioses (1950)" con Willian Holden y Gloria Swanson, interpretando a una vieja estrella del cine mudo, Norma Dersmond, en el ocaso de su carrera. A finales de los años 50 Wilder fue decantándose más por la comedia, muestras de ello "Sabrina (1954)", "La tentación vive arriba (1955)" y "Con faldas y a lo loco (1959)", estas dos últimas junto a Marilyn Monroe, a quien el director consiguió convertir en una enorme actriz, más que una simple modelo como se la solía tener encasillada. En lo años 60 colaboró con el gran actor Jack Lemmon en su "joya de la corona", la ganadora de 5 Óscars incluyendo el relativo a la mejor película, "El apartamento (1960)", junto a Shirley MacLaine, repitiendo los tres en la deliciosa "Irma La dulce (1963)", y posteriormente surgió el bombazo de la unión de esa maravillosa pareja cómica: Lemmon-Matthau, a partir de "En bandeja de plata (1966)", teniendo tan buena química y una estrecha amistad los tres que repitieron con "Primera plana (1974)" y "Aquí un amigo (1982)". Wilder ha sido de los más grandes directores que nos ha dado el séptimo arte, sin lugar a dudas. La película que nos ocupa, "Ariane", es una historia de amor, celos y engaños absolutamente deliciosa con la que además, Audrey Hepburn volvió a demostrar su encanto natural y sus dotes para tener una buena química con un actor de una generación distinta a la suya como era Gary Cooper.
El director siempre decía que "Sólo hacían falta 5 minutos para enamorarse perdidamente de ella". Para el papel de Flannagan se pensó en Cary Grant, actor con el que Billy Wilder nunca tuvo la suerte de poder contar en una de sus películas. Pero el actor, debido a sus compromisos no pudo aceptar el ofrecimiento. Tendría la fortuna de trabajar junto a Audrey en "Charada (1963)" pero en esa ocasión, a las órdenes de Stanley Donen. Gary Cooper, que ya empezaba a mostrar signos de su enfermedad, acababa de triunfar clamorosamente con "La gran Prueba (1956)" a las órdenes de William Wyler. El popular actor, de los más grandes, nos había regalado joyas como "La octava mujer de barba Azul" de Ernst Lubitch, natural de Montana, debutó muy joven, en 1925, en la última etapa del cine mudo. Después de "Marruecos (1930)" o "Only the brave (1930)", intervino en la gran película "Adios a las armas (1933)" de Frank Borzage, junto a Helen Hayes, adaptación de la popular novela de Ernest Hemingway. Después llegarían importantes películas como "Tres lanceros bengalíes (1935)" de Henry Hatthaway, "Deseo (1936)", de Frank Borzage, "Bufalo Bill (1938)" de Cecil B. DeMille o "Beau Geste (1939)" de William A. Wellmann, especializándose en el género de aventuras. En los años 40 Cooper intervino en obras maestras como "Policía montada del Canadá (1940)" de Cecil B. DeMille, "Juan Nadie (1941)" del gran Fran Capra, "El sargento York (1944)" de Howard Hawks o "¿Por quién doblan las campanas? (1943)", a las órdenes de Orson Welles. En los años 50 grandes joyas del western como "Tambores Lejanos (1951)" de Raoul Walsh o "Sólo ante el Peligro (1952)" de Fred Zinnemann junto a una muy jovencita Grace Kelly y la popularísima "Veracruz (1954)" de Robert Aldrich, junto a una joven Sara Montiel y a Burt Lancaster. Posteriormente llegarían "La gran Prueba (1956)" y la que nos ocupa, "Ariane (1957)". Posteriormente "El árbol del ahorcado (1959)" de Delmer Daves.
