Samuel
Bronston después de ser todo un icónico productor de
Hollywod en películas de época rodadas en España, tocó fondo con el descalabro
comercial de 'La Caída del imperio romano'. Un péplum maravilloso al mando del
genial Anthony Mann que ya estaba más que acostumbrado a este tipo de retos
históricos demostrando su valía en "El Cid (1961)". Mann se mueve de una manera
excepcional tanto en las secuencias de diálogo íntimas como en las secuencias
de grandes masas humanas, dejando perplejo al espectador en todo tipo de
ámbitos. El director de "Winchester 73 (1950)" aprovecha un lujo de reparto en el que
el depravado Cristopher Plummer se lleva la palma con su personificación del
emperador Cómodo. El histrionismo, locura y depravación de este emperador
romano es equiparable al de sus antecesores, poniéndo como ejemplo al "Nerón"
de Peter Ustinov en "Quo Vadis (1951)". Alec Guiness por su parte demuestra una vez
más su clase y distinción actoral en el papel de uno de los mejor considerados
emperadores de la historia del imperio italiano Marco Aurelio que con su
capacidad de estadista y filosofía para el diálogo y entendimiénto entre
distintas culturas, intenta someter pacíficamente a los bárbaros que amenazan
por desectructurar el imperio de la omnipresente Roma.
En el interior de la narración subyace una historia de amor entre un Stephen Boyd (General) y Lucilla (la hija de Marco Aurelio y hermana de Cómodo) que es arrastrada entre grandes batallas, pugnas políticas y ambiciones fraudulentas para comprender el porqué de la caída de uno de los imperios más longevos de toda la historia de la humanidad. Toda una serie de actores de la talla de James Mason, Mel Ferrer y Omar Sharif pasean su "poderío" actoral entre los magníficos decorados de cartón piedra, vestuario fidedignamente manufacturado, armaduras, armas, cuádrigas y los exteriores ofrecidos por nuestra España (puntera por aquel entonces en albergar films de corte Hollywoodiense de la talla de "Patton (1970)" y "Doctor Zhivago (1965)" por citar sólo dos de las muchísimas producciones que se dieron en nuestra patria).
Una época que tocó a su fín hasta la llegada de Sergio Leone y sus westerns en Almería, ya que "La caída del imperio Romano" desveló el cansancio y la sobreexplotación de este tipo de películas en el público, a pesar de que es una genialidad magnífica que posiblemente convirtió en defectos sus excesos maravillosos. Este último péplum sumió en un profundo vacío al género que tan buenos resultados artísticos y comerciales habían dado hasta entonces, de tal modo que no se volvió al género de sandalias, capa y espada hasta el siglo XXI, curiosamente con un film que tiene más de un punto en común (incluidos personajes) con una arriesgada apuesta de los estudios Dreamworks con Spielberg a la cabeza en la producción y con el maestro Ridley Scott en la dirección, un film que tomando como referencia este último gran peplum del s. XX que fue "La caída del imperio Romano" llevó al siguiente siglo a las "películas de Romanos" convirtiéndolo en un género frecuentado por más cineastas a partir de su creación. Una película llamada: "Gladiator"...
En el interior de la narración subyace una historia de amor entre un Stephen Boyd (General) y Lucilla (la hija de Marco Aurelio y hermana de Cómodo) que es arrastrada entre grandes batallas, pugnas políticas y ambiciones fraudulentas para comprender el porqué de la caída de uno de los imperios más longevos de toda la historia de la humanidad. Toda una serie de actores de la talla de James Mason, Mel Ferrer y Omar Sharif pasean su "poderío" actoral entre los magníficos decorados de cartón piedra, vestuario fidedignamente manufacturado, armaduras, armas, cuádrigas y los exteriores ofrecidos por nuestra España (puntera por aquel entonces en albergar films de corte Hollywoodiense de la talla de "Patton (1970)" y "Doctor Zhivago (1965)" por citar sólo dos de las muchísimas producciones que se dieron en nuestra patria).
Una época que tocó a su fín hasta la llegada de Sergio Leone y sus westerns en Almería, ya que "La caída del imperio Romano" desveló el cansancio y la sobreexplotación de este tipo de películas en el público, a pesar de que es una genialidad magnífica que posiblemente convirtió en defectos sus excesos maravillosos. Este último péplum sumió en un profundo vacío al género que tan buenos resultados artísticos y comerciales habían dado hasta entonces, de tal modo que no se volvió al género de sandalias, capa y espada hasta el siglo XXI, curiosamente con un film que tiene más de un punto en común (incluidos personajes) con una arriesgada apuesta de los estudios Dreamworks con Spielberg a la cabeza en la producción y con el maestro Ridley Scott en la dirección, un film que tomando como referencia este último gran peplum del s. XX que fue "La caída del imperio Romano" llevó al siguiente siglo a las "películas de Romanos" convirtiéndolo en un género frecuentado por más cineastas a partir de su creación. Una película llamada: "Gladiator"...
Título original: The Fall of the Roman Empire.
Director: Anthony Mann.
Intérpretes: Sophia Loren, Stephen Boyd, Christopher Plummer, Alec Guinness, James Mason, Mel Ferrer, Anthony Quayle, Eric Porter.
Trailer:
B.S.O.:
Reseña escrita por Cristóbal Jiménez
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