La adicción al tabaco acabó provocándole la muerte en 1961 a causa de un cáncer de pulmón y dejando a Hollywood y al cine mundial algo huérfano, lo mismo que ocurriría con las pérdidas de Humphrey Bogart y Clark Gable, por aquellos años también. Audrey Hepburn conquistó el corazón del maduro Cooper, como ya lo haría con el resto de sus compañeros de reparto a lo largo de su carrera. La actriz, de origen belga, que debía su extraordinaria delgadez a una desnutrición provocada en los años de la Segunda Guerra Mundial, Había debutado en Broadway en 1951 con la obra "Gigi", de Colette, y en el cine, junto a Gregory Peck en "Vacaciones en Roma (1953)". El año siguiente Billy Wilder quedó absolutamente conquistado por ella en "Sabrina (1954)", junto a Humphrey Bogart y William Holden quien estuvo perdidamente enamorado de Hepburn durante años. Después llegarían sus sonoros éxitos "Una cara conángel (1957)" de Stanley Donen, junto a Fred Astaire, y la gran superproducción de Dino de Laurentis "Guerra y Paz (1956)", dirigida por King Vidor, junto a Henry Fonda y el que sería su marido durante años, Mel Ferrer. Entonces llegó "Ariane", que no tuvo tanto éxito comercial como "Sabrina", también de Wilder pero que es una comedia encantadora y con los toques muy cómicos del popular director, especialista en el género. Después de "Ariane", todavía llegaría lo mejor de la carrera de Audrey, con la muy dura "La Calumnia (1961)" y la deliciosa "Desayuno con Diamantes (1961)". Cuando parecía que ya había tocado el cielo del olimpo, a Audrey le tocó la suerte de protagonizar, a parte de la popular comedia de Donen "Charada", junto a Cary Grant, la obra maestra musical de George Cukor "My Fair Lady (1964)", con el sabor agridulce de ser doblada en las canciones por Marni Nixon a pesar del enorme éxito de su personaje de la florista Eliza Doolittle. Posteriormente la comedia "Como robar un millón (1966)" de William Wyler, la maravillosa "Dos en la carretera (1967)" de Stanley Donen y "Sola en la oscuridad (1967)" de Terence Young con su soberbia interpretación, en el papel de una ciega, que le valió una nueva nominación al Óscar.
Por su retiro durante una década para criar a sus dos hijos, Sean y Luca, parecía que ya no le quedaba nada por hacer a Hepburn en el mundo del cine, cuando, de la mano de Richard Lester volvió a emocionar a todos sus fans con la maravillosa película "Robin y Marian (1976)". Tras años dedicada a las causas sociales en su labor como embajadora de la Unicef Audrey falleció a los 63 años a causa de un cáncer de cólon, en 1993. Completa el trío interpretativo el popular Maurice Chevalier, apunto,un año después, de regalarnos su maravilloso Honoré Lachaille en "Gigi (1958)" a las órdenes de Vincente Minnelli. Muy popular actor, rey del Music Hall, Chevalier dominó el género musical. Muy popular fue su famosa interpretación en "La viuda alegre (1933)", de Ernst Lubitch. El resto de su filmografía ya se desarrolló extensamente en la reseña de "Gigi (1958)". El popular director vienés Billy Wilder, exiliado en los EEUU debido a la expansión de la Alemania nazi, dominó, a parte de la comedia todos los géneros, buena muestra de ello es la tremenda "Días sin Huella (1945)" de los estragos del alcoholismo con un tremendo Ray Milland y una soberbia Jane Wyman. Nos dejó también como legado la impresionante "El crepúsculo de los dioses (1950)" con Willian Holden y Gloria Swanson, interpretando a una vieja estrella del cine mudo, Norma Dersmond, en el ocaso de su carrera. A finales de los años 50 Wilder fue decantándose más por la comedia, muestras de ello "Sabrina (1954)", "La tentación vive arriba (1955)" y "Con faldas y a lo loco (1959)", estas dos últimas junto a Marilyn Monroe, a quien el director consiguió convertir en una enorme actriz, más que una simple modelo como se la solía tener encasillada. En lo años 60 colaboró con el gran actor Jack Lemmon en su "joya de la corona", la ganadora de 5 Óscars incluyendo el relativo a la mejor película, "El apartamento (1960)", junto a Shirley MacLaine, repitiendo los tres en la deliciosa "Irma La dulce (1963)", y posteriormente surgió el bombazo de la unión de esa maravillosa pareja cómica: Lemmon-Matthau, a partir de "En bandeja de plata (1966)", teniendo tan buena química y una estrecha amistad los tres que repitieron con "Primera plana (1974)" y "Aquí un amigo (1982)". Wilder ha sido de los más grandes directores que nos ha dado el séptimo arte, sin lugar a dudas. La película que nos ocupa, "Ariane", es una historia de amor, celos y engaños absolutamente deliciosa con la que además, Audrey Hepburn volvió a demostrar su encanto natural y sus dotes para tener una buena química con un actor de una generación distinta a la suya como era Gary Cooper.
Frase para recordar: "Querido Señor Flannagan, contestando a su pregunta del número
de hombres en mi vida, le doy la lista detallada de mis amantes: Numero 1 un
profesor de Álgebra pelirrojo, número 2 un muchacho muy dulce que ahora es
misionero en el África ecuatorial francesa, número 3 un maestro de
equitación...un auténtico cosaco...".
Título original: Love in the afternoon.
Director: Billy Wilder.
Intérpretes: Gary Cooper, Audrey Hepburn, Maurice Chevalier, John McGiver, Van Doude, Lise Bourdin.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Alfonso Torres Gallego
Información complementaria:
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